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7 de junio de 2022

Descubre la historia del Concierto para clarinete de Gerald Finzi. CLARIPERU

Finzi clarinet concerto concierto para clarinete de gerald Finzi CLARIPERU

Por Marco A. Mazzini



¿Cuántos conciertos para clarinete conoces? De todos ellos, ¿cuántos has escuchado en vivo? 

Lo más probable es que tu primera respuesta arroje un número mucho mayor a tu segunda respuesta. Y es que los conciertos para clarinete de maestros como Mozart, Weber, Mercadante, Spohr, Copland, Nielsen son programados regularmente por orquestas de todo el mundo, y la lista que acabo de crear bien podría leerse en orden de prioridad que reciben estos compositores y sus extraordinarios conciertos para clarinete. 

Es por eso que me entusiasmó leer sobre la interpretación del Concierto para clarinete del compositor inglés Gerald Finzi por el destacado clarinetista mexicano Diego Cajas, junto a la Orquesta de Cámara de Bellas Artes y la dirección de Luis Manuel García. Por si fuera poco, Diego interpretará dos veces el concierto. ¡Bravo! 

Te invito a descubrir varios detalles interesantes de este concierto, como su dedicatoria, el clarinetista y director que estrenaron la obra, así como conocer de cerca al ser humano detrás de la música.


 GERALD FINZI 
Gerald Finzi nació el 14 de julio de 1901 en Londres y estudió música con Ernest Farrar (a los catorce años) y Edward Bairstow (clases privadas por cinco años). Aún en sus veinte años, tuvo la oportunidad de conocer a los compositores Gustav Holst, Arthur Bliss y en especial a Ralph Vaughan Williams, quien le conseguiría luego un puesto como profesor de música en la famosa Royal Academy of Music en Londres. 

Finzi fue un gran apasionado por la música y la poesía. El compositor irlandés Howard Ferguson, gran amigo de Gerald, nos dice que "su curiosidad por partituras nuevas o desconocidas era insaciable y su energía ilimitada". Finzi compartió muchos momentos al piano junto a Ferguson, quien recuerda la necesidad que sentía Gerald por oír y descubrir todo tipo de música, la cual intentaba luego tocar al piano. Ferguson cuenta que, "de esta manera, trabajamos a través de grandes cantidades de música de todos los estilos y épocas: óperas, canciones, música de cámara y sinfonías, estas últimas en arreglos de piano a dúo más ortodoxos pero no menos agitados".

Anthony Scott, el único estudiante privado que tuvo Finzi, nos cuenta sus impresiones del compositor y su actitud hacia el trabajo:

Durante casi tres años, antes de la guerra, estudié composición con Gerald Finzi y me gustaría escribir un poco sobre él como profesor. Creía firmemente en el valor del trabajo regular para inducir el flujo de la música, por más latente que pudiera parecer el impulso de escribir. El cerebro es una esponja que necesita exprimirse regularmente, decía.

Finzi fue diagnosticado con cáncer en el año 1951 y falleció cinco años después, el 27 de septiembre de 1956. Durante los últimos años de su vida se dedicó a escribir mucha música y es justamente en este periodo que nace su Concierto para clarinete.

En 1951, y con el temor de que sus obras pasaran al olvido, el compositor agregó un hermoso mensaje a su catálogo de obras, unas palabras sensibles a las futuras generaciones:

Como suele suceder, es probable que nuevas ideas, nuevas modas y el avance de las nuevas generaciones pronto borren mi pequeña contribución. Sin embargo, me gusta pensar que en cada generación se pueden encontrar algunas mentes receptivas y para ellas me gustaría que mis obras estén aún disponibles. Estrechar la mano de un buen amigo a lo largo de los siglos es algo placentero, y el afecto que un individuo puede conservar después de su partida es quizás lo único que garantiza una última vida de su obra.


 EL CONCIERTO PARA CLARINETE 
Dentro de su catálogo, su Concierto para clarinete op. 31 es una de las obras más interpretadas, a la par con su Concierto para cello en la menor op. 40. La obra fue comisionada en 1949 por el Festival Three Choirs, que anteriormente ya le había encargado música. Finzi compuso el concierto bastante rápido. La obra está orquestada para clarinete en sib y orquesta de cuerdas, con tres movimientos contrastantes: Allegro vigoroso, Adagio ma senza rigore y Allegro giocoso.

El Concierto para clarinete fue compuesto para un instrumentista específico: la clarinetista Pauline Juler, quien anteriormente había trabajado con el compositor. Fue ella quien estrenó el 15 de enero de 1943 las Five Bagatelles para clarinete y piano junto a Howard Ferguson en el piano. Sin embargo, en 1948 Pauline contrajo matrimonio con el cellista Bernard Roland Richards y decidió dedicarse a su familia. Por esta razón dejó de presentarse en público, aunque se mantuvo como maestra de clarinete. 

Sin su solista inicial y con poco tiempo para el estreno de su nueva obra, Finzi recurrió a uno de los más grandes clarinetistas británicos de la época, el famoso Frederick Thurston, quien  había tocado en la orquesta de la Royal Opera House y luego obtuvo el puesto de clarinetista principal de la recién creada Orquesta Sinfónica de la BBC. Fue así que Thurston, bajo la dirección del compositor, ofreció el estreno mundial de esta gran obra el 9 de septiembre de 1949 en la catedral de Hereford como parte del Festival Three Choirs de ese año, acompañado por las cuerdas de la Orquesta Sinfónica de Londres. Cabe resaltar que el concierto, al igual que las  Five Bagatelles, están dedicados a la clarinetista Pauline Juler.


 POPULARIDAD DE LA OBRA 
El Concierto para clarinete de Gerald Finzi es reconocida como una de sus obras más populares. ¿A qué se debe esto? 

Evidentemente la música es cautivadora desde un inicio, con hermosas melodías que transcurren sobre disonancias cuidadosamente repartidas en el diálogo del concierto. Finzi contaba con un lirismo muy personal y denota que había encontrado una voz clara como compositor en esos últimos años de su vida.

Además, tenemos que considerar a la esposa de Thurston, la sobresaliente clarinetista Thea King quien se dedicó a interpretar esta obra durante su fructífera carrera y convertirse en una de sus promotoras más importantes. 

Un evento que también contribuyó a la difusión del Concierto para clarinete de Finzi entre el público británico fue escucharlo en la final del primer concurso BBC Young Musician of the Year en 1978Un joven clarinetista subió al escenario interpretando un concierto escrito por un compatriota. El clarinetista fue nada menos que el renombrado Michael Collins.



 GRABACIONES 
Tuvieron que pasar veintiocho años antes de que se realice la primera grabación de esta maravillosa obra. Una de las razones fue el fallecimiento de Thurston a los cincuenta y dos años, el 12 de diciembre de 1953 y luego la del compositor en 1956.

La primera grabación fue realizada en 1977 por el virtuoso clarinetista británico John Denman, quien es además el primer clarinetista en grabar todos los conciertos de Louis Spohr. La histórica grabación de la obra de Finzi fue hecha para el sello Lyrita y el disco se puede escuchar aquí en Spotify

Hoy en día se puede escuchar este concierto por medio de varias grabaciones interesantes con sobresalientes solistas como protagonistas y sin embargo, tal como preguntaba al inicio, son escasas las veces que podemos escucharla en vivo, en una sala de concierto donde todos experimentamos al mismo tiempo la magia de la música en vivo, donde cada nota acaricia nuestra piel, nuestra alma. Gracias, Diego, por interpretar esta obra de un compositor que estamos aprendiendo a valorar en el tiempo.


Fuentes:
Ferguson, H. (1957). Gerald Finzi (1901-1956). Oxford University Press, vol. 38 (2). 130-135.
Bliss, A. (1956-1957). Gerald Finzi: An Appreciation. Cambridge University Press. Tempo,Winter, 1956-1957, New Series, No. 42 . 5-6.
The Finzi Trust (2012). Biography. http://geraldfinzi.org/01-about/biography.php



25 de julio de 2021

¿Quién fue Apolinar Camacho? CLARIPERU

Apolinar Camacho biografía. Comunidad de Clariperu. Coro Iberoamericano de Clarinetistas


En su tercer proyecto creativo, el Coro Iberoamericano de Clarinetista ha incluido en su repertorio el tema
Viva mi patria Bolivia. Esta popular canción quedó por muchos años en el olvido y es gracias a un logro deportivo que renace su popularidad y con ella, el reconocimiento de su autor, Apolinar Camacho.


¿Qué sabemos de la vida de este compositor?


Apolinar Camacho Orellana nació en Uyuni Potosí, Bolivia, el 5 de enero del año 1917. Creció en un ambiente donde se respiraba mucha música, ya que sus padres, Ruperto Camacho y Escolástica Orellana, se dedicaban a la música. A lo mejor por esta razón no nos sorprende saber que estudió en el Conservatorio de Música de La Paz (institución a la que asistió por dos años).


Durante su vida compuso ochenta y seis composiciones, siempre inspirado en su país y la vida cotidiana. Algunos de los títulos de sus obras son Corazón, La Paz inolvidable, Cunquitoy paloma, Por qué te vas, y la cueca Viva mi Patria Bolivia, tema que tiene una interesante historia.


Este famoso tema, compuesto en el año 1939, inicialmente llevaba el título A Bolivia. Además de componer la música, el autor compuso la primera estrofa de esta canción. La segunda y tercera estrofa serían compuestas por su amigo, el poeta y cantautor salvadoreño Ricardo Cabrera, a quien conoció entre 1943 y 1944. Apolinar Camacho trabajaba como coordinador musical de Radio Illimani y, cuando el autor le mostró la canción al piano a Ricardo para que la cante, este le pidió al autor permitirle escribir más estrofas. La obra fue registrada con las nuevas estrofas y el nombre “A Bolivia” en el año 1946.


La canción se escuchó por primera vez en la Radio Illimani. Gracias a los contactos del compositor, A Bolivia se graba en 1946 para el sello discográfico Odeón de Argentina, con las voces femeninas del dueto “Las Kantutas”, con el acompañamiento del maestro Gilberto Rojas y su conjunto musical.


La canción quedó estrenada, grabada y olvidada por más de veinte años desde su composición, y un insólito evento la transformaría en el segundo himno de Bolivia.


¿Qué sucedió?


En marzo de 1963 se organizó el Campeonato Sudamericano de fútbol, hoy conocido como Copa América. Bolivia disputó la final con Brasil, a quien venció en definición de penales por 5-4. Por primera vez, Bolivia se corona campeón del Campeonato Sudamericano. La gente estalló de alegría. Y entonces recordaron una canción que dice: 


Viva mi patria Bolivia, una gran nación

Por ella doy mi vida, también mi corazón.

 

Esta canción que yo canto, la brindo con amor

A mi patria Bolivia, que quiero con pasión.


Durante estos días de celebración, el pueblo se refería a la canción como “Viva mi patria Bolivia”, las primeras palabras de la canción. Y es así como esta canción obtiene un nuevo título, por decisión de su país.


Un detalle a tomar en cuenta:  En el año 1969, el poeta salvadoreño Ricardo Cabrera residía en Lima, y desde su casa contactó al encargado de negocios de Bolivia en el Perú para emitir una carta donde cedía sus derechos como autor al Estado de Bolivia.



Durante su carrera, Apolinar Camacho recibió la condecoración Bandera de Oro, la medalla Vicenta Juariste Eguino, y el Disco de Plata, del sello discográfico Lauro, entre otros reconocimientos. 


El compositor, autor de una de las canciones más populares de Bolivia, falleció en La Paz, el 4 de abril de 2002.



16 de abril de 2021

¿Cuál fue la primera editorial que publicó música para clarinete? CLARIPERU

Primera editorial en imprimir partituras para clarinete. Estienne Roger de Holanda.

Foto: Fachada de la editorial Estienne Roger, 1722.

Las editoriales musicales han jugado un rol muy importante en la difusión y desarrollo de la música occidental. Gracias a ellas, hemos heredado monumentales obras que podemos interpretar, analizar y conservarlas para el futuro. Sin un sistema escrito e impreso, la música no hubiese llegado a un alto desarrollo sonoro y artístico imagínate tener que memorizar un primer movimiento de una sinfonía y además, ¿cómo explicaría el compositor lo que desea a cuarenta músicos?


Tenemos que recordar que estas editoriales, además de la noble labor de conservar y difundir la música, eran negocios bastante lucrativos. En Europa, a finales del periodo barroco musical, era común que al menos un miembro en la casa toque un instrumento, de preferencia un teclado interpretado por una dama. Las partituras, con los últimos éxitos, debían estar disponibles en diversos arreglos para un público general que crecía con los años y que significaban clientes potenciales para estas editoriales.


La editoriales pronto fijaron ojos al nuevo miembro de la orquesta: el clarinete. Este instrumento nació a inicios de 1700 derivado del chalumeau y, desde su aparición, los compositores notaron sus cualidades y posibilidades sonoras. Los más aventureros escribieron discretas partes para clarinete en sus obras sinfónicas y algunos, obras más pequeñas donde se luce este instrumento de viento con algún acompañamiento. Entre tantas publicaciones tempranas, nos preguntamos cuál fue la primera editorial que publicó una partitura para clarinete y qué publicó exactamente. La respuesta es bastante interesante.


Se tratan de dúos para dos clarinetes de un compositor anónimo. La publicación tiene como título Airs y se lee en la portada lo siguiente:


"Airs a deux Chalumeaux, deux Trompettes, deux Hautbois, deux Violons, deux Flutes, deux Clarinelles ou Cors de Chasse"


Estos dúos fueron publicados por la editorial holandesa Estienne Roger, una empresa muy exitosa que publicó su primer catálogo en 1698. Solo ocho años después, ya contaba con agencias en Londres y Colonia. En 1716 ya tenía sucursales en Bruselas, Hamburgo, Berlín y Halle, junto con un catálogo de cuatrocientos once obras que incluían sonatas, conciertos, suites, danzas, música para solistas y música de cámara.


La primera edición de los dúos para clarinete de Estienne Roger datan originalmente entre 1712 y 1715 pero no existe una copia de ejemplar alguno. Lo que sí se ha encontrado es la segunda edición, publicada en 1716 y que se encuentra actualmente en Bruselas.


Estas ediciones tienen dos partes, llamadas Dessus y Second Dessus. El primer volumen contiene treinta y cuatro Airs y el segundo, cuarenta y cuatro. Toda la música está escrita en re mayor, lo cual lleva a pensar a los investigadores que estos dúos, aunque se lee en la portada que son para clarinetes, fueron pensados para ser interpretados por otros instrumentos más comunes, como la flauta o el violín. Tenemos que tomar en cuenta que el clarinete era un instrumento nuevo, no muy popular y aún en plena evolución, y justamente tocar esta música en la tonalidad de re mayor no era muy cómodo en los instrumentos de la época.




Fuentes

Hoeprich, E. (2008). The Clarinet :(p.31).Yale University Press

Rice, A.R (1977). Valentin Roeser’s Essay on the Clarinet (1764). Background and Commentary. [tesis] http://scholarship.claremont.edu/cgu_etd/103. doi: 10.5642/cguetd/103

16 de octubre de 2003

Breve historia de los maestros de Europa y sus métodos


El presente artículo fue escrito por la historiadora británica Pamela Weston, autora de varios libros y escritos relacionados con el clarinete, entre ellos el famoso libro "Clarinetistas virtuosos del presente". La traducción ha sido realizada por Marco Antonio Mazzini.

Los nombres de Lefévre, Klosé y Carl Baermann se han convertido en íconos en el mundo de la enseñanza clarinetística, ya que los métodos que escribieron durante la primera mitad del siglo XIX, estaban tan bien fundados que aún son impresos para su uso hoy en día.
Estas tres personalidades también formaron parte en el mejoramiento del instrumento, sobre todo Klosé. Ellos no estuvieron aislados en sus ideales, ya que fueron influenciados por otros músicos, maestros e inventores, cuyos nombres y contribuciones deben ser incluidos en esta historia: Beer y Tausch, los primeros virtuosos que fueron los responsables en crear una escuela de clarinete; Muller, el intrépido ejecutante viajero que inventó el instrumento de sistema simple, y Berr, profesor del Conservatorio de París, quien aportó muchas reformas en la enseñanza y dejó las bases para la técnica moderna.


· Beer y Tausch
Joseph Beer (1744-1812) y Franz Tausch (1762-1817) fueron los primeros clarinetistas importantes en el panorama musical y fueron ambos responsables por el desarrollo de un estilo de tocar distintivo. Fueron también los primeros profesores de importancia y aunque ninguno de los dos dejó un método escrito, la influencia que dejaron en sus alumnos fue profunda. El estilo de Beer, que se transformó en el estilo francés por su prolongada estadía en Francia en la cumbre de su carrera, era de gran sonido y estridencia. Tausch, cuyo estilo era conocido como “alemán”, agregó belleza en el sonido y detalle en la ejecución, además que alcanzó una gran maestría técnica.

Beer, durante sus primeros años en París, le enseñó a Etienne Solére y Michel Yost, quienes se convirtieron en grandes intérpretes. A edad madura dejó París y mientras transitaba por Alemania, quedó tan impresionado por el estilo de tocar que se puso inmediatamente a trabajar en su propio sonido y desarrollo expresivo. Viajó luego a Rusia donde sus cualidades musicales le dieron muchos años de éxito en esas tierras. Sus últimos años los dedicó como músico de cámara del Rey de Prusia, quien lo designó maestro en la Escuela Militar de Música en Postdam. Tausch mantuvo contactos con la corte de Mannheim, Munich y Berlín. Llegó a tocar años más tarde a dúo con Beer en alguna corte, y en 1805 fundó un Conservatorio para Instrumentos de Viento donde se educaron instrumentistas de primera clase. En los primeros años de esta escuela especializada, Heinrich Baermann se convirtió en uno de sus alumnos. Ya que Baermann había seguido clases con Beer anteriormente, ambos maestros pueden decir que son responsables por formar uno de los mas grandes clarinetistas que el mundo haya visto. El clarinetista finlandés Crusell era otro intérprete muy conocido por su calidad interpretativa, una mezcla entre el estilo francés y alemán, ya que tomó lecciones primero con Tausch y luego con el alumno de Yost, Lefévre.


· Lefévre
Jean Xavier Lefévre (1763-1829) vivió en París en los turbulentos años de la revolución francesa y las guerras napoleónicas. Su manera de tocar era cautivante, bajo la tradición francesa de Beer. Además de ser un notable solista, ejerció en las mejores posiciones de la ciudad, incluyendo la de primer clarinete del emperador. Debido al gran número de clarinetistas necesitados en las bandas del ejército de Napoleón, hubo una gran demanda por clases y cuando el Conservatorio de París abrió sus puertas en 1795, Lefévre era uno de los 19 maestros designados a enseñar a ciento cuatro alumnos de clarinete. Lefévre fue encargado de escribir el método oficial a usarse en el Conservatorio, libro que se imprimió en la misma institución en 1802. Este método fue reimpreso y editado por Hermann Bender, Romeo Orsi y Alamiro Giampieri. Forma también la base del método de Julius Pisarovic, y es utilizado aún hoy en día.


· Muller
Iwan Muller (1786-1854) presentó su clarinete de trece llaves al Conservatorio de París para que lo revisaran en 1812. El argumentaba que este nuevo clarinete podía tocar en todas las tonalidades con facilidad, cosa que en el futuro los instrumentistas necesitarían solo un instrumento. Tuvo la mala fortuna de encontrarse con Lefévre como miembro del comité asignado a juzgar su nuevo instrumento, ya que Lefévre consideraba que el hecho de agregarle más agujeros que los que necesita su propio clarinete de seis llaves distorsionaba la calidad del sonido, y esto si dudas influyó en el jurado. El invento fue entonces rechazado bajo los argumentos que los compositores desean la variedad de colores que los diferentes clarinetes ofrecen. Muller no aceptó la idea de ser rechazado y viajó con su nuevo invento por toda Europa y Rusia ofreciendo conciertos de tan alta calidad, que pronto su instrumento fue proclamado como el clarinete del futuro. Muller fue un viajero incansable durante toda su vida y nunca se estableció por mucho tiempo en un lugar fijo para ganar reputación de maestro, pero sí escribió un método para su clarinete en 1822 que prosperó exitosamente en ediciones posteriores.


· Berr y Klosé
En 1831, Frederic Berr (1794-1838) fue designado profesor en el Conservatorio de París, y en sus cortos siete años de servicio hizo muchas reformas. Él había sido un admirador de los instrumentos diseñados por Muller y no perdió tiempo en insistir en que el Conservatorio los adopte. Fue él quien exigió a sus alumnos tocar con la caña apoyada en el labio inferior (en vez del superior como era lo normal en esa época) y adoptar el ideal del sonido alemán. En 1836 escribió un método bastante parecido al que dejó Muller, pero para el clarinete con catorce llaves. Este método fue reimpreso muchas veces y apareció luego bajo la edición de Prospère Mimart. Berr dedicó su método a su alumno Hyacinthe Elèonore Klosé (1808-1880) quien tomó el puesto de su maestro cuando éste falleció en 1838. Klosé, además de transformarse en un exitoso y querido profesor, fue famoso por la creación del sistema Boehm de diecisiete llaves en colaboración con el fabricante de instrumentos Louis-Auguste Buffet. El sistema Boehm, que fue tan revolucionario como los clarinetes de Müller, no encontró oposición alguna en Francia y pronto se popularizó. Su adopción en el extranjero tardó más, Inglaterra no lo adoptó hasta casi el final del siglo XIX, pero es actualmente el sistema más usado tanto en Europa como en América. Klosé escribió también un método para su clarinete en 1843, el cual fue re-editado por Giampieri, Simeon Bellison y Charles Draper. En 1855 Joseph Williams, el clarinetista de Herefordshire, no se convirtió al nuevo sistema pero escribió un método basado en los principios de enseñanza de Klosé y aplicado al clarinete de trece llaves, instrumento que tocaba con la caña apoyada en el labio superior.