Caracas, 22 de abril de 2008, 12:30am
A Thomas: Me he tomado el atrevimiento de escribir algunas líneas, no sólo por el hecho de que disfruto enormemente de la experiencia de tomar un lápiz y un papel, sino porque además se trata de una ocasión especial. Creo que una de las cosas más bellas que tiene la vida es hacer amigos, esa gente especial que te brinda su apoyo y cariño de manera desinteresada y afectuosa a la vez. En el mundo musical tenemos la figura del maestro, sin embargo, muchas veces se le suele ver como alguien inalcanzable, tan respetado como temido.
Afortunadamente, hay maestros que son tan especiales que, lejos de pretender imponerse como un ser omnipotente ante sus alumnos, se acercan y abrazan la idea de un gesto más humano y amistoso. Tal es el caso de Thomas Friedli, a quien conocí en Venezuela, luego le encontré en la pasada edición del Concurso de Ginebra y con quien finalmente tuve la maravillosa oportunidad de estudiar varios días el pasado mes de marzo.
Pocas veces he tenido la fortuna de compartir con personas que ven más allá de lo ¨evidente¨, que ahondan en el alumno en primer lugar como lo que es: una persona, para desde allí comenzar a trabajar en los detalles a que halla lugar. Todo esto con el fin de que el alumno dé lo mejor de sí mismo al momento de tocar y con ello disfrutar mucho más de lo que hace.
Fue esta una de las cosas más lindas y valiosas que me enseñó Thomas, y me permito llamarle así puesto que de esta manera él mismo me lo pedía. Hoy se ha marchado un Maestro, aunque prefiero decir un amigo, pero sólo de forma parcial puesto que nos ha dejado su obra como artista y apasionado pedagogo, y creo que una manera de rendirle homenaje es, en especial para quienes tuvimos la fortuna de conocerlo, la de hacernos eco de lo que nos dejó.
Precisamente, no puedo dejar de señalar dos cosas de las más valiosas que me regaló: la primera una lección de humildad cuando, una vez que entendía cómo debía frasear algún pasaje, me decía ¨...no eres mejor que los demás tan sólo porque ahora sabes cómo hacerlo bien...¨y, la mejor de todas, ¨no dejes pasar ninguna oportunidad, sea lo que sea que quieras hacer, aprovecha el tiempo¨. Definitivamente, hay personas que llegamos a conocer por mucho tiempo y nos dejan a veces mucho, a veces poco o simplemente nada!; como también hay personas que a penas tenemos tiempo de conocerlas... y vaya que nos dejan mucho!
Con todo mi cariño para un buen amigo, Carmen T. Borregales
Carmen, te agradecemos infinitamente por tu valiosa colaboración. Ayer se cumplió un mes de este lamentable hecho y no queríamos dejar de recordar lo valioso que fue el maestro: una persona humana, sencilla, una estrella que hoy está aquí brillando en cada uno de los que tuvimos la dicha de conocerlo. No tengo palabras como reflejar lo que sentimos cuando pensamos en él, solo nos queda despedirnos y recordarle a su familia lo importante que fue para este mundo.
Un fuerte abrazo a sus familiares y esperamos que puedan leer la entrevista que está publicada en la página de Clariperu.