19 de octubre de 2012

La internalización de la música. CLARIPERU


¿Cómo podemos mejorar nuestra práctica? ¿Por qué no puedo vencer un pasaje difícil por más que lo practico? Quizás las respuestas a estas y otras preguntas relacionadas con la actitud de la práctica las encontrará en esta página. El siguiente texto ha sido escrito por el clarinetista John Cipolla, a quien le agradecemos su gentileza de permitirnos traducir y publicar sus palabras en Clariperu. Le recomendamos visitar su página web en donde encontrará más información sobre este instrumentista. 
La traducción ha sido realizada por Marco Antonio Mazzini. 

Clarinetistas John Cipolla habla sobre música y su internalización
John Cipolla
Como intérpretes, a menudo nos enseñan a leer música y seguir cuidadosamente las indicaciones de la partitura. Leemos la música, ponemos los dedos en el lugar correcto y soplamos. Entre más notas y más rápido que éstas ocurran, se piensa que la música es más difícil. Nosotros tendemos a juzgar la música por cuán difícil es. Pero, ¿qué es realmente difícil en música? Difícil es tratar de levantar un objeto sumamente pesado, pero ejecutar semicorcheas rápidas o notas agudas no son difíciles en música. Estas son simplemente áreas con las cuales no estamos familiarizados, que no se han explorado tanto como, por ejemplo, una escala de Do mayor. 

El proceso
Interiorizar la música significa aprender una pieza o una técnica de interpretación a un nivel que ya no requiera un proceso consciente de ejecución. El proceso de interiorizar la música es un asunto de repetición lenta de segmentos muy pequeños - o de una técnica instrumental. Esta repetición inculca a que se aprenda profundamente en nuestro subconsciente. La meta será entonces trabajar en algo hasta que parezca que suena por sí mismo. 

Los pasos
El primer paso para practicar algo que deseamos, será el identificar qué partes de la pieza o la escala nos son menos familiares, las que creíamos que eran difíciles. El próximo paso será revisar y volver a revisar esas áreas hasta que los dedos, los oídos y la respiración lleguen a familiarizarse y sentirse cómodos con ellos. ¿Suena demasiado simple? Quizás lo es, pero es la verdad. El truco está en que puede tomar semanas, meses o a veces años para que nuestros cuerpos permitan que estas acciones ocurran sin pensamiento consciente.

Uno de los pasos más importantes en este proceso de aprendizaje es el no observar partitura alguna. Toque cosas sin mirar música impresa. Uno quizás diga, yo no puedo memorizar las cosas fácilmente. Bien, pero esto no es memorización. Esto se trata de aprender algo profundamente. Toque un fragmento o una frase repetidamente, pero al tocar, utilice sus oídos y escuche la música que ejecuta. Luego pruebe cantar la frase sin el instrumento. Ahora pruebe tocar su frase empezando en notas diferentes. Si esto lo agobia, abórdelo por un ángulo diferente.

Ejercicio con cumpleaños feliz
Cante los primeros compases de la canción Cumpleaños feliz. Ahora, toque la canción en su instrumento, empezando en cualquier nota. Luego que usted ya se familiariza con el tema, toque lo mismo empezando en otras notas. Cuando se sienta cómodo tocando este tema en las doce notas, usted puede sentirse seguro de que sabe la canción. Los mismos principios valen para aprender cualquier otra música. La única diferencia es que algunas piezas son más largas que el sencillo tema de Cumpleaños feliz, así que uno necesita dedicar más tiempo, pero los conceptos son lo mismo. Sólo trabaje con fragmentos muy pequeños de música y no avance a otras áreas hasta que no haya aprendido completamente la que está trabajando.

Lavándose los dientes y los primeros pasos al caminar
Aquí hay otra analogía: cuando nos lavamos los dientes, ponemos la pasta dentífrica en el cepillo, lo llevamos a nuestra boca y empezamos a cepillarnos. No fallamos en poner el cepillo de dientes en nuestra boca. Lo hemos hecho tantas veces que esta acción es familiar a nuestros músculos y lo realizamos sin pensar.

¿Y sobre el caminar? Intente observar a un niño que recién aprende a andar. Luce como un pequeño Frankenstein. Sus piernas están tiesas y su equilibrio es inseguro, y luego de unos pocos pasos se cae. Pero un joven o un adulto no piensa sobre el proceso de caminar. De hecho, ellos no recapacitan conscientemente en esta acción, para nada. Por el contrario, piensan algo así como "quiero un vaso de leche", entonces se levantan y van al refrigerador, y lo obtienen sin tener que decirle a sus piernas lo que hay que hacer.

Aprender música es lo mismo. Cuando asimilamos las técnicas de ejecución de un instrumento, la comprensión de los rudimentos de la pieza que nos interesa - a un nivel tan completo - que retiramos la necesidad de pensar conscientemente para ayudarnos a interpretar una pieza. A este punto es que la única y extraordinaria voz de cada uno de nosotros se puede expresar a través de la música.


Charlie Parker y Art Tatum
Charlie Parker
Dos de los músicos más grandes que jamás vivieron, Charlie Parker y Art Tatum, interpretaron frecuentemente su repertorio en tonalidades diferentes. De hecho, Art Tatum empezaba un tema en una tonalidad y luego tocaba el puente en otra. Charlie Parker tocaba su repertorio en diferentes tonos. Las tonalidades no les importaban mucho a estos músicos porque estaban familiarizados con todas ellas.

Lo que estos artistas tienen en común es la habilidad de permitir el flujo de la música a través de ellos sin que egos, opiniones, temores y dificultades técnicas les estorben. Han alcanzado este nivel artístico por el método lento y metódico de internalizar los varios aspectos de la música - y tocar bien sus instrumentos. Han ingresado a un universo en donde no tienen que pensar conscientemente acerca de ejecución musical. La música que llevan por dentro es capaz de fluir libremente por ellos. No hay las vocecitas que les dicen ¡ajá! - aquí viene la parte difícil.

¿Cómo debo practicar?
Uno quizás diga, eso suena bien, pero yo practico tres horas diarias y no llego a ese nivel. El punto no es el número de horas que invierte en practicar. El punto más importante deberá ser el dominar lo que usted practica antes que avance a otras áreas. Dominar significa aprender algo tan bien que uno lo ejecuta siempre correctamente - como la analogía de lavarse los dientes. Este tipo de práctica parece tomar mucho más tiempo. Alguien quizás diga, yo no puedo pasar demasiado tiempo en esta escala ahora porque tengo dos estudios que aprender, algo de música orquestal y otro material de estudio. El volumen de demandas llega a ser tan agobiante que la sesión de práctica pronto se transforma en balbucear varias cosas, sin aprender realmente algo. 

Pero el tiempo que necesitamos para interiorizar algo es más corto de lo que pensamos. Recuerde los momentos cuando usted practicó una pieza repetidamente y había unos cuantos pasajes que fueron siempre difíciles y que nunca los sintió correctos. Interpretó la música con la idea del "ya me saldrá", y luego de su presentación piensa algo como "que bueno que ya todo terminó". Pero, algunos años más tarde, usted tiene que tocar esa misma pieza otra vez para un estudiante o para un recital, y esos mismos pasajes no son más fáciles.

Si desde un principio se hubiera tomado el tiempo en interiorizar apropiadamente esa música, no sólo siempre estaría con usted sino que, además, los problemas que conquistó al invertir tiempo en esos pasajes lo acompañarán al momento de enfrentar desafíos semejantes.

Lo que sucede entonces es que entre más material que se aprenda de esta manera, la música se volverá más sencilla en general. Cuando uno adquiere suficiente facilidad, la mayoría de la música interpretadas se harán sin o con pequeño pensamiento consciente, permitiendo así que su personalidad extraordinaria aflore. Esto sucederá porque no existirá ningún obstáculo técnico de conquistar en la música o en el instrumento.

Al practicar, no trate de conquistar una obra entera inmediatamente. Manipule primero un pasaje pequeño hasta que llegue a ser fácil. Un maestro dijo que algo se ha aprendido apropiadamente cuando se puede tocar perfectamente seis veces seguidas. Generalmente, si algo no se aprende de manera suficiente, es porque existe un lapso en la concentración al tratar de tocar seis veces seguidas sin errores, así que utilice la regla de las 'seis veces' como una prueba. Si comete un error, entonces dedique más tiempo a trabajar lentamente en el pasaje en cuestión, hasta que no tenga que pensar en lo que hace.

Foto: Hugo Pierre
Paciencia y el divertirse en la práctica
Algo muy importante de considerar: no se desanime. Tenga paciencia con usted mismo, escuche con cuidado lo que toca, investigue las áreas problemáticas y arregle cada una de ellas por medio de repetición. También goce del proceso de su práctica y de los sonidos que produce. La música es divertida y es el alimento del alma, y esto incluye la música creada al practicar.