Siempre con un cigarrillo en la boca y de carácter calmado, el clarinetista francés Louis Sclavis ofrece esta entrevista exclusiva para Clariperu. Músico dedicado al jazz y a la improvisación libre, Sclavis ha llamado siempre la atención del público y de los medios especializados por su originalidad y su experimentación con el clarinete y el clarinete bajo. Su presentación en el Festival Mundial de Clarinete en Tokyo fue uno de los momentos cumbres de este evento.
La presente entrevista se llevó a cabo el 4 de agosto del 2005 en el Monasterio de Royaumont en Francia. Por Marco Antonio Mazzini.
• ¿Cuál es su memoria de la música en su infancia? ¿Recuerda algo en particular que llamara su atención hacia la música?
Sin duda recuerdo la música que mis padres solían escuchar en casa, esto es, música popular francesa, música vieja bailable, ya que a mis padres les encantaba bailar. Se oían también tangos, ‘musettes’ y mambos. Lo que recuerdo que me impresionó mucho fueron las bandas callejeras, lo que nosotros llamamos ‘fanfare’. Fue en ellas que experimenté la música en vivo, y la primera impresión que tuve de un músico fue en la calle. Pero la música la sentí desde siempre, desde un principio. Creo que nací para la música.
• Siempre sintió ese apego...
Si, desde muy temprana edad. Solía intentar hacer música con juguetes, con una guitarrita de plástico, con tamborcitos... luego aprendí la armónica.
• ¿Su educación musical empezó en algún conservatorio?
No, primero en mi distrito de Lyon. Existía una banda, y me involucré en ella ya que quería hacer música, quería aprender algún instrumento – cualquiera. Ahí adquirí mis primeras nociones sobre música, ya que impartían clases de teoría a los miembros de esa agrupación. Cuando llegué, el encargado era un clarinetista, así que me dijeron que podía estudiar clarinete, y acepté. Si hubiese sido trombón, trompeta o cualquier otro instrumento igual hubiese aceptado. Empecé a estudiar entonces el clarinete y pronto me sentí cómodo con este instrumento, y me sentí afortunado de haberlo escogido – en realidad, que haya caído en mis manos. Varios años después ingresé al conservatorio, donde mi maestro fue muy estricto conmigo.
• Y evidentemente aprendió ahí el repertorio académico. ¿Cómo siente esta música, que dista tanto de la suya?
Me gusta mucho la música clásica, principalmente por que no es mi música. Me gusta practicarla pero no es mi camino. He practicado mucho y obtenido cierta técnica para poder hacer lo mío. No necesito la música clásica. Conozco a muchos colegas que aman esta música, y yo la he experimentado por lo cual la conosco muy bien, pero es simplemente diferente a lo mío, es otra historia.
• Y su aproximación al jazz, a la música experimental, ¿Cómo sucedió?
Estamos hablando de finales de los sesenta y principio de los setenta. Fue en este periodo que empecé a toca jazz, improvisación libre y a trabajar conjuntamente con bailarines, teatro...en esa época todo estaba muy mezclado, unido. Era el auge de la música pop, salían nombres como Pink Floyd, Sun Ra, Living Theater... todo esto me motivó a tocar, a improvisar, experimentar y a reunirme con compañías de teatro y de danza. Con un amigo mío solíamos tratar de tocar todo, cualquier tipo de música, y empecé a disfrutar esto. Poco a poco me ví involucrado en este movimiento. Conocí en Lyon a algunos músicos de la banda “Workshop de Lyon” quienes me invitaron a tocar con ellos...así comenzó todo.
• Para entonces ya tenía algo de experiencia
Si, ya que además había trabajado con cantantes, muchas bandas, compañías... podría decir que a los 22 años ya era profesional, y desde entonces he vivido íntegramente de la música.
• Me comentó que el clarinete bajo lo optó por curiosidad, ya que cuando decidió comprarse uno, jamás había escuchado este instrumento...
Exacto, en realidad ¡ni siquiera lo había visto! Escuché que existía un clarinete que podía tocar una octava más grave que los clarinetes en Sib, y el solo imaginar el sonido me provocó ir a comprarme uno. Me pareció interesante. Cuando lo obtuve, empecé inmediatamente a usarlo como instrumento principal, y luego poco a poco empecé a investigar sobre otros clarinetistas bajos, nombres como Eric Dolphy. Pero como sabes, en Francia existe una gran escuela de clarinete bajo, nombres como Jacques DiDonato y Michel Portal. Con ellos aprendí mucho, ya que pronto empecé a tocar a la par con ellos. Creo que este instrumento es perfecto para mí, tengo una relación muy natural con él...
• ¡Eso lo noté desde un primer momento!
Me siento muy cómodo con el clarinete bajo, siempre fue así. Yo tomé algunas clases en el conservatorio para obtener algo de técnica básica, pero como te comenté anteriormente, yo usé este instrumento inmediatamente en mis presentaciones de teatro y de improvisación libre, lo aprendí más en acción. Solía tocarlo junto con percusión y de ahí desarrollé un sonido grande.
• El ambiente lo obligó a desarrollar su sonido
Claro, ¡pronto aprendí a soplar duro! (se ríe) ... ¡si no casi no se me escucharía!
• ¿Y el saxofón viene después?
Lo aprendí cuando era joven, a los 14 años. Me conseguí primero un saxo soprano, ya que admiraba a Sidney Bechet y quería tocar ese tipo de música. Lo uso muy seguido ya que también me gusta mucho este instrumento. Luego aprendí a tocar saxofón tenor y barítono. En mi música uso mucho el saxo soprano.
• Hablemos un poco sobre sus grabaciones. ¿Existe algún esquema/proceso que sigue para sus proyectos de grabación?
Un proceso...normalmente escribo primero la música y empiezo a ensayar mucho con mis músicos. Luego esta música la tocamos por un año o dos en público, y cuando escucho que estamos listos, que hemos trabajado lo suficiente como para tener la música clara y precisa, grabamos. Nunca grabo un disco en el cual la música no la he tocado en vivo, aunque existen algunas excepciones.
• Siente que debe experimentar primero la música en vivo
Definitivamente. Tocarla y desarrollarla, ya que gran parte de la música es compuesta durante los conciertos, es ahí donde hallamos el mejor material. Necesitamos los conciertos para encontrar la música.
• A mis oídos, su música es muy distintiva: color instrumental, las formas de sus líneas melódicas... ¿Usted es consciente de esto?
¿Algo así como si tengo un estilo consciente? Creo que no, y me parece que si eres consciente vas a detener bastante tu capacidad de exploración. No sé si tengo un estilo y no me importa tener uno, y creo también que yo no soy el indicado de mencionar esto. Es la gente quien podría decir que yo tengo un estilo reconocible. Ahora que lo pienso, creo que es importante tener un estilo, pero uno no decide tenerlo, viene por sí mismo.
• ¿Alguna anécdota que me pueda compartir? Quizás algo que sucedió durante un concierto...
Mmm....no soy muy bueno contando historias...déjame pensar...una vez - creo que fue en los ochenta - durante un concierto en uno de esos cafés alternativos de París, me tocaba un gran solo de clarinete. Normalmente, cuando toco, cierro mis ojos. Para mi sorpresa, cuando accidentalmente abro mis ojos, noto que poco a poco la gente se iba, y no cinco individuos, te hablo de casi todo el local. Pensé “Dios mio, debo estar tocando horrible, que porquería estoy haciendo!”. Lo que en realidad pasó es que alguien había puesto una pequeña bomba lacrimógena, y la gente irritada de la vista abandonó el local. Yo estaba con mis ojos cerrados y en escenario, por eso no sentí nada. ¡Pero fue una terrible sensación ver a la gente levantarse y salir en medio de mi solo!
• Sobre su experiencia, ¿usted recomienda que los instrumentistas experimenten la improvisación?
Claro que sí, sea este su campo profesional en el futuro o no. Al improvisar uno asume muchas responsabilidades: debes tener comando de tu instrumento, te conviertes en compositor, eres parte de un ensamble y en segundos más, solista, y estas obligado a ver la música a través de tus ojos, no por los de un compositor o director. Debes poner tu creatividad al máximo. Hoy en día muchos músicos académicos están interesados y sumergidos en la improvisación, aunque no se vayan a dedicar a ella, y eso es muy positivo. Por ejemplo, Jacques DiDonato tiene un departamento especial en Lyon en donde enseña improvisación a sus alumnos de clarinete. Antes de graduarse deben componer e improvisar. Todos los alumnos que le conozco tienen trabajo, ya que tocan muy bien el repertorio clásico y contemporáneo, y son capaces de componer e improvisar para trabajar en producciones de teatro o en compañías de danza. Improvisar es bueno, por lo menos intentar. Te ayuda a entender y disfrutar más la música.
• ¿Usted cree en el talento?
Claro que sí, sé que no es suficiente pero todo empieza con el talento. No creo en Dios, pero si creo que nacemos con algún talento. Lo que sucede con algunas personas es que creen tener talento para algo, cuando en realidad su talento está en otra área. Creo que el talento marca en el arte esa diferencia entre algo mediocre y algo realmente bueno. Primero es el talento, y luego tu decisión de lo que haces con él. Puedes tener mucho talento en música, y dedicarte a la "música comercial" ya que prefieres el dinero, y no optas por desarrollar tu potencial.
• ¿Tiene algún sueño?
No, creo que no. Cuando empiezo algún proyecto, es porque conocí algún músico que me motivó, o porque alguna oportunidad aparece. No tengo sueños específicos porque en realidad no sé exactamente que es lo que quiero. Cuando la vida me da una idea o una oportunidad, la tomo. Si me dices “usted tiene todo y toda la libertad de hacer lo que quiera” no sé lo que haría... por ahora no quiero nada. Me gusta más la motivación, la curiosidad, esa energía que te impulsa a hacer cosas, a descubrir. No me interesa la libertad total. Mi sueño es cuando hago música, cuando estoy rodeado de músicos. Antes de es, no tengo sueños, no los necesito.
• Su música lo ha llevado a soñar en escenarios de varios países...
Si, he viajado mucho, y me sería más sencillo mencionarte los países que no he visitado. En tu continente, no he pisado aún Argentina, Brasil y Chile... a veces mis visitas son muy breves, y es por que creo que uno debe viajar, ya que así la gente te conoce, así introduces tu arte.
• Lo deben extrañar mucho en casa...
Si, pero así soy, un nómada, siempre lo he sido. A veces pienso que no necesito un hogar, ya que me siento feliz en cualquier parte... soy ahora abuelo y aún así me gusta mucho tocar y viajar.
• Su agenda parece estar siempre bastante saturada. ¿Le parece que hoy en día es más difícil tener la oportunidad de ofrecer conciertos, viajar?
Me parece que sí. En la época que me desarrollé había mucho apoyo y movimiento, aquí en Francia y también en Alemania. Hoy, con los nuevos gobiernos, hay menos dinero destinado a la música, sobre todo en Francia. En Alemania me parece que sucede lo mismo, cada vez hay menos dinero para la música. Hoy debemos luchar un poco para mantener lo que somos. Un músico joven debe luchar para tener un buen concierto y no mal pagado. Pero es algo por lo cual vale la pena apuntar y disparar nuestra energía, siempre sucede así: hay épocas buenas y otras no tan buenas, y aún así durante el periodo difícil, algo positivo nace. Nunca todo es negativo. Si quieres ser un artista, debes de tomar este riesgo y no quejarte si es difícil.
• Respiro un aire positivo en su persona...
Si, y debo serlo. Ser positivo es ser claro y calmo. Soy positivo con mi música, con los músicos que invito. No creo en Dios como te dije pero si tengo un aire positivo. Por otro lado, no soy tan optimista con la raza humana. Mi optimismo disminuye cuando veo lo que sucede en África e incluso aquí en Europa, donde cada vez mas veo gente pobre, desempleada y sin un lugar donde vivir. ¿Cómo será la situación social en 20 años? Pero en mi trabajo, si soy positivo.
• Es una bella profesión la que tenemos
Si, casi siempre lo es. Creo que uno debe compartir lo que hace, y lo puede hacer empezando con sus amigos. Uno puede compartir su música a cuatro personas, no necesitas un auditorio con dos mil personas para empezar a compartir, ya que esas cuatro personas son también importantes.