“Mi reputación se difunde cada vez más. En todos los periódicos de las ciudades donde ofrecí conciertos se pueden leer las críticas y poemas más favorables sobre mi interpretación".
Caroline Schleicher-Krähmer
Durante el siglo XIX se respira en Europa un ambiente de muchos cambios tecnológicos y artísticos. En la música, grandes compositores e intérpretes son aclamados en diferentes salas de conciertos, las cuales exigen música nueva acorde con el gusto de la época.
Famosos compositores han trabajado de la mano con renombrados clarinetistas de su tiempo, los virtuosos del momento, manteniendo una colaboración de beneficio mutuo. Reconocemos nombres como Heinrich Baermann que colaboró con los compositores Carl María Von Weber, Mayerbeer y Mendelssohn; Anton Stadler con Mozart y el clarinetista Richard Mühlfeld que inspiró a Johannes Brahms a retomar la composición. Estos clarinetistas crearon su propia música, difundieron a otros compositores y al clarinete. A esta lista hay que agregar, al menos, el nombre de tres mujeres que marcaron una gran diferencia en su época, remando contra la corriente de las costumbres de una época donde las damas no gozaban de un reconocimiento justo en su sociedad.
Las clarinetistas a las que nos referimos son Margaret Knitel y las hermanas Cordula y Caroline Schleicher. Cada una de ellas creó un impacto en diferentes aspectos del quehacer musical, tanto por su condición de artista, como de mujer. Tomemos en cuenta que los instrumentos de vientos eran ejecutados exclusivamente por hombres y los conservatorios que existían en la Europa del siglo XIX no permitían el ingreso a mujeres en estas especialidades. Aun así, estas tres clarinetistas florecieron.
El primer concierto ofrecido por la clarinetista Margaret Knitel es en una velada privada, en 1816 en Kassel, Alemania. El periódico especializado en música, Allgemeine Musikalische Zeitung, escribió esta crítica sobre su concierto:
"Su presentación es fría, su habilidad insignificante; pero recibió algunos aplausos por ser inusual ver a una dama tocar ese instrumento".
Margaret no se desanimó. Junto con su esposo, realizaron ese mismo año un largo viaje que los llevó a instalarse en la ciudad de Filadelfia, en Estados Unidos. Inmediatamente comenzó a organizar un concierto. El 16 de noviembre de 1816 presentó su primer Grand Concert en el auditorio masónico de la ciudad. Interpretó el Concierto para clarinete de Crusell acompañada de una banda (y según la historiadora Pamela Weston (2003), es muy posible que esta haya sido la primera vez que se interpretara dicha obra en Estados Unidos). Su segundo concierto se realizó el 28 de noviembre, esta vez interpretando el Concierto para clarinete de Joseph Beer y un Cuarteto de Friedrich Hoffman. Su concierto del 20 de mayo de 1817 es de particular interés: interpretó el Concierto para clarinete de Lefevre y una sorpresa más, el Air con variaciones interpretado en el corno di basetto con acompañamiento de viola. Este registro pone a Margaret Knitel como la primera mujer que interpretó públicamente un corno di basetto en el mundo. No solo se conformó con tocar el clarinete, sino experimentar con un instrumento novedoso y poco usual, incluso hoy en día.
Las hermanas Schleicher sobresalieron de manera distinta en el mundo del clarinete. Cordula fue la primera mujer que recibió un sueldo por ser clarinetista principal de una orquesta y su hermana menor, Caroline, fue la primera gran solista.
El padre de las hermanas, Franz Joseph, fue un notable fagotista y su madre tocaba el clarinete y el violín. No se tiene conocimiento que Cordula y Caroline hayan recibido instrucción musical fuera de casa, lo cual indica que su madre fue su única maestra y que se dio el tiempo para educarlas y criar a 13 hijos. A Cordula se le asignó tocar la flauta, pero practicaba el clarinete a escondidas. Una vez descubierta, y al reconocer sus habilidades, se le permitió en casa hacer el cambio al clarinete. Por el contrario, su hermana Caroline tomó el clarinete desde un inicio. En 1805 su padre las llevó a realizar conciertos en Suiza. Para entonces Cordula tenía 17 años y Caroline solo 11. Interpretaban tríos para dos clarinetes y fagot al lado de su padre, donde Cordula tocaba el primer clarinete y Caroline la segunda voz. En 1807 la familia se instala en Zúrich y empezó un periodo de mucha actividad musical para las hermanas. Cordula interpretó con su padre el Concertino de Danzi para clarinete y fagot, además del Concierto para clarinete de Krommer junto a la orquesta Musikgesellschaft zur Deutschen Schule de la ciudad. Es justamente esta orquesta la que se unió a otras dos para formar la Allgemeine Musikgesellschaft Zürich, una orquesta con más de 50 músicos, en la cual Corluda Schleicher fue contratada como clarinetista principal y la única mujer en este gran elenco. Durante los años 1812 a 1814 se sabe que se presentó como solista interpretando los conciertos de Mozart y Crusell (el concierto N°1).
Caroline fue contratada como violinista en la orquesta de Karlsruhe y tomó clases de composición, siendo uno de sus maestros el destacado compositor Franz Danzi. Un detalle que debemos tener en cuenta es que Caroline realizó su primera gira sola, en una sociedad donde las mujeres no eran permitidas viajar por su cuenta. Es en Viena que conoce a su futuro esposo, el oboísta Ernst Krähmer (de ahí que su firma se lee Caroline Schleicher-Krähmer), con quien se muda a dicha ciudad y retoma el clarinete como instrumento principal para pronto ganar fama como solista. En 1822, Caroline realizó una gira en 12 ciudades donde incluyó en su repertorio el Concertino de Weber, un Concierto para clarinete de Goepfert y el Adagio & Polonaise de Tausch.
Hay un detalle más que resaltar: En 1825 la editorial Sauer & Leidesdorf publica una colección de minuets y valses con "50 de los compositores más considerados, cuya procesión es liderada por el príncipe de la música, nuestro genio, Beethoven". Caroline fue incluida en esta publicación junto con otros renombrados compositores como Schubert, Hummel, Czerny y el mismo Beethoven. Ese mismo año, esta casa editorial publicaría luego su Sonatina para clarinete.
Y su fama como intérprete pasó las fronteras de Viena. Junto con su esposo, realizaron conciertos en países como Alemania, Suiza, y Kiev (Rusia). En Viena, Hanslick, uno de los críticos más severos, se refirió a ella como "una renombrada clarinetista".
Tres mujeres que perseveraron en sus pasiones musicales, sus vidas privadas y con sus logros, nos dejaron un gran ejemplo que siempre debemos recordar. Si deseas conocer a fondo la vida de Caroline Schleicher-Krähmer, te recomendamos visitar la página de la especialista Nicola Buckenmaier.
Fuentes:
. Weston, P. (2008). Heroes and Heroines of Clarinettistry: a selection from writings by Pamela Weston.
. Buckenmaier, N. (2019). Caroline Schleicher-Krähmer: The First Female Clarinet Soloist. Revista The Clarinet. Volumen 46 (4). p.44-46