Fue un 28 de mayo de 2006 que el Coro de Clarinetes Carmelo Azzolina ofreció su primer concierto en Bahía Blanca, al sur de Argentina. Lo que comenzó como un espacio fuera de horario para algunos alumnos, se transformó en un proyecto que, por quince años, acoge a clarinetistas profesionales, estudiantes y aficionados, promoviendo - con un repertorio muy amplio - la versatilidad del clarinete.
Este coro de clarinetes toma el nombre “Carmelo Azzolina” en homenaje a quien fuera el primer profesor de clarinete en el conservatorio de Bahía Blanca. Además, es el primero creado en Latinoamérica y que se ha mantenido en constante actividad desde entonces. Para celebrar sus primeros quince años, les presentamos a esta dinámica agrupación en palabras del clarinetista argentino Gustavo de Kamembeek, fundador del coro.
¿Cómo nace esta iniciativa de crear un coro de clarinetes en Bahía Blanca?
Siempre me interesó juntar a los alumnos que tenía, propiciando que se conozcan y toquen juntos, actividad que nuestro modelo de clases individuales o compartidas, pero no colectivas, no favorecía mucho. Cada vez que podía, formaba tríos o cuartetos con mis alumnos y lo hacía fuera de horario. En 2005 armé un par de cuartetos, eso me llevó a pensar en conformar un grupo más grande en 2006. Después de ver en internet grupos similares en todo el mundo, decidí intentarlo, en principio, solo con alumnos del conservatorio. Nuestro primer concierto fue interpretando música que generosamente varios sitios de internet compartían, entre ellos ya Clariperu por supuesto.
¿Qué música interpretaban en un inicio?
Como te decía, en el primer concierto fue música compartida en la web, arreglos comprados y, en general, piezas cortas de música europea, mientras buscaba, arreglaba y conseguía música argentina y latinoamericana.
¿Cuáles han sido los desafíos más grandes que han afrontado?
Siempre hemos intentado tener un proyecto anual que fuera un desafío importante, ya sea por la complejidad de la obra o por la gestión para concretarlo. En 2007 dejamos de formar parte del conservatorio y pasamos a ser un grupo autogestionado, incorporándonos al grupo que luego formaría la Asociación Filarmónica de Bahía Blanca.
En 2009 comenzamos con la realización de nuestro encuentro bienal que, si la pandemia nos deja, este año tendrá su séptima edición. Hemos tocado conciertos con cantantes, concretando dos presentaciones, una en 2008 y otra en 2018 del singspiel Bastian y Bastiana de W. A. Mozart, en arreglo para coro de clarinetes, dos flautas y cantantes solistas. En 2019 realizamos otras seis presentaciones de Bastian y Bastiana en diferentes salas de la ciudad y, a fin de año, hicimos la presentación junto al coro de la cátedra de Taller de Ópera del conservatorio local, interpretando una selección de Porgy and Bess de Gershwin, en arreglo para coro de clarinetes, flauta, saxo alto y percusión.
También han sido importantes desafíos participar en los Encuentros de Clarinetes de Yerba Buena en Tucumán (2010) y en diversas ediciones de los Festivales de Clarinetes Patagonia, tocando conciertos y recibiendo clases de los maestros presentes.
Tocar las obras argentinas Quinteto NOA de Fernando Lerman y la Suite Argentina de Gerardo di Giusto fue, en su momento, un desafío técnico importante. También realizamos un concierto Mozart incluyendo la obertura de la Flauta Mágica, el Concierto para piano n°11 con Rodrigo Evangelista de solista y la Sinfonía n°25 en sol menor y acompañamos a grupos de danza como Expreso Mudanza, con ragtimes de Scott Joplin y al Ballet de Tango de Sergio y Adriana con arreglos de tangos.
Luego de quince años, ¿cómo está conformado actualmente el coro?
El coro está integrado por aficionados, profesionales –tanto instrumentistas como docentes de música - y estudiantes. En general, la división de partes se hace en función de los estudiantes, viendo y promoviendo su crecimiento. Hay en la actualidad catorce integrantes, divididos en un clarinete requinto, once clarinetes sopranos y dos clarinetes bajos.
¿Qué planes tienen?
En principio, nos quedó pendiente hacer repeticiones de la presentación de la selección de Porgy and Bess. Ya que este espectáculo es con un grupo de alumnos del conservatorio, no sabemos si podremos concretarlo, pero nos gustaría hacerlo y llevar ese espectáculo a diferentes salas de la ciudad. También tenemos en mente un “viaje latinoamericano” con música de nuestro continente para el que incluiríamos percusión y quizás danza.