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12 de abril de 2021

Ya me gradué y ¿ahora qué? CLARIPERU

La International Clarinet Association en panel con tres clarinetistas. My degree is finished, now what? Traducido por CLARIPERU


Desde el inicio de 2021, la International Clarinet Association organiza regularmente interesantes eventos en línea. Uno de ellos fue programado el domingo 11 de abril a las 2:00 p.m. donde el ICA Youth Comittes reunió a tres clarinetistas emprendedores para discutir y compartir ideas sobre un tema inquietante para muchos jóvenes clarinetistas: qué hacer luego de terminar sus estudios superiores en música.

Los invitados fueron Ford Fourqurean (fundador del ensamble Unheard-of), Sean Perrin (fundador de Clarineat Podcast) y Larkin Sander (dueña del proyecto The clever clarinetist). A cargo de la moderación estuvo la clarinetista Evelyn Moria.

No todos los músicos tenemos la inclinación a ser intérpretes o pertenecer a una orquesta. Existen más opciones que los jóvenes pueden considerar dentro de la profesión de la música y algunas de ellas se han potenciado durante la pandemia, como los podcast. Luego de contar sus historias de cómo desarrollaron sus proyectos, la moderadora realizó algunas preguntas a los panelistas, quienes incluyeron en sus respuestas frases como “si tienes un pequeño negocio en línea debes saber sobre inventario”, “al inicio debes ser tu propio contador”, “debes saber escribir proyectos y "es bueno desarrollar habilidades extra musicales”.

Cada uno de estos jóvenes emprendedores compartieron algunos consejos que te ayudarán si estás considerando crear un ensamble, fundar una organización, una academia o crear un negocio en línea. Hemos resumido su participación en los siguientes siete puntos:

1. Desarrolla otras habilidades más allá del clarinete. Manejar un presupuesto, cómo recaudar fondos para tu proyecto, saber dirigir un equipo y escribir claramente tus proyectos son habilidades que debes desarrollar en el tiempo, dependiendo del camino que escojas seguir en la música y la naturaleza del mismo. Crear una página web o un programa completo como podcast requiere habilidades distintas a ser manager o enseñar a niños.

2. Inspírate y aprende de otros trabajos. Es muy común tener pequeños trabajos cuando eres estudiante, estos pueden incluir trabajar en una tienda, en un restaurante o ayudar en el negocio de la familia. Cuando tengas uno de estos trabajos temporales, fíjate una meta, ¿para qué necesito el dinero? A lo mejor estás ahorrando para comprar un nuevo instrumento o realizar una especialización. Enfócate en la razón por la cual aceptaste tu trabajo. Además, estos espacios te ayudan a desarrollar habilidades como socializar con otras personas, ver de cerca cómo funciona un negocio y cómo controlar situaciones incómodas. ¡Y disfruta tu trabajo!

3. Desarrolla el hábito de tener una agenda. Todos tenemos inquietudes y responsabilidades y a veces pueden ser muchas. Tener un orden en tus actividades te ayudará a cumplir tus metas y responsabilidades a corto y largo plazo. Distribuye tus inquietudes por días y por semanas. ¿Qué deseas lograr en cinco días?, ¿necesitas practicar una hora extra diaria?, ¿a qué hora lo harás? Aparte de los calendarios digitales, como los que ofrece Google, los panelistas recomendaron aplicaciones como Streaks y TickTick.

Escribe mucho para tener más oportunidades como músico, como clarinetista
4. Desarrolla tu escritura. Gran parte de poder recabar fondos, crear podcast y presentar proyectos a diversas instituciones tiene que ver directamente con tu habilidad para escribir. Desarrolla sistemáticamente esta habilidad ya que te será de mucha ayuda durante tu carrera. En la experiencia de los panelistas, esta habilidad en particular contribuyó mucho a su éxito actual.

5. Las cosas toman tiempo. Así como aprender a tocar un instrumento musical requiere de paciencia y tiempo, lo mismo sucede con tus proyectos. Esto incluye mejorar tus ideas iniciales, escribirlas, cambiar de opinión, buscar y encontrar ayuda (una persona o un equipo), hacer pruebas, equivocarte y seguir adelante. No te desanimes si tus proyectos no se cumplen de inmediato.

6. ¡Confía en ti! Todos sentimos miedo al iniciar algo nuevo y esto puede detener nuestro avance. Con el tiempo, debes aprender a confiar en ti, en esa voz interna que te dice que estás haciendo las cosas bien. Y si tu proyecto no sale como lo habías planeado, ¡sigue adelante!

7. Ayuda a tu prójimo. El clarinetista Ford Fourqurean cree que una vez que has alcanzado cierto éxito, es bueno pensar en apoyar a las personas que estuvieron contigo, así como a otros músicos, compositores y profesores de música de tu comunidad. Tu proyecto puede crear un gran impacto en la vida de otras personas.

El vídeo completo lo puedes ver a continuación. Gracias a la International Clarinet Association por ofrecernos esta oportunidad de seguir aprendiendo.




3 de abril de 2021

¿Cuál es la mejor caña para clarinete? CLARIPERU

Esta debe ser la pregunta más frecuente que reciben los maestros de clarinete en el mundo. Por ejemplo, durante una clase maestra, aficionados, principiantes o estudiantes avanzados no pueden resistirse a preguntar, ¿cuál es la mejor caña? Y ahora que tenemos una comunicación más fluida en redes sociales, debido a la pandemia, la pregunta regresa una y otra vez, con variantes como, ¿qué cañas recomienda, maestra?, ¿qué caña debo usar para la boquilla que tengo?, ¿la marca X es mejor que la marca Y?, ¿debo usar una caña más dura? 
Y es una pregunta válida. ¿Qué cañas usan nuestros héroes que suenan tan bien al tocar el clarinete? ¿Existe realmente una caña que sea la mejor? 

Claro que sí. La que mejor te funciona.

Si consideras que esta respuesta es muy corta o, aparentemente, imprecisa, piensa en lo siguiente: ¿Cómo es posible que grandes solistas, clarinetistas principales de orquestas y miles de clarinetistas profesionales usen cañas tan distintas? Y por “distintas”, nos referimos a la marca y el número. Los estudiantes de clarinete sienten una natural curiosidad hacia los accesorios y materiales que usan los clarinetistas profesionales. En algún momento todos le hemos preguntado a un profesor de clarinete ¿cuál es la mejor caña? y hemos obtenido diferentes respuestas.

Con las siguientes líneas, queremos extender nuestra breve respuesta anterior, a modo de guía para los estudiantes curiosos que se preguntan en este momento, ¿estaré tocando mi clarinete con la mejor caña? 

1. Prueba todas las cañas posibles. No te dejes llevar por modas o por lo que usan tus compañeros. Los consejos que recibes de parte de los maestros los debes tomar como un punto de inicio, para que puedas sacar tus conclusiones basadas en tu experiencia. ¿Por qué? Porque la manera cómo sostienes el instrumento, cómo soplas dentro de él es única. Tus dientes, tu mandíbula, la posición de tu lengua afecta en el resultado final de tu sonido. Es por estos motivos que una caña que le funciona a Martin Fröst, no necesariamente te funcionará a ti.

2. Tómate tu tiempo para experimentar con una nueva caña. Sacar una caña de la caja y soplarla en el momento te dará un conocimiento parcial de la misma. Úsala interdiariamente por una semana, como mínimo, y presta atención a su resistencia y respuesta. ¿Mantiene su consistencia?, ¿ha variado mucho el sonido en pocos días?, ¿te sientes cómodo con ella luego de algunos días de pruebas? 

3. Busca lugares donde conseguir nuevas cañas. Es muy común recibir cañas gratis como muestras durante festivales de clarinetes. Las ofrecen para que, justamente, puedas experimentar con ellas. Prueba todas las marcas posibles y en diferentes números. Y si sabes que no tienes esta facilidad en tu ciudad o país, invierte un poco de dinero en comprar distintas marcas o algún modelo nuevo. De esta manera te aseguras de conocer bien el modelo/marca y a la vez apoyas a la industria dedicada a la fabricación de cañas. Es más barato comprar dos cajas de cañas que viajar a un festival en el extranjero (pero cuando tengas la oportunidad, ¡viaja!).

4. Prueba las cañas sintéticas. En los últimos cinco años, varias empresas se han dedicado a fabricar cañas sintéticas. Sus propuestas son muy interesantes y la calidad de sus productos sigue mejorando. Recuerda mantener una mente abierta y escucharte con atención al momento de probar estas cañas, que ofrecen algunas ventajas sobre aquellas hechas de caña natural (por ejemplo, no les afecta la humedad).

5. Busca diferentes modelos de una misma marca. Las empresas dedicadas a la fabricación de cañas ofrecen un gran abanico de opciones en los cortes y grosor de sus cañas. Una misma marca puede ofrecerte cañas que, al momento de probarlas, suenan muy distintas. Busca probar las cañas nuevas que salen al mercado, a lo mejor una de ellas se adecuan mejor a tu la manera de tocar.

6. Escucha tus cañas nuevas en varios lugares. Mencionamos en el punto 3 que los festivales de clarinete son un lugar ideal para conseguir cañas nuevas, pero tal vez no el mejor espacio para probarlas. Así como tú, muchos clarinetistas se encontrarán probando cañas, boquillas, instrumentos, abrazaderas nuevas, lo cual genera un ambiente con mucha contaminación sonora. Prueba tus nuevas cañas a solas en casa, en la institución donde estudias, en una sala de conciertos y cuanto lugar se te ocurra. Ahí podrás notar con claridad la respuesta de la caña y si responde a tus necesidades sonoras.

7. Recuerda rotar tus cañas. Es posible que hayas probado una caña nueva y luego de tocarla por cuatro días seguidos en conciertos al aire libre con tu banda de música, sientas que ya no responde. Tu conclusión será que esa marca y modelo no te funciona, o la calificas negativamente. Las cañas son un material orgánico que necesitan reposo. Por eso vas a notar que los músicos profesionales cargan con una selección de, al menos, seis cañas que van turnando. De esta manera las cañas duran mucho más y tu experiencia con ellas será más positiva.

Piensa en las cañas como un calzado. Si tienes un amigo que se muy bien con un tipo de zapatillas, esto no se traduce en que se verán igual de bien contigo. Dependerá de cómo las combines y además, no comprarás la misma talla que usa tu amigo, ¿verdad? Es posible que tu amigo te diga que son las zapatillas más cómodas que jamás ha usado, y cuando las pruebas, la verdad es que no son tan cómodas. ¿Por qué? Porque ambos tienen pies diferentes y conceptos diferentes de cómo usar las zapatillas. Lo mismo sucede con las cañas: tienes una anatomía particular y un concepto sonoro que te distingue de otros músicos.

Y hay un último detalle que también debes tomar en cuenta: el concepto que tienes de sonido en el clarinete, el sonido final que deseas desarrollar es tuyo, es único. Algunos clarinetistas buscan un sonido brillante y presente al momento de tocar y ellos te recomendarán las cañas que les funcionan. Lo mismo con un clarinetista de jazz, de una orquesta o un solista. Son ambientes artísticos diferentes que requieren sonoridades distintas y el uso de diferentes cañas.

Con el tiempo irás cambiando de instrumento, de boquillas y también la manera cómo tocas. Por eso, las cañas que hoy día no se acomodan a tu modo de tocar, a lo mejor sí lo harán en unos años. 

Así que, luego que hayas probado muchas cañas de diferentes marcas, modelos, número de grosor e incluso precio, te darás cuenta que la mejor caña es:

La que mejor te funciona.

19 de marzo de 2021

Conoce al clarinetista que salvó de la muerte a Weber. CLARIPERU

Compositor alemán carl maria von Weber, autor de dos conciertos para clarinete. CLARIPERU
En la foto: Carl Maria von Weber

El famoso compositor alemán Carl Maria von Weber es uno de los grandes representantes del romanticismo musical. Su música para piano, sus diversos conciertos y en especial sus óperas, tienen un lugar muy especial en la historia de la música. Y es justamente cuando se encontraba escribiendo su ópera Rubezahl durante su estadía en Breslavia, donde tenía el cargo de maestro de capilla, que le sucedió un accidente que pudo acabar con su vida.

Durante su estadía en Breslavia Weber conoció al clarinetista Friedrich Berner (16 de marzo 1780 - 9 de mayo de 1827), un músico muy competente que se dedicaba a la composición y que dominaba además el cello, el corno francés y el fagot. El mismo Carl Maria lo consideraba como un excelente clarinetista y pianista. Y en esta ópera, Berner tomaría parte en el estreno como miembro de la orquesta. Sentía curiosidad por la nueva música y quiso ver las partes de clarinete con anticipación, en casa del maestro.

Inmerso en su departamento, Weber dedicó muchas horas del día y  de la noche para culminar su ópera. Comía y tomaba lo que podía y a cualquier hora. Aun así, estuvo dispuesto a recibir a su amigo clarinetista. 

Una noche, Berner se dirigió al departamento de Weber para revisar las partes de clarinete como acordaron, cuando contempló una imagen que lo sobresaltó: al ingresar al departamento, vio al compositor retorcerse y jadear de dolor en el piso. Algo serio había sucedido y la pronta reacción de Friedrich Berner de ir por ayuda le salvó la vida a su amigo. ¿Qué había sucedido?

Exhausto por el trabajo, Carl Maria tomó una botella de vino que vio cerca del lugar donde trabajaba. La botella era de vino pero no contenía el líquido de uvas que él esperaba. En su lugar, tenía ácido que se usa para grabados y la botella fue dejada ahí, irresponsablemente, por su propio padre. Este envenenamiento, que pudo ser mortal, tuvo serias secuelas para el compositor. Su boca y tráquea estaban tan quemadas que pasó algún tiempo antes de que pudiera volver a hablar y nunca recuperó su timbre de voz. Por este motivo y otros incidentes en su vida, Carl Maria von Weber tenía la creencia de que vivía bajo una estrella maligna.

Gracias a la visita y pronta acción del clarinetista Friedrich Berner es que Weber pudo seguir componiendo. Y quién sabe, a lo mejor, nunca más volvió a tomar vino.

17 de marzo de 2021

17 de marzo de 1891: una fecha importante para el clarinete. CLARIPERU


Si repasamos la historia del clarinete a través de su repertorio, nos encontramos con solos, dúos, tríos y algunos conciertos creados al estilo de la época que buscaban destacar la belleza de este nuevo miembro de la orquesta. Carl Stamitz (8 de mayo de 1745 - 9 noviembre de 1801) compuso once conciertos para clarinete, obras que son frecuentemente interpretadas por aficionados y profesionales. Así como él, podemos mencionar a otros compositores como Johann Melchior Molter, Franz Pokorny, Johann Stamitz, W.A. Mozart que escribieron conciertos para el clarinete.

Pronto notamos que dentro estas obras, las sonatas para clarinete son realmente escasas. Una de las más tempranas es la compuesta en 1798 por el compositor francés François Devienne (31 de enero de 1759 – 5 septiembre de 1803) y luego vale la pena mencionar la sonata compuesta por Felix Mendelssohn en 1825, cuando el compositor solo tenía 15 años de edad. Durante un siglo se compusieron menos de diez sonatas para clarinete, desde la escrita por Devienne allá en 1798. Este desértico panorama cambia por completo luego que un compositor, en plena madurez, decide componer dos sonatas que son pilares en el repertorio internacional del clarinete y que, por sobre todo, inspiró a nuevos compositores a escribir obras para clarinete y piano en forma de sonata. El compositor al que nos referimos es Johannes Brahms y veremos por qué el 17 de marzo es una fecha importante para el clarinete.

Brahms es reconocido por sus monumentales sinfonías (escribió cuatro), sus conciertos y por su elaborada música de cámara. Un hombre que disfrutó de fama durante su vida y cuyas actividades musicales se dividían entre la composición, ofrecer conciertos y la dirección orquestal. Es a los 57 años de edad que el compositor alemán considera seriamente retirarse de la composición (le comenta a un amigo que quiere disfrutar de su vejez en paz). Pero el destino quiso que cambiara de opinión.

El 17 de marzo del año 1891, Brahms asiste  a un concierto especial que ofreció la prestigiosa orquesta de Meiningen (fundada en 1690 y vigente hasta el día de hoy), bajo la conducción del director Fritz Steinbach.  El programa incluía el Concierto n°1 para clarinete y orquesta de Carl Maria von Weber, que sería interpretado por el clarinetista Richard Mühlfeld. La música de Weber empieza y el solista se luce en el escenario. Brahms queda impresionado. Su entusiasmo es tan grande, que esa misma noche el compositor le escribe a Clara Schumann contándole que ha escuchado el concierto en fa menor de Weber y que "es imposible tocar el clarinete mejor que el señor Richard Mühlfeld lo hace aquí". El impacto causado por el solista en un Brahms que ya pensaba guardar papel y lápiz para componer fue de grandes consecuencias: Brahms retoma la composición para trabajar exclusivamente con este gran clarinetista y esta colaboración da como fruto unas verdaderas joyas musicales.

Richard Mühlfeld (28 de febrero, 1856 – 1 de junio, 1907) fue sin duda un artista sobresaliente y se encargó de estrenar las obras para clarinete de Brahms. Es gracias a él que tenemos hoy en día dos monumentales Sonatas para clarinete y piano, un Trío para clarinete, cello y piano; y un conmovedor Quinteto para clarinete y cuarteto de cuerdas creado en plena madurez del compositor. Y todo empezó cuando Brahms quedó asombrado por el sonido y musicalidad de Mühlfeld un 17 de marzo de 1891.

Te invitamos a leer el artículo Estreno de las sonatas para clarinete de Brahms, donde encontrarás más información sobre la vida de Richard Mühlfeld  además de la gira que realizó interpretando esas dos obras. Y si tienes un alumno o un amigo estudiando una de las obras de Brahms, considera compartirle este artículo.

8 de marzo de 2021

Conoce la historia de tres mujeres pioneras en el clarinete. CLARIPERU

Imagen: Caroline Schleicher-Krähmer, ZurichZentralbibliothek Zürich, Graphische Sammlung und Fotoarchiv

 

“Mi reputación se difunde cada vez más. En todos los periódicos de las ciudades donde ofrecí conciertos se pueden leer las críticas y poemas más favorables sobre mi interpretación". 

Caroline Schleicher-Krähmer 



    Durante el siglo XIX se respira en Europa un ambiente de muchos cambios tecnológicos y artísticos. En la música, grandes compositores e intérpretes son aclamados en diferentes salas de conciertos, las cuales exigen música nueva acorde con el gusto de la época. 

    Famosos compositores han trabajado de la mano con renombrados clarinetistas de su tiempo, los virtuosos del momento, manteniendo una colaboración de beneficio mutuo. Reconocemos nombres como Heinrich Baermann que colaboró con los compositores Carl María Von Weber, Mayerbeer y Mendelssohn; Anton Stadler con Mozart y el clarinetista Richard Mühlfeld que inspiró a Johannes Brahms a retomar la composición. Estos clarinetistas crearon su propia música, difundieron a otros compositores y al clarinete. A esta lista hay que agregar, al menos, el nombre de tres mujeres que marcaron una gran diferencia en su época, remando contra la corriente de las costumbres de una época donde las damas no gozaban de un reconocimiento justo en su sociedad.

    Las clarinetistas a las que nos referimos son Margaret Knitel y las hermanas Cordula y Caroline Schleicher. Cada una de ellas creó un impacto en diferentes aspectos del quehacer musical, tanto por su condición de artista, como de mujer. Tomemos en cuenta que los instrumentos de vientos eran ejecutados exclusivamente por hombres y los conservatorios que existían en la Europa del siglo XIX no permitían el ingreso a mujeres en estas especialidades. Aun así, estas tres clarinetistas florecieron. 

    El primer concierto ofrecido por la clarinetista Margaret Knitel es en una velada privada, en 1816 en Kassel, Alemania. El periódico especializado en música, Allgemeine Musikalische Zeitung, escribió esta crítica sobre su concierto: 

"Su presentación es fría, su habilidad insignificante; pero recibió algunos aplausos por ser inusual ver a una dama tocar ese instrumento"

    Margaret no se desanimó. Junto con su esposo, realizaron ese mismo año un largo viaje que los llevó a instalarse en la ciudad de Filadelfia, en Estados Unidos. Inmediatamente comenzó a organizar un concierto. El 16 de noviembre de 1816 presentó su primer Grand Concert en el auditorio masónico de la ciudad. Interpretó el Concierto para clarinete de Crusell acompañada de una banda (y según la historiadora Pamela Weston (2003), es muy posible que esta haya sido la primera vez que se interpretara dicha obra en Estados Unidos). Su segundo concierto se realizó el 28 de noviembre, esta vez interpretando el Concierto para clarinete de Joseph Beer y un Cuarteto de Friedrich Hoffman. Su concierto del 20 de mayo de 1817 es de particular interés: interpretó el Concierto para clarinete de Lefevre y una sorpresa más, el Air con variaciones interpretado en el corno di basetto con acompañamiento de viola. Este registro pone a Margaret Knitel como la primera mujer que interpretó públicamente un corno di basetto en el mundo. No solo se conformó con tocar el clarinete, sino experimentar con un instrumento novedoso y poco usual, incluso hoy en día. 

    Las hermanas Schleicher sobresalieron de manera distinta en el mundo del clarinete. Cordula fue la primera mujer que recibió un sueldo por ser clarinetista principal de una orquesta y su hermana menor, Caroline, fue la primera gran solista. 

    El padre de las hermanas, Franz Joseph, fue un notable fagotista y su madre tocaba el clarinete y el violín. No se tiene conocimiento que Cordula y Caroline hayan recibido instrucción musical fuera de casa, lo cual indica que su madre fue su única maestra y que se dio el tiempo para educarlas y criar a 13 hijos. A Cordula se le asignó tocar la flauta, pero practicaba el clarinete a escondidas. Una vez descubierta, y al reconocer sus habilidades, se le permitió en casa hacer el cambio al clarinete. Por el contrario, su hermana Caroline tomó el clarinete desde un inicio. En 1805 su padre las llevó a realizar conciertos en Suiza. Para entonces Cordula tenía 17 años y Caroline solo 11. Interpretaban tríos para dos clarinetes y fagot al lado de su padre, donde Cordula tocaba el primer clarinete y Caroline la segunda voz. En 1807 la familia se instala en Zúrich y empezó un periodo de mucha actividad musical para las hermanas. Cordula interpretó con su padre el Concertino de Danzi para clarinete y fagot, además del Concierto para clarinete de Krommer junto a la orquesta Musikgesellschaft zur Deutschen Schule de la ciudad. Es justamente esta orquesta la que se unió a otras dos para formar la Allgemeine Musikgesellschaft Zürich, una orquesta con más de 50 músicos, en la cual Corluda Schleicher fue contratada como clarinetista principal y la única mujer en este gran elenco. Durante los años 1812 a 1814 se sabe que se presentó como solista interpretando los conciertos de Mozart y Crusell (el concierto N°1). 

    Caroline fue contratada como violinista en la orquesta de Karlsruhe y tomó clases de composición, siendo uno de sus maestros el destacado compositor Franz Danzi. Un detalle que debemos tener en cuenta es que Caroline realizó su primera gira sola, en una sociedad donde las mujeres no eran permitidas viajar por su cuenta. Es en Viena que conoce a su futuro esposo, el oboísta Ernst Krähmer (de ahí que su firma se lee Caroline Schleicher-Krähmer), con quien se muda a dicha ciudad y retoma el clarinete como instrumento principal para pronto ganar fama como solista. En 1822, Caroline realizó una gira en 12 ciudades donde incluyó en su repertorio el Concertino de Weber, un Concierto para clarinete de Goepfert y el Adagio & Polonaise de Tausch. 

    Hay un detalle más que resaltar: En 1825 la editorial Sauer & Leidesdorf publica una colección de minuets y valses con "50 de los compositores más considerados, cuya procesión es liderada por el príncipe de la música, nuestro genio, Beethoven". Caroline fue incluida en esta publicación junto con otros renombrados compositores como Schubert, Hummel, Czerny y el mismo Beethoven. Ese mismo año, esta casa editorial publicaría luego su Sonatina para clarinete. Y su fama como intérprete pasó las fronteras de Viena. Junto con su esposo, realizaron conciertos en países como Alemania, Suiza, y Kiev (Rusia). En Viena, Hanslick, uno de los críticos más severos, se refirió a ella como "una renombrada clarinetista". 

    Tres mujeres que perseveraron en sus pasiones musicales, sus vidas privadas y con sus logros, nos dejaron un gran ejemplo que siempre debemos recordar. Si deseas conocer a fondo la vida de Caroline Schleicher-Krähmer, te recomendamos visitar la página de la especialista Nicola Buckenmaier.


Fuentes: 
. Weston, P. (2008). Heroes and Heroines of Clarinettistry: a selection from writings by Pamela Weston.
. Buckenmaier, N. (2019). Caroline Schleicher-Krähmer: The First Female Clarinet Soloist. Revista The Clarinet. Volumen 46 (4). p.44-46

26 de enero de 2015

Improvisación musical ¿realizada por robots?

Shimon en concierto
La tecnología ha cambiado el mundo y lo seguirá haciendo. Desde que el ser humano descubrió el electromagnetismo (gracias a Michael Faraday y James Maxwell), el planeta no ha sido el mismo. Ahora se pronostica una nueva revolución tecnológica con las impresoras 3D. Y en el camino, se experimentan con todo tipo de tecnologías inteligentes que nos sorprenden a todos. Aquí les comparto una de ellas. 

 El joven músico Mason Bretan, que pertenece al "Robot Musicianship Group" en la Georgia Tech de los Estados Unidos, ayudó a crear estos robots musicales que los sorprenderán en el vídeo de tan sólo seis minutos. Bretan les ha dado previamente la estructura de lo que tocará (un tema llamado "What you say") pero los robots improvisan muchos momentos durante la interacción con el músico - como el solo de marimba, que fue incluido por decisión del robot llamado Shimon. 

 Así como los maestros no han sido aún reemplazados por la tecnología, dudo mucho que un músico improvisador también lo sea...pero uno nunca sabe. Disfruta el video y compártelo.


15 de septiembre de 2014

Respiración: consejos para instrumentistas de vientos

Durante una temporada de seminarios en donde tuve el privilegio de participar activamente durante este verano, llegamos a la conclusión de escribir una fórmula (a manera de algoritmo) que permitiera a los clarinetistas de habla hispana que actualmente no tienen la oportunidad de recibir clases formales del instrumento con un profesor, tener acceso al menos a esta propuesta o "Técnica" de respiración. Queremos abrir el tema como punto de foro o mesa redonda, permitiendo comentarios constructivos que sirvan a bien ampliar la óptica de los alumnos.
Cuando se trata el tema de la respiración, no hay conceptos absolutos que puedan definirla, por eso y haciendo la salvedad de que este esquema es sólo una manera o una propuesta de técnica para tomar aire siguiendo este paso a paso, proponemos lo siguiente:

1- Dejar de respirar (contener el aire)
2- Colocar el músculo del abdomen hacia atrás (hacia el interior o centro del cuerpo)
3- Tomar aire y simultáneamente colocar el abdomen hacia afuera (hacia adelante)
4- Mantener la presión del aire, esto se logra haciendo la mayor presión posible en los músculos que sostienen el abdomen
5- Administrar la cantidad de aire, sacando todo el aire tomado previamente de tal manera que evitemos el aire viciado (aire que se acumula en los pulmones)
6- Volver a tomar aire de la misma forma, logrando adquirir mayor cantidad de aire en menor cantidad de tiempo (con bocanadas grandes y breves)

Todo lo anterior tiene como función:

- Abarcar frases largas con una sola respiración
- Obtener calidad de sonido (proyección)
- Mantener una afinación estable
- Flujo de aire necesario para el staccato o en general para todo tipo de articulación
- Administrar el aire de manera óptima
- Fortalecer el abdomen, evitando malas posturas o técnicas dañinas que produzcan hernias u otras patologías al organismo.

Por ultimo y para mayor abstracción en cuanto a esta técnica propuesta, quisiéramos evocar la imagen del gaitero que va llenando su bolsa de aire por medio de las distintas flautas que posee el instrumento "la gaita", y su brazo va administrando la cantidad de aire que contiene la bolsa, tal como lo hacen nuestros músculos abdominales para presionar el diafragma y este último  el aire contenido en nuestros pulmones.

Nuevamente agradecemos el patrocinio de la marca de Cañas y Accesorios para clarinete Vandoren:


                   #ValentinaPalma #ArtistaVandoren #Clariperu #TecnicaDeRespiración

13 de noviembre de 2012

¿Transmitimos nuestra personalidad con nuestro instrumento musical?

Foto: Giulianna Casas

No importa la edad en que comiences a involucrarte con la música. Tarde o  temprano, frases como "la música es vida", "esta obra es romántica", "toca con el corazón", "canta con tu instrumento" o el confuso  "toca más expresivo" te llegarán a los oídos. Con estas palabras tratamos de expresar aquello que debemos decir con sonidos. Son como ayudas motivacionales en la música.

Si estudias algún instrumento musical, probablemente has notado que algunos maestros le dan mucho énfasis a la técnica, y velarán para que tengas un buen comando de tu instrumento, lo cual es imprescindible para expresarnos sin ninguna limitación. Pero, ¿qué vamos a transmitir si no nos preocupamos por nuestro mundo interior? Una de las frases que se repiten constantemente en el ambiente musical es "tú suenas como eres". Y si no has escuchado esta frase o alguna de sus variantes, te invito a que reflexiones sobre ella. Es más, lo haremos juntos.

Cuando tocamos un instrumento musical, por ejemplo el clarinete, le damos vida soplando dentro del mismo por medio de una boquilla que sostiene una caña que, al vibrar con nuestro aliento, produce el sonido típico del clarinete. Pero más allá de soplar dentro de un instrumento, pulsar las cuerdas de una guitarra o las teclas del piano, ¿es posible distinguirnos por la manera cómo lo ejecutamos? ¿Podemos transmitir rasgos de nuestra personalidad con solo tocar la cuerda de un violín o soplar dentro de una flauta? De ahí el título de este artículo: ¿Transmitimos nuestra personalidad con nuestros instrumentos musicales?

Un instrumento musical es un aparato muy sofisticado que nos ofrece un abanico muy variado de posibilidades sonoras. Cada uno de ellos nos demanda un estudio especial para llegar a  dominarlo completamente. Entonces, para investigar esta inquietante pregunta y dar una convincente respuesta a si es posible o no distinguir rasgos de nuestra personalidad al momento de tocar nuestros instrumentos musicales, quizás deberíamos analizar algo menos complejo que un fagot, piano o violoncello. Digamos, un instrumento que tenga pocos sonidos. Un instrumento pequeño. Un instrumento nada complicado en su manejo y mecanismo. Es más, escojamos algo frío como una máquina y no un instrumento musical. Resumiendo, tendríamos que hallar una máquina pequeña, nada compleja en su manejo y que emita pocos sonidos controlados. ¿Existe este aparato?

La respuesta es sí, y emite solo un sonido que varía en duración. Me refiero a la máquina utilizada para el código morse, inventada en 1834. Estas máquinas portátiles, bastante sencillas de fabricar, emiten dos eventos distinguibles: uno corto y otro largo, con pausas entre ambos. El ritmo con el que se emiten los sonidos cortos y largos representan letras que forman palabras y a su vez, frases. A grandes rasgos, diríamos que hemos hallado algo primitivo que sirve para comunicarnos. Veamos qué podemos aprender de este aparato aparentemente inexpresivo.

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fue de vital importancia comunicarse por medio del código morse. Los alemanes utilizaban este sistema y, para despistar al enemigo, lo hacían en clave. Los británicos decidieron interceptarlos pero aunque escuchaban las transmisiones, no podían comprender lo que se estaba diciendo. Mas esto no fue un problema para los británicos. Pronto aprendieron que los alemanes tenían, en cada unidad militar, sus propios operadores de morse, y que trabajaban en turnos en un promedio de cuatro personas por unidad. Los británicos decodificaron y siguieron a los alemanes no por lo que decían, sino por quién enviaba los mensajes.

Por más asombroso que suene, los británicos organizaron grupos para escuchar el código morse de los alemanes y, poco a poco, estos sonidos cortos y largos cobraron "personalidades". En el código morse, se dice que debes tener pulso para enviar tus mensajes. Los británicos con su equipo - conformado en su mayoría por mujeres - podían distinguir quién estaba enviando un mensaje, ya que el pulso de cada individuo tiene un sello, una manera personal de ejecución. Entonces, cada miembro del equipo encargado de interceptar a los alemanes le asignaba un nombre a la persona que estaba siguiendo, e incluso, anotaba rasgos de su personalidad, ya que en cada comunicación hecha por los alemanes era inevitable entender preguntas como ¿qué tal el clima en Múnich?, ¿cómo estás hoy?, ¿cómo está tu novia?, etc. Luego, rastreaban y localizaban la señal. Ahora sabían quién y dónde se encontraba el transmisor alemán.

No interesaba a qué parte de Europa el transmisor alemán viajara con su unidad, el equipo británico lo reconocía inmediatamente: "aquí está Elsa", "ya encontré a Mario", "Óscar está transmitiendo otra vez". Esta era información de gran valor en el campo de batalla. Si un operador alemán de código morse se encontraba en Berlín y luego de tres semanas era detectado en Milán, entonces los británicos sabían que toda esa unidad militar se había movido a Italia. Si un oficial preguntaba si estaban seguros, el equipo de rastreadores británico respondería: "Estamos seguros, ese fue Óscar".

Esto prueba que, incluso con un aparato tan simple que solo emite un bip a pausas diferentes (uno corto y otro largo), es posible distinguir el pulso distintivo de una persona. El transmisor no está tratando de tener un estilo en particular, es simplemente algo inconsciente que aflora al momento de comunicarse por el código morse. Es inevitable, y los ingleses personalizaron cada señal emitida por los alemanes.

Si los británicos fueron capaces de distinguir el pulso personal de los operadores alemanes, ¿no es lógico deducir que será más obvio que nuestros rasgos y estilo personal se transmita por medio de un instrumento musical, un aparato mucho más complejo y que también es utilizado para expresarnos con sonidos?

No podemos evitar transmitir quiénes somos, sea con un instrumento complejo o con una máquina sencilla. Esto lo mostramos de manera inconsciente. La música nos enseña a conocernos a nosotros mismos. Por eso, cuando tocamos una misma obra a los dieciocho años, luego a los treinta y después a los cincuenta y cinco años, la obra suena distinta. ¿Cambió la partitura? La respuesta es no. Cambiamos nosotros. Hemos madurado. Hemos aprendido a lidiar con el miedo, con nuestras emociones, a liberar nuestra creatividad, a transmitir sin ningún tabú lo que tenemos dentro de nuestro ser. Aflora quiénes somos en determinado periodo de tiempo de nuestras vidas.

Los seres humanos somos criaturas muy complejas, con una inteligencia dinámica llena de fantasía y posibilidades insospechadas que nos diferencian de otros seres vivos. Por ejemplo, el simple hecho de leer estas líneas en voz alta - sin abrir la boca y escuchar una voz dentro de nuestras mentes-, o de imaginar una pelota de varios colores en el jardín sin verla físicamente. Así de maravillosos somos y así de maravillosos sonaremos.

Por esto, siempre le digo a mis alumnos que también es necesario cultivarnos por dentro. El universo que eres tú se muestra cada vez que tocas tu instrumento y mucha gente, como los británicos, te distinguirá inmediatamente por quién eres y por la manera especial cómo transmites tu mundo interior al mundo que te rodea.

Marco Antonio Mazzini




13 de agosto de 2012

El Trío de Mozart en Mi bemol - ¿el subtitulo es un nombre poco apropiado?

En la historia de la música hay muchos mitos que a veces pasan como verdades absolutas. Uno de ellos es el relacionado con el Trío de Mozart, el cual lleva por subtitulo "Kegelstatt", ya que aparentemente Mozart concibió - o algunos dicen que escribió - esta obra durante un juego de bolos. El mito desaparecerá luego que lea el presente artículo escrito por Stanley Geidel y traducido por Marco Mazzini.

Si el subtítulo "Kegelstatt" puede ser aplicado al Trío famoso de Mozart en Mi bemol para clarinete, viola, y piano es una pregunta fascinante, y una que puede ser contestada. La respuesta es "No" definitivamente.

El lector puede notar la ausencia de mi referencia al K.498 por su apodo comúnmente empleado, el Trío "Kegelstatt". Esta denominación se propagó debido a la noción que Mozart concibió la obra durante un juego de bolos, un pasatiempo también conocido como "bolas" o "kegeling". Uno jugaría tal juego en un "Kegelstatt," de ahí el nombre "Kegelstatt Trío". Varios músicos y eruditos han expresado dudas si el lugar tuvo que ver con la creación del trabajo. Las editoriales Plath y Rehm, en el prefacio a sus ediciones del Trío preparados para Neue de Barenreiter Ausgabe samtlicher Werke, pusieron en duda la legitimidad del apodo "Kegelstatt". Plath y Rehm indican que posiblemente el subtitulo "Kegelstatt" fuera erróneamente transferido de los Doce Dúos para Dos Instrumentos de Viento de Mozart , K.487. El manuscrito de estos Dúos, impresos nueve días antes que el Trío, muestran la inscripción "untern kegelscheiben" (es decir, "durante un juego de bolos"). Kochel, en su catálogo de las obras de Mozart, confirma esta inscripción en los Dúos. Ninguna inscripción similar aparece en el manuscrito del Trío.

He examinado personalmente el manuscrito del Trío con gran detenimiento, y he escrito extensivamente sobre esta gran obra. Está muy claro que la música "Kegelstatt" es de hecho los Doce Dúos, y la prueba es una nota escrita por la propia mano de Mozart que aparece sobre los Dúos. Al final, toda esta confusión provino posiblemente del error de un editor. De hecho, hay docenas de errores en el Trío tal como lo conocemos hoy en dia. ¡No solamente es el subtítulo "Kegelstatt" - hay varias notas incorrectas en ediciones modernas!. Incluso las dos ediciones "auténticas" impresas hoy - aquellos de Henle y Barenreiter, han omitido notas correctas.

De todas formas, la mayoría asegura que la música Kegelstatt de Mozart es de hecho los encantadores Doce Dúos. Hay algunas pruebas que Mozart pudo haber desarrollado algunas ideas para el Trío durante una tarde de diversión, pero esto no puede ser confirmado, y las pruebas pueden bien ser falsas. La música escrita en el kegelstatt donde Mozart disfrutó de muchas tardes de diversión y juegos es K.487, es decir, los Doce Dúos.