Por Marco A. Mazzini
¿Cuántos conciertos para clarinete conoces? De todos ellos, ¿cuántos has escuchado en vivo?
Lo más probable es que tu primera respuesta arroje un número mucho mayor a tu segunda respuesta. Y es que los conciertos para clarinete de maestros como Mozart, Weber, Mercadante, Spohr, Copland, Nielsen son programados regularmente por orquestas de todo el mundo, y la lista que acabo de crear bien podría leerse en orden de prioridad que reciben estos compositores y sus extraordinarios conciertos para clarinete.
Es por eso que me entusiasmó leer sobre la interpretación del
Concierto para clarinete del compositor inglés Gerald Finzi por el destacado clarinetista mexicano
Diego Cajas, junto a la
Orquesta de Cámara de Bellas Artes y la dirección de Luis Manuel García. Por si fuera poco, Diego interpretará dos veces el concierto. ¡Bravo!
Te invito a descubrir varios detalles interesantes de este concierto, como su dedicatoria, el clarinetista y director que estrenaron la obra, así como conocer de cerca al ser humano detrás de la música.
GERALD FINZI
Gerald Finzi nació el 14 de julio de 1901 en Londres y estudió música con Ernest Farrar (a los catorce años) y Edward Bairstow (clases privadas por cinco años). Aún en sus veinte años, tuvo la oportunidad de conocer a los compositores Gustav Holst, Arthur Bliss y en especial a Ralph Vaughan Williams, quien le conseguiría luego un puesto como profesor de música en la famosa Royal Academy of Music en Londres.
Finzi fue un gran apasionado por la música y la poesía. El compositor irlandés Howard Ferguson, gran amigo de Gerald, nos dice que "su curiosidad por partituras nuevas o desconocidas era insaciable y su energía ilimitada". Finzi compartió muchos momentos al piano junto a Ferguson, quien recuerda la necesidad que sentía Gerald por oír y descubrir todo tipo de música, la cual intentaba luego tocar al piano. Ferguson cuenta que, "de esta manera, trabajamos a través de grandes cantidades de música de todos los estilos y épocas: óperas, canciones, música de cámara y sinfonías, estas últimas en arreglos de piano a dúo más ortodoxos pero no menos agitados".
Anthony Scott, el único estudiante privado que tuvo Finzi, nos cuenta sus impresiones del compositor y su actitud hacia el trabajo:
Durante casi tres años, antes de la guerra, estudié composición con Gerald Finzi y me gustaría escribir un poco sobre él como profesor. Creía firmemente en el valor del trabajo regular para inducir el flujo de la música, por más latente que pudiera parecer el impulso de escribir. El cerebro es una esponja que necesita exprimirse regularmente, decía.
Finzi fue diagnosticado con cáncer en el año 1951 y falleció cinco años después, el 27 de septiembre de 1956. Durante los últimos años de su vida se dedicó a escribir mucha música y es justamente en este periodo que nace su Concierto para clarinete.
En 1951, y con el temor de que sus obras pasaran al olvido, el compositor agregó un hermoso mensaje a su catálogo de obras, unas palabras sensibles a las futuras generaciones:
Como suele suceder, es probable que nuevas ideas, nuevas modas y el avance de las nuevas generaciones pronto borren mi pequeña contribución. Sin embargo, me gusta pensar que en cada generación se pueden encontrar algunas mentes receptivas y para ellas me gustaría que mis obras estén aún disponibles. Estrechar la mano de un buen amigo a lo largo de los siglos es algo placentero, y el afecto que un individuo puede conservar después de su partida es quizás lo único que garantiza una última vida de su obra.
EL CONCIERTO PARA CLARINETE
Dentro de su catálogo, su Concierto para clarinete op. 31 es una de las obras más interpretadas, a la par con su Concierto para cello en la menor op. 40. La obra fue comisionada en 1949 por el Festival Three Choirs, que anteriormente ya le había encargado música. Finzi compuso el concierto bastante rápido. La obra está orquestada para clarinete en sib y orquesta de cuerdas, con tres movimientos contrastantes: Allegro vigoroso, Adagio ma senza rigore y Allegro giocoso.
El Concierto para clarinete fue compuesto para un instrumentista específico: la clarinetista Pauline Juler, quien anteriormente había trabajado con el compositor. Fue ella quien estrenó el 15 de enero de 1943 las Five Bagatelles para clarinete y piano junto a Howard Ferguson en el piano. Sin embargo, en 1948 Pauline contrajo matrimonio con el cellista Bernard Roland Richards y decidió dedicarse a su familia. Por esta razón dejó de presentarse en público, aunque se mantuvo como maestra de clarinete.
Sin su solista inicial y con poco tiempo para el estreno de su nueva obra, Finzi recurrió a uno de los más grandes clarinetistas británicos de la época, el famoso
Frederick Thurston, quien había tocado en la orquesta de la Royal Opera House y luego obtuvo el puesto de clarinetista principal de la recién creada Orquesta Sinfónica de la BBC. Fue así que Thurston, bajo la dirección del compositor, ofreció el estreno mundial de esta gran obra el 9 de septiembre de 1949 en la catedral de Hereford como parte del Festival Three Choirs
de ese año, acompañado por las cuerdas de la Orquesta Sinfónica de Londres. Cabe resaltar que el concierto, al igual que las
Five Bagatelles, están dedicados a la clarinetista Pauline Juler.
POPULARIDAD DE LA OBRA
El Concierto para clarinete de Gerald Finzi es reconocida como una de sus obras más populares. ¿A qué se debe esto?
Evidentemente la música es cautivadora desde un inicio, con hermosas melodías que transcurren sobre disonancias cuidadosamente repartidas en el diálogo del concierto. Finzi contaba con un lirismo muy personal y denota que había encontrado una voz clara como compositor en esos últimos años de su vida.
Además, tenemos que considerar a la esposa de Thurston, la sobresaliente clarinetista Thea King quien se dedicó a interpretar esta obra durante su fructífera carrera y convertirse en una de sus promotoras más importantes.
Un evento que también contribuyó a la difusión del Concierto para clarinete de Finzi entre el público británico fue escucharlo en la final del primer concurso BBC Young Musician of the Year en 1978. Un joven clarinetista subió al escenario interpretando un concierto escrito por un compatriota. El clarinetista fue nada menos que el renombrado Michael Collins.
GRABACIONES
Tuvieron que pasar veintiocho años antes de que se realice la primera grabación de esta maravillosa obra. Una de las razones fue el fallecimiento de Thurston a los cincuenta y dos años, el 12 de diciembre de 1953 y luego la del compositor en 1956.
La primera grabación fue realizada en 1977 por el virtuoso clarinetista británico John Denman, quien es además el primer clarinetista en grabar todos los conciertos de Louis Spohr. La histórica grabación de la obra de Finzi fue hecha para el sello Lyrita
y el disco se puede escuchar aquí en Spotify.
Hoy en día se puede escuchar este concierto por medio de varias grabaciones interesantes con sobresalientes solistas como protagonistas y sin embargo, tal como preguntaba al inicio, son escasas las veces que podemos escucharla en vivo, en una sala de concierto donde todos experimentamos al mismo tiempo la magia de la música en vivo, donde cada nota acaricia nuestra piel, nuestra alma. Gracias, Diego, por interpretar esta obra de un compositor que estamos aprendiendo a valorar en el tiempo.
Fuentes:
Ferguson, H. (1957). Gerald Finzi (1901-1956). Oxford University Press, vol. 38 (2). 130-135.
Bliss, A. (1956-1957). Gerald Finzi: An Appreciation. Cambridge University Press. Tempo,Winter, 1956-1957, New Series, No. 42 . 5-6.
The Finzi Trust (2012). Biography. http://geraldfinzi.org/01-about/biography.php