Foto: Musikwissenschaftliches Institut der Universität Zürich
La foto que aprecian al inicio de este artículo es del extraordinario compositor ruso Igor Stravinsky, una de las figuras más influyentes de la música del siglo XX. Escrito con su propia letra, le dedica esta imagen a Werner Reinhart, un empresario exitoso cuyo aporte al desarrollo de las artes es sobresaliente. En estas líneas conoceremos un poco sobre su vida dedicada al apoyo de artistas durante un período de crisis en Europa y cómo provocó el nacimiento de nuevas obras para clarinete.
Werner Reinhart nació el 19 de marzo de 1884 en Suiza y heredó el próspero negocio de su familia, el cual regentó junto con su hermano Georg. Este negocio le generó mucha fortuna y pudo dedicarse tranquilamente a su pasión: las artes. Su amor por la literatura, la pintura y la música lo transformó en un filántropo que apoyó incondicionalmente a diversos artistas de su época. Recordemos que la Segunda Guerra Mundial azotaba a Europa con una crisis social, económica y cultural desde el año 1939. Muchos artistas abandonaron sus hogares en busca de una vida mejor, migrando a otros continentes o países como Suiza.
Desde inicios del siglo XX, varios compositores entraron en contacto con Werner Reinhart, entre ellos los músicos Richard Strauss, Alan Berg y Ernest Ansermet, cuyas correspondencias aún se conservan. Werner apoyó económicamente a diversos artistas, ya sea con la organización de un evento o sustentándolos económicamente de por vida. Como amante de nueva música, promovió conciertos de compositores contemporáneos, generando una rica cultura musical en Suiza.
A lo mejor te preguntas por qué un empresario provocó, específicamente, la creación de nuevas obras para el clarinete. Aquí está el detalle: Werner Reinhart fue un clarinetista aficionado, y por esta razón, compositores muy importantes le dedicaron obras que forman parte del repertorio internacional del clarinete. A juzgar por las obras que le escribieron, Werner debió tocar muy bien el clarinete y además, también tocaba el clarinete bajo. Veamos algunas de estas obras y sus historias.
Tres piezas para clarinete solo. Igor Stravinsky
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Stravinsky y Reinhart |
El compositor ruso Igor Stravinsky (17 de junio 1882 - 6 de abril 1971) no podía encontrar los medios para producir su obra La historia del soldado. Recurrió a Reinhart para solicitarle su apoyo económico y el desprendido suizo financió el estreno, el cual se llevó a cabo el 28 de setiembre de 1918 en el Teatro Municipal de Lausana en Suiza, bajo la dirección de Ernest Ansermet. Agradecido, Stravinsky le dedicó esta obra a Werner.Esta no fue la única ocasión en que ambos hombres colaboraron. Werner continuó apoyando los estrenos de la música de cámara de Stravinsky, incluida la versión para clarinete, violín y piano de la Historia del soldado. Es por este apoyo constante que Stravinsky decide escribirle una obra a su amigo, para agradecerle su ayuda. Así nacieron las Tres piezas para clarinete solo en 1919 que, por cierto, están también dedicadas a Reinhart.
Quinteto para clarinete y cuarteto de cuerdas op. 30. Paul Hindemith
Además de ser un prolífico compositor, el alemán Paul Hindemith (16 de noviembre 1895 - 28 de diciembre 1963) fue profesor, director de orquesta, violinista y violista. En el año 1921 fundó el Cuarteto de Cuerdas Amar con quienes tocaba el violín. Músico muy completo, Hindemith le dedicó a Reinhart su Quinteto para clarinete y cuarteto de cuerdas op.30, el cual compuso en 1923 a la edad de veintiocho años. La obra fue luego revisada en 1954. El estreno de esta obra se realizó en el Festival de la Sociedad Internacional de Nueva Música, en Salzburgo, el 7 de agosto de 1923.
Sonatina para clarinete. Arthur Honegger |
A. Honegger |
El compositor suizo Arthur Honegger (10 de marzo de 1892 - 27 de noviembre 1955) escribió una hermosa Sonatina para clarinete que dedicó a Werner Reinhart, en agradecimiento por mantener el Théâtre du Jorat donde el oratorio El rey David de Honegger se estrenó. Su poema sinfónico Pastorale d’été fue interpretado el 9 de noviembre en Berlín, bajo la dirección de Bernhard Seidmann y financiado enteramente por Werner.
La Sonatina cuenta con tres movimientos y cada uno de ellos tiene una fecha de composición. El primer movimiento (Modéré) fue terminado en julio de 1922; el segundo movimiento (Lent et soutenu), en octubre de 1921; y el tercer movimiento (Vif et rythmique), en noviembre de 1921. El estreno mundial lo ofreció el clarinetista francés Louis
Cahuzac en 1923.
Sonata para clarinete bajo y piano, op. 41. Othmar Schoeck
De nacionalidad suiza, el compositor Othmar Schoeck (1 de septiembre 1886 - 8 de marzo 1957) escribió la primera sonata para clarinete bajo y piano de la historia. Werner Reinhart mantuvo al compositor Schoeck desde 1916 con un dinero anual, lo cual le permitió renunciar a su trabajo como director de coro y dedicarse íntegramente a la composición.
Compuesta en 1928 y dedicada a Werner Reinhart, la Sonata para clarinete bajo y piano, op. 41 fue estrenada el 22 de abril de 1928 por el clarinetista Wilhelm Arnold. Otras obras compuestas por Schoeck y dedicadas a su benefactor son: Gaselen, 10 poemas de Gottfried Keller, op. 38 (1923), para barítono, flauta, oboe, clarinete bajo, trompeta, percusión y piano, y Suite en la bemol para cuerdas, op. 59 (1945).
Es importante mencionar una dedicatoria más: el compositor alemán-suizo Adolf Busch escribió su Suite para clarinete bajo solo en 1926, una de las obras más tempranas compuestas para el clarinete bajo sin acompañamiento.
Werner Reinhart falleció el 29 de agosto de 1951.
Como sabemos ahora, le debemos mucho a Werner Reinhart, un clarinetista aficionado que decidió apoyar seriamente la música y las artes. En recompensa, recibió regalos musicales de suma importancia que todos hemos heredado.