8 de mayo de 2008

La cláusula Morales

Llegó a mí el dossier que la Filarmónica de Nueva York ha enviado a quienes audicionarán (primero deberán hacerlo por grabación) a principios del próximo otoño para el puesto que deja Stanley Drucker.

Ninguna sorpresa, viene información general y formularios que hay llenar, el repertorio de audición con una lista no tan extensa de solos que incluye únicamente los estándares (Beethoven 4, 6 y 8, Tosca, Pedro y el lobo, La forza del destino, Rachmaninoff 2, Daphnis y Chloe, etcétera), así como una nota aclarando la afinación de la orquesta neoyorquina: La 442.

A todos llamó la atención, sin embargo, un párrafo en la primera de las seis páginas; dice textual: “Se asume que todos los participantes aceptarán el puesto en la Filarmónica de Nueva York en caso de ser éste ofrecido por la misma. Si usted no piensa aceptar el empleo, por favor no participe en el proceso de audiciones.” Hoy, el párrafo es conocido ya como “la cláusula Morales.”

Otras audiciones: Para quienes puedan estar interesados, en los próximos meses habrá otras audiciones para puestos de primer clarinete, segundo y piccolo, y/o clarinete bajo en las orquestas (el orden es cronológico) Sinfónica de Kansas City, de Cámara de Los Ángeles, Sinfónica de Vancouver, London Canada, del Concertgebouw, Sinfónica de Nuevo México y Sinfónica de Londres; sigue sin aparecer la convocatoria para la ópera de Bellas Artes (México).

Posdata: Felicidades a toda la comunidad judía por el 60 aniversario, ayer, de la creación del Estado israelí; gracias a ellos también por dejarnos, ayer y hoy, disfrutar de su más grande embajador cultural, la Filarmónica de Israel.