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7 de mayo de 2021
A lo largo de la historia musical, además de un desarrollo constante sobre la música escrita, también se ha ido evolucionando en la construcción y en las técnicas constructivas del clarinete. Esta evolución pasa desapercibida en nuestro día a día, pero gracias a constructores que en la mayoría de los casos están en el anonimato, podemos disfrutar de mejoras, ya sean que trabajen sobre la acústica o sobre el mecanismo, las cuales nos facilitan notablemente nuestras interpretaciones.
Muchos de nosotros nos habremos preguntado porqué, a diferencia de los instrumentos de cuerda, no elegimos un instrumento de cierta antigüedad en vez de elegir siempre un modelo actual. Lo que ocurre es simplemente que en esa evolución técnica del instrumento ha intervenido la tecnología. Hoy en día, las compañías constructoras poseen de maquinaria con las cuales se obtienen un producto de muchísima más calidad que hace 60 u 80 años. Además la informática nos permite analizar cómo se comporta un instrumento acústicamente antes de ser fabricado, y podemos acotar los parámetros para que una vez estén establecidos podamos obtener un instrumento lo más perfecto posible. Toda esta técnica no se poseía hace varias décadas y esto hacía imposible esa perfección que hoy en día estamos viendo en la mayoría de los instrumentos, como son: pureza en el sonido, claridad, afinación, etc.
Además del sistema adoptado en España (sistema Boehm), existen otros sistemas y otras innovaciones sobre el Boehm que son desconocidos para muchos de nosotros. Mi intención desde este rincón es acercar a los clarinetistas, poco a poco y con la mayor claridad posible a estos clarinetes, para que entre todos podamos conseguir que cada instrumentista individualmente posea su propio criterio de valoración a la hora de la adquisición de un nuevo instrumento.
En este artículo he querido empezar por el clarinete sistema Oehler (Oskar Oehler 1858-1936) también conocido por nosotros simplemente como clarinete alemán. Sabemos que Oehler trabajó durante las primeras dos décadas del siglo XX sobre el clarinete sistema Albert cambiando la localización e incorporando ciertas llaves, con lo que consiguió un clarinete de una mayor perfección en afinación y calidad tonal (lo cual lo podemos observar hoy en día en sus instrumentos).
Sobre su person,a podemos decir únicamente que fue componente de la Orquesta Filarmónica de Berlín. Casos como el de Oskar Oehler ocurre en la mayoría de los constructores, los cuales siempre se encontrarán detrás del músico, pero que gracias a los cuales, que con su interés y devoción a nuestro instrumento han ido aportando grandes nuevas ideas que han ayudado a evolucionar el clarinete.
También conocido como clarinete sistema Oehler, nombre adoptado por su creador Oskar Oehler que lo diseñó a principios del siglo XX. Se puede considerar que el sistema de digitación alemana que conocemos hoy en día es una evolución del sistema Albert de sistema simple, al cual se le incorpora nuevas llaves, como son, una nueva llave patentada para obtener el do#, una llave lateral para obtener el sib, tres anillos en el cuerpo superior y una llave asociada al fa de horca para resonancia o ventilación. Oskar Oehler adaptó el mecanismo de la resonancia del fa (fa de horca) que utiliza el oboe, consiguiendo así eliminar un punto débil que poseía los primitivos modelos de clarinetes alemanes: la falta de fuerza y claridad del sonido en la llave del sib y fa.
El propósito principal de todos los constructores alemanes a lo largo del siglo XX fue el de conseguir un clarinete con una sonoridad y comportamiento con la mayor calidad y pureza. Otros constructores importantes involucrados en este objetivo fueron Schmidt (Mannheim), Uebel (Markneukirchen), Mollenhauer (Cassel) y Koktan (Viena), los cuales incorporaron sus propios detalles. Después de la Segunda Guerra Mundial, el principal constructor que realizó modificaciones para mejorar el sistema fue Fritz Wurlitzer y continuado posteriormente por su hijo Herbert, en Neustadt-Aisch.
En los años 50, la tendencia - que provenía de Francia de mano del constructor Robert Carree (de Buffet Crampon) - fue la de fabricar los clarinetes con taladros de un menor tamaño. Esto provocó que los clarinetes construidos en Alemania tuvieran que cambiar su diámetro, adoptando la medida media de 14.70 mm. Esta nueva evolución hizo recomendable la incorporación de una llave para el pulgar derecho la cual acciona un mecanismo que abre una pequeña llave cerrada en la campana y proporciona un control sobre la ventilación y resonancia sobre las notas mi y fa grave. El clarinetista abre esta llave si encuentra que su mi grave o si medio se produce con una afinación muy baja. La gran ventaja de la incorporación de la llave del pulgar es que asegura que estos sonidos obtengan un sonido más puro, sin comprometer en ningún caso la calidad del timbre y la afinación, lo cual en el clarinete sistema Boehm con tubo estrecho no ocurre, con la excepción de los instrumentos que incorporan un oído de resonancia para el fa, como es el caso de la serie Recital fabricado por la casa Selmer.
Funcionamiento del Mecanismo Oehler
El sistema Oehler consta de las siguientes particularidades:
En el cuerpo inferior: Patente del Do#.
Esta llave es añadida al clarinete sistema Simple con lo que permite que podamos realizar el Do#(y Fa#) con diferentes posiciones.
Duplicación de la llave para el mib pulsada con el dedo meñique de la mano izquierda, a veces con una duplicación de la llave para el fa junto a ella. Fa de horca, muy parecido al que incorpora el sistema Clinton excepto que el sistema Oehler lo traslada al oído V para la mano derecha del instrumento y asociada a una llave lateral para ventilación (n) así de esta manera la llave que pulsamos con el dedo corazón no tiene taladro bajo ella, pero cierra a la vez las dos llaves laterales.
Sistema para la corrección del Mi agudo: Un pequeño taladro soldado al anillo IV (pulsado mediante el dedo índice de la mano derecha) la cual es cerrada por medio de la llave del mib. El objetivo de esto es proveer más ventilación al Sol Agudo, pero disminuyendo la ventilación para el mi sobreagudo (lll/mmm Eb), corrigiendo la tendencia a tener afinaciones altas.
En el cuerpo Superior:
Incorporación llave horca para la mano izquierda: llamada digitación de horca, lo que quiere decir que el anillo III (dedo anular mano izquierda) cierra la pequeña ventilación soldada al anillo II (dedo corazón) produciendo una mejor calidad de sonido en el registro grave. Llaves “Brille" cuerpo superior (comprende anillos I y II) combinado con la corrección de la apertura del do# como sigue: la digitación para el do# sobreagudo es muy común para muchos pasajes, pero ésta llave de brillo lo hace muy altas en afinación. Por consiguiente el anillo I, que lleva incorporada esta apertura, es cerrada automáticamente por la llave de octava. La llave del La también la cierra para prevenir que el La se produzca alto en afinación. La denominación “Brille” proviene del idioma alemán y significa Gafas. Esta llave es llamada así por la similitud de las llaves de los anillos a unas gafas.
29 de febrero de 2012
Cronología de la Historia del Clarinete
Posted on 3:15 p. m.by Unknown
Una gran recopilación de las fechas más importantes en la historia del clarinete, que nos puede ayudar a visualizar mejor el desarrollo de este hermoso instrumento.
Gracias a Iván Martínez (México) por su gran colaboración en el desarrollo del siguiente texto. Pueden escribir sus sugerencias y aportes a Iván al correo electrónico. ivanmartinez@lorfeo.org
Gracias a Iván Martínez (México) por su gran colaboración en el desarrollo del siguiente texto. Pueden escribir sus sugerencias y aportes a Iván al correo electrónico. ivanmartinez@lorfeo.org
Cronología de la Historia del Clarinete
2700 a. C. Antecesor egipcio del
clarinete: zummara,
instrumento de una
sola caña y dos tubos cilíndricos.
Medioevo Chalumeau,
forma más
desarrollada de los instrumentos originales de una sola caña. De
entre ocho y nueve pulgadas, contaba con 6 ó 7 orificios. Es el
antecesor directo del clarinete; aparentemente, nunca tuvo lugar en
la música culta.
Ca. 1700 El clarinete es
inventado por Johann Cristoph Denner (1655-1707), a partir del
principio del chalumeau,
al que le añadió una campana y dos llaves. * La musicología actual
sigue debatiendo sobre la fecha exacta, que se ha ubicado entre 1690
y 1704.
1712 Se utiliza por primera vez
el término “clarinete”, al ser vendidos cuatro instrumentos a la
Banda municipal de Núremberg.
Ca. 1740 Johann Molter escribe
sus Seis Conciertos
para clarinete, que
permanecen como las primeras obras –de las hoy conservadas y
conocidas- en la literatura para el instrumento.
1744 Nace Joseph Beer (m. 1811),
primer gran virtuoso del instrumento que logró fama con los
Conciertos de
Johann Stamitz. (No debe ser confundido con Josef Bähr, clarinetista
cercano a Beethoven.)
1749 Jean Philipp Rameau
introduce el clarinete en París, al incluirlo en la orquestación de
su ópera Zoroastre.
1753 Nace Anton Stadler (m.
1812), otro de los primeros grandes virtuosos.
1758 A partir de esta fecha, la
Orquesta de la Corte de Mannheim se convierte en la primera en contar
con dos clarinetistas como miembros regulares: Jacob y Franz Tausch.
1762 El clarinete se establece
definitivamente en Inglaterra y Francia al incluirse en la Royal
Artillery Band, fundada ese año (formada por un octeto tradicional
de alientos), y las bandas militares que estableció Luis XV en toda
Francia (formadas por dobles octetos de alientos).
1777 Wolfgang Amadeus Mozart
escucha a los hermanos Tausch en un concierto de la orquesta de
Mannheim. Motivado por sus cualidades, expresa en una carta a su
padre el deseo de contar para ellos con ejecutantes del instrumento y
al año siguiente escribe sus primeras líneas solistas para el
clarinete: Sinfonía
Concertante para alientos y orquesta K. 297.
1781 Mozart conoce a Stadler y
comienza una cercanísima relación de amistad, complicidad artística
y exitosa hermandad al interior de la masonería, cuyos mayores
logros son el Quinteto
K. 581 y el Concierto
K. 622, además de
los primeros pasajes de verdadero protagonismo en el repertorio
orquestal (Sinfonías
39, 40 y 41).
1784 Nace Heinrich Baermann (m.
1847). Miembro de la Orquesta de la Corte de Munich.
1791 Mozart escribe su Concierto
K. 622; hasta hoy, la
más importante y exigente página de la literatura concertante para
clarinete.
Jean
Xavier Lefevre añade seis llaves al clarinete de Denner. Algunos
historiadores mencionan la existencia de otros clarinetes de seis
llaves, pero fue éste el más usado hasta las modificaciones de Ivan
Müeller (trece llaves, entre otros elementos como la ligadura que
sostiene la caña), veinte años después.
Muere
Mozart.
Siglo XIX Comienza el siglo con
el camino natural hacia la consolidación del clarinete en todas sus
capacidades y posibilidades técnicas y expresivas, que culmina con
la escritura orquestal que para él realizaron –sobre todo-
Beethoven, Schubert y Weber.
1810 Nace Carl Baermann (m.
1885). Hereda de su padre Heinrich el puesto de primer clarinete en
la orquesta de Munich. Reconocido más tarde por su legado
pedagógico.
1811 Carl Maria von Weber conoce
a Baermann padre. Sin llegar a la genialidad lograda por la
complicidad artística de Mozart-Stadler o, más tarde,
Brahms-Mühlfeld, surgen seis obras capitales del repertorio (cuatro
de ellas antes de concluir ese año): tres obras concertantes, un
Quinteto para
clarinete y cuarteto,
una serie de variaciones y la más lograda de todas, el Gran
Duo Concertante para clarinete y piano op. 48.
1824 Franz Schubert termina su
Octeto D. 803.
Escrito para clarinete, fagot, corno y quinteto de cuerdas,
representa -en diferentes maneras- la obra de mayores dimensiones
escrita para un grupo de cámara con clarinete.
1843 Auguste Buffet y Hiacynthe
Klose presentan las reformas realizadas al clarinete de Müller con
el sistema que había empleado Theobald Boehm en la flauta. De 17
llaves, es –con algunas mejoras que se han desarrollado de diversas
formas- el más usado hoy en día.
Otras modificaciones al
clarinete de Müller que durante varias décadas se usaron a la par
del clarinete Buffet-Klose fueron el sistema Albert (Inglaterra) y el
desarrollado por Antonio Romero (España); En Alemania, el modelo de
Carl Baermann fue el más usado hasta que el éxito de la
modificación de Oskar Oehler terminó por imponerse (ca. 1890).
1856 Nace Richard Mülhfeld (m.
1907), clarinetista de la Orquesta de la Corte de Meiningen.
Importante figura musical de su época a la manera que lo fueron
Franz Liszt al piano o Nicolo Paganini al violín.
1880 Nace Louis Cahuzac (m.
1960), uno de los máximos representantes de la escuela francesa.
1891 Johannes Brahms escucha a
Mühlfeld como solista en los dos Conciertos
de Weber. Escribe en
una carta a Clara Schumann: “Es imposible que alguien toque mejor
el clarinete.” Inspirado, el compositor retoma la composición y
escribe para Mühlfeld su Trío
op. 114 para clarinete, violonchelo y piano,
el Quinteto op. 115
para clarinete y cuerdas y
las Dos sonatas para
clarinete y piano op. 120.
1896 Nace Daniel Bonade (m.
1976). Clarinetista francés migrado a Estados Unidos, miembro de la
Orquesta de Philadelphia, goza de reconocimiento como el iniciador de
la escuela norteamericana.
1909 Nace Benny Goodman (m.
1986). Afamado por su carrera en el jazz, el clarinetista comisionó
parte fundamental del repertorio clásico del siglo XX a compositores
como Arnold, Bártok, Bernstein, Britten, Copland, Hindemith,
Poulenc, entre otros.
1910-11 Claude Debussy escribe
para el Conservatorio de París su Premiere
Rapsodie, la más
refinada y profunda de las piezas escritas en la larga tradición
parisina de solos de
concurso.
1928 Nace Robert Marcellus (m.
1996). Alumno de Bonade, fue clarinetista de la orquesta de Cleveland
y es reconocido como la principal figura pedagógica de Estados
Unidos durante el siglo XX.
1938 Béla Bartók escribe
Contrastes,
un trío para clarinete, violín y piano pedido por (y dedicado a)
Goodman.
1940-42 Olivier Messiaen escribe
su “Cuarteto para el
fin de los tiempos”
(clarinete, violín, violoncello y piano) siendo prisionero del campo
de concentración de Görlitz.
1942 Agentes aduanales recogen
del equipaje de Benjamin Britten, entre otros manuscritos, el
borrador del primer movimiento de un Concierto
comisionado por
Goodman (op. 28). Aunque en cartas posteriores el compositor
mencionara la intención de retomar su escritura, ésta nunca llegó.
1949 El compositor inglés
Gerald Finzi culmina la escritura de su Concierto
para clarinete.
Permanece como una de las obras más representativas en su breve
catálogo instrumental y entre las escritas durante una era en la que
predominaron las comisiones de Goodman.
1950 Goodman estrena el
Concierto de
Aaron Copland en un concierto radiofónico al frente de la Orquesta
Sinfónica de la NBC bajo la batuta de Fritz Reiner.
1962 Francis Poulenc termina su
Sonata para clarinete
y piano. Dedicada a
la memoria de Honneger, es estrenada por Goodman y Leonard Bernstein
a la muerte del compositor (1963), en un recital en el Carnegie Hall
de Nueva York.
1968 A cargo del clarinetista
Jacques Lancelot, el estreno del Concierto
para clarinete de
Jean Francaix es recibido con gran éxito.
1977 John Corigliano escribe su
Concierto para
clarinete, estrenado ese mismo año por Stanley Drucker y Bernstein
al frente de la Orquesta Filarmónica de Nueva York. Representa,
junto al de Francaix, una de las más acertadas páginas de la
literatura concertante del clarinete tras la era de comisiones hechas
por Benny Goodman.
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