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26 de enero de 2022

Primero music y luego business. CLARIPERU


Este artículo fue publicado originalmente en la revista Clarineta #9 de la Asociación Brasileña de Clarinete. Con el permiso del autor, la reproducimos aquí para nuestra comunidad.

En algún momento de tu carrera te verás intrigado por aprender sobre music business, dos palabras en inglés que se han popularizado a raíz de la pandemia y con justa razón, ya que los músicos necesitamos encontrar alternativas para contar nuestra historia a un nuevo público. Parece que podemos hallar soluciones prácticas y modernas en diferentes publicaciones y cursos dedicados a este tema. Y como en toda historia hay una intriga, deseo compartir un punto importante que parece que muchos músicos están pasando por alto.

Un clarinetista que graba y crea videos donde se le ve interpretando diferentes obras, inevitablemente compara su trabajo que ha recibido solo ochenta reacciones en un día con aquellos que han recibido mil doscientas. Los números le hacen suponer que los músicos que tienen más reacciones están haciendo las cosas muy bien. Es más, quizá son mejores intérpretes que él. ¿Has experimentado esta sensación? Yo sí —y la verdad es que hay muchos músicos que son mejores que yo y los números les hacen justicia—.

Las estadísticas son una magnífica manera de medir la difusión de nuestro trabajo, no necesariamente la calidad de este. ¿Cuántas veces hemos escuchado, honestamente, músicos mediocres con miles de reacciones y cientos de miles de vistas en sus videos? Y lo contrario es muy común, trabajos extraordinarios de músicos de altísimo nivel que sus videos no pasan las mil vistas en tres años.

Cuando leo libros o participo de cursos sobre music business observo que, frecuentemente, no se habla de lo más obvio y lo que considero el punto de inicio más importante: la calidad de tu propuesta artística. ¿Demasiado obvio? No lo creo.

Antes de invertir tiempo y energía en crear un video viral (que, por cierto, nadie lo puede anticipar) o en diseñar diversas estrategias para que la gente reaccione a tu música en línea o te siga en redes sociales, concéntrate en planificar cuidadosamente tu propuesta musical, es decir, que tu mejor interpretación sea el resultado de tus habilidades artísticas al momento. Sin buena música, sin creatividad, no se puede construir un business. Que tu grabación, disco o video alcance un resultado del cual te sientas orgulloso ahora y en los siguientes veinte años.

Es impresionante ver en internet las descabelladas actividades que la gente está dispuesta a hacer para volverse popular, renunciando muchas veces a su dignidad. Pregúntate: ¿Creas música para volverte popular? ¿Deseas hacer cualquier cosa para que la gente reaccione a tu música? La verdad es que, si lo haces, la gente va a reaccionar a tus locuras por lo entretenidas que son, y tu música pasa a un segundo o tercer plano. Y aquí debes hacer una reflexión muy íntima: ¿Por qué soy músico? ¿Cuál es mi visión como artista? Las respuestas que escuchas en tu cabeza debes tomarlas muy en serio, ya que guiarán tu camino e integridad como artista por muchos años.

Las redes sociales nos hacen creer que estamos perdiéndonos de cosas, que somos inferiores a otros al ser bombardeados con imágenes de colegas y amigos que suben videos de recitales, grabaciones caseras e incluso compartiendo tips sobre cómo ser mejores músicos. ¡Todos hacen cosas menos yo! Y ¿sabes qué?, está bien.

No hay urgencia de crear videos, de grabar música, de compartir cada cosa que haces durante el día. Respira y sonríe, ya que es preferible y más saludable compartir poca música de alta calidad que cualquier cosa porque “necesitas crear contenido”. No eres mejor músico porque subes mucho contenido. Eres buen músico porque has tomado la decisión de honrar este arte con dedicación, creatividad y mucha práctica. Ser músico nos exige devoción a la música y esto no debemos olvidarlo ni darlo por entendido. Todo curso de music business debe empezar con decirte claramente que la prioridad es que busques y alcances el más alto nivel en cada proyecto que desarrolles, sin excepción. Y por eso me gusta hablar de este tema con el título en inglés, music business, porque primero es la música y luego el negocio.

Decidí escribir este texto para decirte también que no te desesperes si no tienes por ahora las posibilidades de grabar música como otros colegas. Aprovecha tus días escuchando música nueva, practicando ejercicios técnicos que te servirán para un propósito mayor, que es expresarte por medio del clarinete sin limitaciones técnicas. Luego, cuando a tu tiempo tengas preparado un proyecto nuevo —que puede ser desde la grabación de una sola obra a un concierto de dos horas con veinte músicos detrás tuyo—, asegúrate que vas a contar una hermosa historia de la cual te sentirás feliz y harás que toda tu familia, amigos y país se sienta orgulloso de lo que produces, manteniendo tu integridad artística y dejando a todos con ganas de que compartas más. Y solo entonces, podrás usar las herramientas de music business para expandir tu mensaje. Ten en cuenta un detalle más: es muy posible que el público que va a apreciar tu música, tu interpretación, aún no nazca. Por eso me inclino a producir, aunque poco, con la máxima calidad de mis posibilidades con la esperanza que perdure en el tiempo.

Es momento de desterrar la prioridad a los me gusta o a cuántas veces se ha visto tu video. En lugar de pensar y dedicar tiempo a lo que debes hacer para ser más popular, conduce esa energía a tu creatividad artística, a tus ensayos y práctica personal. El público te encontrará y te seguirá por tu sensibilidad musical y porque percibe que tu propuesta es honesta. Ten paciencia.

Recuérdalo siempre: primero music y luego business.


Marco Antonio Mazzini