Johannes
Brahms tiene un lugar privilegiado en la historia de la música. Sus
gigantescas sinfonías son interpretadas regularmente en los principales
escenarios del mundo al igual que su música de cámara. Durante
los últimos años de su vida, Brahms escribió cuatro extraordinarias
obras para el clarinete: un Trío, un Quinteto y dos Sonatas para
clarinete y piano. Estas últimas, son el tema de este breve escrito.
Cuando
empezamos a indagar sobre el nacimiento de las sonatas Op. 120 para
clarinete y piano que escribiera el gran compositor alemán Johannes
Brahms, uno descubre pronto que fueron unas de las últimas obras que concibiera
este genial compositor. Es más, Brahms había anunciado poco antes su
retiro en la composición. ¿Qué sucedió que lo convenció a componer
nuevamente, y a escribir monumentales obras para el clarinete, como su Quinteto Op. 115 ? La respuesta descansa en la figura de un hombre, un
excepcional músico que deslumbró musicalmente a un maduro Brahms. Nos
referimos al clarinetista Richard Mühlfeld, de quien hablaremos primero antes de descubrir en fechas en las cuales se dejaron escuchar por primera vez
las estas sonatas para clarinete.
Richard Mühlfeld
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Richard Muhlfeld |
Richard
Mühlfeld nació el 28 de febrero de 1856 en la ciudad de Salzungen,
Alemania. Fue el último de cuatro hijos. Su padre, Leonhard Mühlfeld, le
impartió sus primeros conocimientos musicales. A los 10 años de edad Richard formaba parte de un pequeño ensamble que su padre dirigía,
tocando violín y eventualmente el clarinete (que al parecer, aprendió de
manera autodidacta).
Un paso importante en su carrera como
músico fue su ingreso a la Orquesta de Meiningen en el
año 1873 y como violinista. Richard se presentó como solista con esta
orquesta en 1877, y solo en 1879 le ofrecieron el cargo de clarinetista
principal, debido a que el clarinetista estable, Wilhelm Reig, debió
retirarse por motivos de salud.
Durante los años 1876 y 1879
Richard cumplió con el servicio militar, tocando el clarinete en la
banda del Regimiento 32. Esporádicamente lo llamaban a tocar en otras
orquestas y sucedió así que tomó parte del Festival de Bayreuth en
1876, en donde conoció a Richard Wagner. Fue este compositor quien se le
acercara luego que Mühlfeld interpretara la obertura Egmont y le
dijera: "joven amigo, siga de esta manera y el mundo entero se abrirá a usted". También Brahms dejo claro su opinión sobre Mühlfeld en una carta dirigida a Clara Schumann el 17 de marzo de 1891: ""es imposible tocar el clarinete mejor que el señor Richard Mühlfeld lo hace aquí". Brahms lo consideraba el mejor instrumentista de viento que él haya escuchado y lo llamaba de cariño "la pesadilla de la orquesta".
No
cabe duda que Richard Mühlfeld fue considerado como un supremo
instrumentista, especialmente a partir del año 1880. Sin embargo, es bueno tener en cuenta las impresiones que George Toenes describe en la
revista The Clarinet No. 23 (1956), luego de escuchar a Richard en un concierto donde ofreció el
Quinteto para clarinete:
Recuerdo
claramente que pensé que su sonido en el registro grave era magnífico,
pero no tenía el mismo parecer con su registro medio y agudo. Demostró
por momentos una dinámica excepcional, el fortísimo siendo muy
sobresaliente, pero pocas veces empleado - y siendo solo un niño
naturalmente no le perdoné fácilmente los pitos ("gallos") que realizó
con frecuencia , ¡sin considerar entonces (como posteriormente lo hice)
con qué frecuencia una caña lo podía traicionar a uno! Recuerdo que no
intentó obtener todos los detalles en el "Quinteto", pero obviamente no
se consideraba más grande (ni menor) que los instrumentistas de cuerda.
En retrospectiva, siento que aunque él fuera un músico de primer orden,
sus atributos como intérprete no cautivarían a la presente generación
como especialmente sobresaliente.
De algo
si estamos seguros, y es que este dinámico clarinetista inspiró a Brahms a heredarnos obras de mucho valor musical e histórico. Además, su
maestría en el clarinete provocó a otros compositores contemporáneos,
como Theodor Verhey (Concierto para clarinete Op. 57 - 1901), Carl Reichecke (Introduzione ed Allegro appasionata Op. 256 - 1902),Gustav Jenner ("Sonata" Op. 5 - 1900), Stephan Krehl ("quinteto para clarinete"
- 1902) y Henri Marteau (Quinteto para clarinete). Richard Mühlfeld
falleció el 1 de junio de 1907 debido a una hemorragia cerebral.
Estreno de las Sonatas
Existe
una fecha oficial del estreno público de las dos sonatas para
clarinete. Ambas se dejaron escuchar en una misma velada, el 7 de enero de 1895 en Tonkünstlerverein, Viena. Los músicos protagonistas fueron Richard Mühlfeld y el mismo Johannes Brahms en el piano.
La
historiadora Pamela Weston escribe que las sonatas se interpretaron
también el 10 y 11 de enero (1896) y el 27 del mismo mes en Berlín.
Una fecha más que ella señala es el 17 de febrero, esta vez en
Frankfurt. Las sonatas se tocaron unos días después en Meiningen (21 de
febrero) junto al Quinteto del mismo compositor.
Existen fechas
anteriores donde se interpretaron de manera privada estas dos obras. Una
vez más, Pamela Weston proporciona los siguiente datos sobre este
tema: Mühlfeld tocó ambas sonatas junto al pianista Frau Franz, en una
reservada audición para el compositor, el 10 de noviembre de 1894. El 12
del mismo mes, ambas sonatas se tocaron en la casa de la familia
Sommerhoff, en donde el programa musical fue completado con el Trío para
clarinete de Mozart. Al día siguiente, y en una fiesta en la casa de
Clara Schumman, se dejaron escuchar ambas obras, junto a las Piezas de Fantasía de Robert Schumman. Una última fecha es el 19 de noviembre, cuando
Mühlfeld interpretó las nuevas creaciones de Brahms ante la invitación
del Duke Georg y la Baronesa Von Heldburg. Este concierto se realizó en
el castillo Altenstein.
Desde su estreno, estas dos sonatas
han cobrado con el tiempo mayor popularidad e importancia. Si recorremos un poco la historia del clarinete, notaremos que no existe mucha tradición en la composición
de sonatas para este instrumento (una obra pionera fue la que escribiera
Mendelssohn a los 15 años de edad). Por otro lado, existen hoy en día
más de 50 grabaciones de estas dos hermosas piezas, sin contar la
versión que existe para viola y piano. Luciano Berio realizó una versión
de la Sonata n°1 en fa menor para orquesta y clarinete solista. Esta
expansión sonora de la sonata fue recientemente interpretada durante el
Festival Internacional de Clarinete 2006 (Atlanta), organizado por la International Clarinet Association.