15 de octubre de 2014
Existe en el ambiente académico musical un aire muy fuerte de tradición. Los clarinetistas por ejemplo, somos los únicos instrumentistas que aún no utilizamos vibrato - incluso la voz humana la realiza de forma natural, pero si te atreves a usar vibrato en alguna obra clásica serás blanco de duras críticas. La tradición de mantener la tradición de no usar vibrato nos persigue hasta hoy en día.
Y si hablamos de música académica y sus propuestas en escena, pronto nos damos cuenta que nos hemos esforzado muy poco para desafiarla e ir a la par con nuestros actuales días llenos de impresionantes tecnologías y efectos visuales que nos deslumbran. Los músicos de Rock y Pop trabajan al máximo tanto su calidad musical como su propuesta escénica. La tradición sinfónica ha realizado desnutridos intentos para cambiar esta tradición - donde comúnmente vemos sentados a muchos músicos vestidos de negro y que a veces parecen más trabajadores que artistas transmitiendo un mensaje.
Y si hay algo de lo cual podemos estar seguros es que todo cambia. Piensa en cualquier cosa cotidiana y verás que no siempre fue así. Por ejemplo, si crees que la comida define a tu país, visualiza rápidamente un par de platos típicos. Ahora, ¿existían 200 años atrás exactamente como ahora? Lo dudo. Alguien se atrevió a cambiar la tradición culinaria y todos nos beneficiamos.
Por eso hoy me entusiasmé al ver este vídeo de la Filarmónica de Nueva York, donde se atreven a ofrecer algo nuevo. Al inicio, parece un concierto tradicional pero si esperan un minuto, se sorprenderán. Necesitamos estas propuestas más seguidas. Espero que estas imágenes te inspiren a desafiar tu ambiente musical.