Tara Bouman es una fuerte figura dedicada a lo nuevo. Ya sea música contemporánea, improvisación libre o el estreno de una obra, esta inquieta instrumentista está alrededor, aportando con su creatividad. La presente entrevista exclusiva fue realizada por nuestro colaborador Iván Martínez, en febrero del 2007.
Clariperu desea agradecer a Tara Bouman por esta entrevista, y a Iván Martínez por su iniciativa de compartir con nosotros el sentir de esta artista.
Interesante, curiosa, aventurera, expresiva, versátil. Los anteriores, son solo algunos de los adjetivos con los que podríamos definir a esta extraordinaria artista. Tara Bouman (Leiden, 1970). Estudió con Boeykens y Honingh, en Ámsterdam y Rótterdam, es especialista en música contemporánea y se dedica en la actualidad a la improvisación. Casada con Markus Stockhausen, trompetista y compositor, combina el clarinete con el clarinete bajo y el corno di basseto, su favorito.
Realizó su tercera visita a México en febrero de 2007 para estrenar el Concierto para corno di basseto –dedicado a ella –de la compositora mexicana Ana Lara (Ciudad de México, 1969). Esta entrevista se realizó en la cafetería del Centro Cultural Universitario. Ciudad de México. Viernes 9 de febrero de 2007.
Tara, háblame sobre tus primeros contactos con la música.
Mis padres oían mucha música, y además tocaban el piano y el violín, eran músicos aficionados, no profesionales, mi madre era maestra de inglés y mi padre pastor de su iglesia. En mi casa siempre había música, así que realmente no recuerdo cuándo fue mi primer contacto, pues desde que nací hubo el contacto con ella.
¿Y con el clarinete?
Cuando tenía 6 años empecé con la flauta dulce, pero a los once la deje porque ya no me gustaba para nada, y quise escoger otro instrumento nuevo, así que mis padres me llevaron a un concierto de una orquesta, mi padre dijo “bueno, escoge el que te guste”, y yo conteste “Oh, el arpa, me gusta”, pero mi madre me interrumpió diciendo “No! espera” (ríe), porque era muy grande, no porque fuera cara, sino porque quería que sus hijos fueran independientes y con un arpa tendría que andar siempre conmigo, cargándola, acompañándome, etc. Ahora soy muy feliz de eso de no tocar el arpa, con el clarinete me identifico mucho mejor.
Y escogiste el clarinete.
Sí, en una fiesta de cumpleaños de un amigo su padre tocó el Happy Birthday en el clarinete y me gustó demasiado, así que decidí que quería tocar ese instrumento.
¡Esa es una buena historia!
Sí lo es (ríe).
Dime, ¿tienes alguna rutina para estudiar?
Si, bueno, varias rutinas, pero siempre la primer cosa que hago es calentar media hora, porque hago mucha improvisación y música contemporánea la mayoría del tiempo, y ya sabes, tienes que cuidar mucho tu sonido y embocadura, en música contemporánea es muy fácil perder esa calidad, porque todo el tiempo es “pi pu pii pa” (canta intervalos muy amplios), así que tienes que enfocarte en el sonido, hacer notas largas, intervalos ligados (canta sobre una nota mi fa mi sol mi la mi si mi do, etc), y después escalas, arpegios, muchos intervalos, siempre empiezo lento y cada vez más rápido. Trato de hacer siempre cosas diferentes, porque se vuelve aburrido.
La mayor parte del tiempo haces música contemporánea…
No, ya no. Solía tocar muchísima música contemporánea pero desde hace unos tres años empecé a hacer más improvisación, lo cual me gusta mucho. Hago muchos conciertos con mi esposo que es trompetista, Markus Stockhausen, tenemos el dúo Moving Sounds y tocamos nuestra propia música, él compone y hacemos improvisación, lo siento más personal, más propio, es lo que sientes en ese momento, es la música que tienes en tu mente, en tu cuerpo.
¿Tú también compones?
No, no todavía. A veces escribo algunas cosas, algunas ideas, pero no realmente.
En la presentación de tu disco en Internet se lee “Hablando de música contemporánea e improvisación, Tara no conoce fronteras”
¿De verdad dice eso? Te juro que yo no lo escribí, pero quizá sea cierto.
Estás en México tocando un concierto para corno di basseto, la próxima semana tocas un concierto en Querétaro con clarinete bajo improvisando, en tu anterior visita tocaste el Arlequín de Stockhausen.
Bueno, adoro hacer cosas diferentes. El mundo de hoy es muy cerrado, incluso para los clarinetistas, si eres doctor, o secretaría la gente piensa que solo puedes hacer una cosa y no combinarla con otra. Algunas veces yo bailo, incluso en conciertos y algunas personas se irritan demasiado, es muy chistoso porque si eres músico no puedes combinarlo con ser bailarín.
Incluso entre los músicos si tocas más de un instrumento, se cree (pero muchas veces es cierto) que si tocas bien el clarinete no tocas bien el clarinete bajo, o tocarías muy mal la flauta o el saxofón, ni hablar si combinas con instrumentos de otra familia. Tú combinas muchas cosas (Tara se graduó además de la carrera de leyes), y entre los clarinetes dominas el bajo, el basseto y el si bemol.
Sí, creo que los clarinetistas pueden combinar más de uno, por ejemplo en México tienes a Fernando Domínguez que combina el si bemol con el bajo, combinar en la familia de clarinetes no se ve tan mal.
Músicos de jazz lo hacen siempre, por ejemplo un solo instrumentista toca clarinete, flauta, saxofón, igual en las Big Bands, pero en el mundo clásico la gente tiene una visión muy cerrada. Eres músico clásico y no puedes hacer otra cosa, y ¿porqué no?, creo que la vida es una aventura, es más divertido explorar más cosas que puedes hacer y no quedarte a hacer solo una. Puedes tocar el Concierto de Mozart todos los días, todo el tiempo, pero se vuelve la cosa más aburrida, y yo realmente adoro el Concierto de Mozart, de hecho he tenido experiencias fantásticas tocándolo pero repetirlo 30 veces al año sería para mí realmente aburrido, puedes ganar mucho dinero haciéndolo pero es más emocionante hacer cosas nuevas.
Hablando de cosas nuevas, entre tantas nuevas composiciones y compositores, ¿cómo saber qué es bueno y qué no?
Prueba, tócala, escúchala en un cd, si te gusta es buena. Es difícil, muchas veces recibo e-mails de compositores que me dicen “¿te puedo enviar mi música?” y bueno, pienso “OK, puedes enviármela”, hay algunas cosas que toco y que realmente me gustan, creo que tengo mucha suerte al poder tocar la música que me gusta. Es cuestión de identificarte con la pieza.
¿Recibes muchos correos de compositores queriendo que toques su música?
Algunas veces, no mucho, la mayoría de los compositores de quienes toco su música es porque los conozco anteriormente, como Ana Lara, la conocí y luego se dio la oportunidad que escribiera este concierto.
Ya que mencionas a Ana Lara, ¿qué me puedes decir sobre su Concierto para corno di basseto?
Creo que es una pieza bellísima, me gusta mucho, explota todas las características del instrumento, todos los registros, desde lo más bajo hasta lo más alto, utiliza el carácter oscuro del instrumento, pero también tiene motivos jazzeros, y algunas veces muy brillante, su orquestación me gusta mucho, en el primer movimiento hay un momento fantástico en que el oboe comienza un multifónico. Espero que le guste al público, ella es muy buena compositora.
¿Tocas más música latinoamericana?
Desgraciadamente no, toque antes otra pieza de Ana Lara, y trabajo con un contrabajista chileno, Enrique Díaz, que también es compositor. Conozco la pieza para clarinete solo de Mario Lavista, Madrigal, pero nunca la he tocado, me gusta mucho. Alguna vez toqué el Divertimento para clarinete solo de Gabriela Ortiz, muy bella pieza. No conozco mucho, honestamente.
¿Enseñas?
Si pero solo privado, no en una escuela. Ahora solo tengo un alumno, es difícil porque viajo mucho, y no puedo estar todos los lunes por ejemplo en la misma ciudad siempre.
Sales mucho de gira, entonces…
Sí, mucho. Una buena parte del año me la paso fuera de casa, dos semanas viajando, una semana en casa, tres semanas fuera, depende, pero en general sí, aunque algunas veces pasan dos meses y no hay nada.
Sobre tus influencias en la música, algún maestro, algún colega, ¿quien te ha influenciado más desde tus años de estudiante? ¿Boeykens, tu esposo Markus?
Sobre Walter Boeykens no diría mucho, no tuvo gran influencia sobre mí.
Mi otro maestro fue Piet Honingh de la orquesta del Concertgebaw, en Ámsterdam. Fue mi principal maestro, tuvo muchos buenos alumnos, ya está retirado. Es una gran persona, muy dulce, veía exactamente qué necesitaba cada uno de sus alumnos, una persona además muy musical, todo tenía que ver con música siempre en él.
Y de Markus casi todo lo que sé sobre improvisación, y sigo aprendiendo tocando con él y otros músicos.
¿Qué crees que fue lo más importante que aprendiste con él?
Hacer música, más que nada, no solo notas. Tener algo qué decir, contar una historia. No tocar solo para ti, sino contarle algo al público. Exigía mucho en esto.
Y por ejemplo, Susane Stephens me enseñó la música de Karleinz Stockhausen, ella es estadounidense pero vive desde hace muchos años en Alemania. Aprendí que hay que tocar muy exacto, en la música de Karleinz hay que ser muy preciso, si el tiempo es 63 debe ser 63 y no 64 o 63 y medio.
Si tuvieras que dar el mejor consejo a un estudiante, ¿cuál sería?
¡Sé aventurero! Y sigue a tu corazón, haz cosas que realmente tengas ganas de hacer, toca la música que realmente te gusta. Los maestros en las escuelas… por supuesto saben lo que es bueno para ti, pero tienes que seguir lo que tú quieras tocar, con lo que te sientas bien contigo mismo.
Siete años atrás, cuando nos conocimos, hablaste mucho sobre Yoga, ¿qué opinas del Yoga, la Técnica Alexander, todas estas técnicas y ejercicios, en relación con los músicos?
Creo que es muy importante como músicos, pero también como humanos, para sentirte bien contigo y con tu cuerpo. Yoga, Técnica Alexander, aeróbicos, lo que sea, es muy importante hacer algo con tu cuerpo. No solo tocar el clarinete, o tocar lo que sea, es importante el balance.
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Iván Martínez y Tara Bouman |
Y sí, lo recomiendo muchísimo, para mí el Yoga es lo mejor, porque es trabajar un cierto nivel con tu cuerpo pero en otro nivel más alto al mismo tiempo. Con aeróbicos trabajas la parte de afuera de tu cuerpo, pero el Yoga es algo interno, además de trabajar los ejercicios de posturas. Yoga te da otro nivel, de salud mental. Puedes usarlo como técnica antes de un concierto, es muy relajante para situaciones de mucho estrés, como un concierto.
¿Tienes alguna rutina para antes de tus conciertos?
Silencio, es básico para mí. Entre calentar y salir a tocar, silencio, estando sola. Algunas veces cuando tocas en un cuarteto o quinteto o cualquier ensamble siempre todos están hablando y distraídos antes de salir a tocar, ya sabes, haciendo bromas. Necesito mucha concentración, incluso en improvisación, me puedo concentrar mejor estando en silencio, que hablando del clima, de política, de relaciones o lo que sea que hablan mis colegas antes de salir al escenario.
Para terminar, ¿algún comentario para quienes leerán esta entrevista?
Sigan sus sueños, es lo más importante. Sean creativos, hay muchas formas de llegar a esa meta. Todos podemos seguir diferentes caminos para llegar a ella, pero hay que hacer las cosas con las que nos sintamos cómodos, felices.
¿Hay gran diferencia entre el sueño de Tara hace 20 años y lo que haces ahora?
¡Buena pregunta! … Creo que los sueños cambian siempre, sin embargo mi principal sueño siempre fue tocar, hacer música, y todo el tiempo vas redefiniendo, eligiendo el camino, lo que quieres tocar, qué estilo de música, eso es lo que va cambiando. Comencé enfocándome a tocar solo música contemporánea y lo hice por mucho tiempo, luego aprendí mucho sobre improvisación, y ahora lo hago mucho, los sueños cambian todo el tiempo. Sería aburrido que alguien tuviera un sueño a los 20 y siguiera igual a los 65. Es eso.
Muchas gracias, Tara.
Gracias a ti.