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1 de junio de 2012

Entrevista al clarinetista Martin Fröst


Una joven figura en el mundo del clarinete que brilla por sus dotes musicales y programas muy originales es sin duda Martin Fröst, un músico sobresaliente que nos cuenta en exclusiva sobre su vida y proyectos.
En el presente texto podrá también apreciar dos videos de este clarinetista: el concierto Peackock Tales de Anders Hillborg, y el anuncio del concierto para clarinete del compositor Kalevi Aho.
Esta entrevista exclusiva es fruto de la colaboración de Clariperu con los miembros de Clariforo, quienes nos enviaron sus preguntas para Martin, como parte de un proyecto colaborativo en Internet. Le agradecemos a cada uno de los participantes por su interés y sus distintas preguntas. La entrevista se realizó vía telefónica con Marco Mazzini el 22 de agosto de 2006.

Un agradecimiento especial a Jennifer Spencer, manager de Martin Fröst, por proporcionarnos los videos para ser reproducidos aquí en Clariperu.

• Estimado Martin, empecemos por conocer tus inicios musicales. ¿Me puedes contar cómo así te involucraste con la música?
La música comenzó en mi vida con el violín, que lo empecé a estudiar a la edad de seis años, y a los nueve me inicié con el clarinete.

• ¿Y el estudio del clarinete empezó en alguna escuela de tu país, o quizás de manera autodidacta?
Lo aprendí en un centro musical. Yo vengo del norte de Suecia y ahí asistí a una escuela de música. Fue cuando tenía quince años que me mudé a la Academia de Música de Estocolmo. Era bastante joven cuando sucedió este cambio y fue una vida un poco difícil.

• Para complementar tu educación viajaste a Alemania y tuviste como maestro al clarinetista alemán Hans Deinzer. ¿Cómo fue esa nueva experiencia?
El encuentro con Hans Deinzer en Hannover fue de mucha importancia para mí. Fue un gran maestro, y me condujo de una manera muy profunda al repertorio principal del clarinete. Nunca había experimentado ese grado de compromiso con una obra, con cada obra.

• ¿Podrías decir que Deinzer fue una gran influencia en tu persona?
Él era un maestro de alto nivel. Tenía muy claro los conceptos sobre música y sonido, y en eso nos concentramos. Y como influencia, no dudo en decir que sí, él ha sido una invalorable influencia que me cambió la vida. Hasta el día de hoy mantenemos contacto.

• Durante este caminar en la música, ¿destacaste entre tus compañeros clarinetistas desde niño, o fue al final de tu carrera cuando realizaste ese salto sobresaliente?
Como te mencionaba, cuando llegué a la escuela de música de Estocolmo fui bastante joven y egresé bastante joven - ingresé a los quince y a los dieciocho ya estaba afuera – y toqué mucho repertorio en este periodo. Cuando llegué a las manos de Deinze me desarrollé mucho pero desde otro punto de vista, ya que dedicábamos mucho tiempo para una obra. En dos años solo estudié los conciertos de Mozart, Weber, las sonatas de Brahms... no alcancé a ver todo el repertorio obligatorio. Por ejemplo, no estudié las conocidas obras de concurso francesas, ya que él no deseaba hacerlas. Fue un desarrollo muy profundo que tuve con Hans entre los años 1990 y 1992. Todo esto fue un salto muy importante, ya que aprendía a entender la música, la volví a descubrir. No creo que haya sobresalido antes entre mis compañeros.

• En esos primeros años de aprendizaje con el clarinete, ¿sentiste en algún momento que el clarinete no fue tu mejor opción?
Creo que mucha gente duda en ciertos momentos sobre lo que hace. Mi momento de gran duda se dio cuando empecé a estudiar con Hans. Sentí que tenía muchos problemas y dudaba mucho. Temía tocar en conciertos y pensaba que a lo mejor debería hacer algo más. No estaba seguro de que todo esto era para mí pero, una vez más, Hans me convenció que debería apostar por la carrera de solista. Él me inspiró una gran seguridad, lo cual fue muy importante.

• Sabemos que tienes una agenda bastante ocupada y que tu experiencia en el escenario es muy amplia. Aun así, ¿sientes muchos nervios antes de enfrentar al público?
Bueno, siento varios tipos de nerviosismo. Por ejemplo, hace dos días me presenté aquí en Estocolmo con la Orquesta Sinfónica de la Radio Sueca, lo que fue una noche importante y bonita. El precedente es que no he tocado hace ya mucho tiempo en mi país y, en especial, en Estocolmo. Sentí este nerviosismo de “regresar a casa”, muy contento, pero nervioso. Por otro lado, cuando me presento fuera de mi país, me siento mucho más relajado, ya que este es mi trabajo, mi vida. Cada semana me presento en un lugar diferente y en esta situación siempre me siento tranquilo. Pero debo decirte que me siento igual de nervioso con cada pieza que interpreto. No me sucede que, ya que he tocado el Concierto para clarinete de Mozart varias veces, me siento sereno en cada interpretación de dicha obra. Siempre me siento entusiasmado y positivamente nervioso, ya que esto lo necesito como motivación para prepararme y ofrecer lo mejor de mí, siempre.

• Y cuando sientes este nerviosismo necesario que comentas, ¿cómo lo enfrentas?
Lo que hago es previo: me preparo mucho. Cuando has tocado una obra de concierto tantas veces, es normal que domines la pieza y, si deseas, la puedes revisar un día antes del concierto. Yo no procedo de esa manera. Yo me preparo mucho más que eso. Si voy a tocar el Concierto para clarinete de Mozart, lo practico mucho, incluso a sabiendas que la obra la puedo tocar sin mucha necesidad de práctica, pero me gusta siempre prepararme bien, ya que si quiero mantener el nivel que deseo, debo estar bien preparado. También imagino durante mi práctica que estoy ya al frente de la orquesta, del público, y de alguna manera puedo experimentar ese sentimiento de nervio escénico, y así practico el dominio de mis nervios en el escenario, reforzado con mi preparación.

• Ya que mencionas la práctica en el clarinete, ¿cuál es tu proceso al abordar una obra por primera vez?, ¿sigues algún tipo de rutina o sistema?
En el caso de la música contemporánea el proceso es complejo. Esta música es difícil y siempre me siento como un novato ante una partitura nueva. Muy a menudo no comprendo a una primera vista lo que encierra el papel. Creo que no tengo una manera fija de actuar, pero lo que sí hago es estructurarla en partes para estudiarla, "de esta página a esta página voy a estudiar hoy, luego este movimiento mañana", etc. Intento también tener una visión clara de la obra en conjunto y no solo desde el punto de vista musical sino también de organización: debo aprender a calcular el tiempo que una obra nueva me va a demandar, ya que la planificación de mi tiempo es muy importante. Realizo un poco más de cien conciertos al año y esta agenda incluye mucha música nueva, por ejemplo, en setiembre estreno un nuevo concierto para clarinete de Sven-David Sandström, la semana pasada estrené un trío y en Praga acabo de estrenar una obra. Las obras nuevas siempre me toman mucho tiempo de estudio y por eso debo planificarlas bien, ya que el tiempo es aún un asunto difícil para mí (¡nunca dejo de aprender cómo dosificar mi tiempo!).

• En este proceso de estudio, digamos para el Concierto para clarinete de Mozart, ¿cómo tomas las respectivas decisiones interpretativas?
La manera cómo interpreto, cómo veo la música y mi lenguaje es convincente. Al estudiar una obra siempre tengo una idea sobre ella, de lo que quiero hacer. Para esto vivo, esto es mi gran inspiración, no soy el tipo de persona que interpreta una obra hoy y la toca igual el día de mañana. Me gusta indagar más y más en cada obra, descubrir la música, las intenciones del compositor. Esto me inspira mucho y es la dirección que he tomado. Si se trata de un compositor actual, trato de trabajar directamente con él y de entenderlo, y con esto debo decirte que soy muy selectivo en lo que toco.

• Me imagino que debes recibir muchas obras nuevas.
Sí, y no quiero tocar obras que no entienda o que no me provocan mayores sentimientos. Si la obra no captura mi espíritu, estoy seguro que no la tocaré. Esto lo trato de evitar en lo posible.

• Tu carrera artística se hace muy distintiva por el uso que haces de coreografía, pantomima y luces. ¿Cómo integraste este recurso corporal? ¿Por una búsqueda propia o porque la obra así lo requería, como el concierto de Anders Hillborg?
En realidad esto también viene de Hans Deinzer, ya que él me mostró algunas obras que requerían movimiento, piezas que él mismo ha interpretado que así lo requerían, como Domains de P. Boulez, y Harlekin de K. Stockhausen que incluyen movimientos. Tenía amigos compositores que querían escribir con esta receta y así realicé dos piezas de esta naturaleza para clarinete solo. En una de ellas interpreto a una marioneta y salgo al escenario con cuerdas que están atadas a diferentes partes de mi cuerpo. Luego de esta experiencia, conocí al compositor Anders Hillborg y decidimos profundizar en esta nueva dirección. Así nació todo un concierto para clarinete con coreografía. Fue una maravillosa experiencia trabajar con artistas de otras áreas, como coreógrafos y diseñadores de luces. Aprendí mucho de todo esto y sentí que estaba creciendo como músico.





• Como instrumentista, tienes un repertorio bastante amplio que abarca prácticamente todo el historial del clarinete. Dime, ¿qué disfrutas más tocar, obras clásicas, románticas o contemporáneas?
En realidad me gusta mucho la variedad, un poco de todo. Es por eso que cada año trato de mantener tres espacios: en cada temporada estreno uno o dos conciertos nuevos que comisiono – no más – luego mantengo el repertorio tradicional del clarinete y también realizo un proyecto especial. Este año realizo mi proyecto Voices and Winds, que es una presentación de la música de Schumann y Messiaen junto con obras menos conocidas, todo esto con coreografía y juego de luces. Otro proyecto que presentaré otra vez es Beyond All Clarinet History (BACH), en donde interpreto arreglos especiales de la música de Bach con sabor a jazz, todo para clarinete solo. ¡Todo esto me inspira y me gusta por igual!

• ¿Tienes alguna predilección por el jazz, ahora que lo mencionas?
Bueno, me gusta mucho y lo estoy aprendiendo. Toco cosas como el Concierto para clarinete de Artie Shaw, pero por lo demás soy cuidadoso con lo que toco. ¡Sé que existen muchos músicos que pueden tocar jazz mucho mejor que yo!

• Esta pregunta es bastante clarinetística: ¿Cuál es tu opinión sobre los materiales que usamos, llámese boquillas, abrazaderas, cañas?
Soy consciente que las cosas están cambiando, pero cuando uno está involucrado en tantos conciertos, no queda mucho tiempo para preocuparse tanto por esto. Al final, todo cambia tan rápido. Yo llevo conmigo unas doce cañas que considero eficientes y cuando viajo de un país a otro algunas de ellas funcionan mejor que las otras, por eso tengo varias de ellas.

• Las cañas siempre son un tema importante para los clarinetistas. Dime, ¿trabajas en tus cañas?, ¿cuánto te puede durar una de ellas?
Sí, las retoco, especialmente cuando siento que empiezan a cambiar. Por ejemplo, cuando viajé de Canadá a Nueva Zelandia - hace dos semanas - todas mis cañas se endurecieron, quizás porque en Nueva Zelandia estaba en altura, no lo sé, pero todas se sentían muy duras. Cuando esto sucede, lo que hago es sacar mi pequeño cuchillo y las trabajo un poco. Pero en general no las retoco mucho, las dejo libres para que respondan mejor y para esto las debo elegir muy bien. Eso sí, evito tocar con una sola caña todo el tiempo. ¿Y cuánto me duran? Te diría que dos semanas como promedio.

• Y tus clarinetes son Buffet Crampon.
Mi clarinete en la es Chadash, hecho a mano; mi clarinete en sib es Buffet, modelo Tosca, y mi clarinete de basseto es un viejo buffet que compré en el año 1992.

• Escuchando tus grabaciones es fácil darse cuenta del gran control técnico que tienes con el clarinete. Para Martin Fröst, ¿qué es técnica y cómo la desarrollaste?
La manera como he desarrollado mi manera de tocar viene de mi actitud de no comparar nada con nadie. Últimamente no escucho mucha música con clarinete, pero sí otra música que disfruto bastante. No comparo instrumentistas. Sobre la técnica, creo que debes desarrollar los aspectos en los que sabes que eres bueno, esas áreas en las que puedes decir “con esto me puedo expresar muy bien”, incluso sin considerar lo que la gente diga: si sabes que tienes algo especial, desarróllalo. Esto es tan importante como el desarrollo de las áreas en la que no eres tan bueno, como tu staccato, tu sonido, lo que sea. Esto es importante. Pero insisto que es de mucha importancia desarrollar tus áreas buenas. “Esta es mi onda, este soy yo”. Por ejemplo, a mí me gusta mucha música diferente porque siento una buena conexión con ella, y esta es mi misión. Claro que también conozco mis limitaciones. Todo esto es vital, sobre todo hoy en día, ya que, si estás bien desarrollado y preparado vas a inspirar a compositores, lo cual es muy positivo. No quiero tocar música compleja horrible que no tiene significado alguno para mí. Yo quiero provocar algo nuevo, importante, hermoso y con un fuerte mensaje. Esto, una vez más, me motiva como músico. Yo tengo la fortuna de mantener una saludable relación con varios compositores.

• El último concierto que estrenaste fue el escrito por el compositor finlandés Kalevi Aho, con quien trabajaste directamente. ¿Cuáles son tus sentimientos con esta obra?
Me gusta mucho y la acabamos de grabar. Saldrá pronto al mercado junto con el Concierto para clarinete de Carl Nielsen. En este proceso de grabar la obra, la he disfrutado aún más. Me encanta la belleza que esta obra ofrece.

• La crítica fue bastante opuesta con relación a este nuevo concierto.
Creo que muchos críticos y músicos consideran a Aho como un compositor convencional. Él viene de una generación ya “vieja" y tiene, sin duda, mucha conexión con el pasado, pero también se dirige al futuro. Personalmente, esa influencia que tiene del pasado me agrada, por eso lo escogí para que creara un nuevo concierto para mí. A veces cuando recibo obras de compositores jóvenes, estas carecen de esencia, de carácter. En este caso, creo que obtuve una buena obra, y siempre me gustó su música. Me siento contento de tener este nuevo concierto.



• En una reciente entrevista con la BBC comentabas que la obra te demandó mucha exploración en el clarinete, especialmente en los trémolos que Aho te pide.
Bueno, sí, y esto es parte de la obra, el reto interpretativo. El movimiento final requiere muchos multifónicos y no recuerdo qué tan bien salió durante el estreno, pero en la grabación que acabo de realizar uno puede escuchar qué especiales son, es como el canto de una ballena.

• La versión en vivo es bastante impresionante.
Y aún sigo creciendo en esta obra, ya que al comienzo - era en su mayoría - intocable para mí, muy difícil. Pero creo que en el estreno se escuchó casi todo como debería ser. En la grabación de estudio es diferente, ya que si en algún pasaje no estoy conforme con la música, lo puedo volver a hacer.

• Quizás ahora sea un buen momento para hablar de tus grabaciones. Dime, ¿te sientes satisfecho con ellas?
Bueno (se ríe...), nunca estoy satisfecho con mis propias grabaciones, por varias razones. Con algunas de ellas me siento contento, pero a menudo no lo estoy. Lo que me pasa es que las escucho la primera vez, y luego las olvido por un tiempo, hasta que las vuelvo a escuchar y me doy cuenta que no son en realidad lo que quería. Y como te decía, esto tiene que ver con otras razones.

• Deduzco que una de esas razones debe ser el tiempo, o mejor dicho la falta del mismo.
Sí, el tiempo es una de ellas. En una sesión de grabación tienes muy poco tiempo. Acabo de grabar los dos Conciertos para clarinete de C.M.von Weber junto con el Concertino y el Quinteto en versión con orquesta de cámara, grabaciones que serán lanzadas ahora en octubre, y esto es casi setenta minutos de repertorio. Para la grabación simplemente pasas una vez sobre ellas y listo. El resultado me parece bueno igual, y si hay algo positivo que me gusta de mis grabaciones es que trato de tocar y dejar plasmada la música como lo haría en vivo. No voy a lo seguro, sino que me arriesgo en mi interpretación, en otras palabras, no toco para la empresa discográfica sino para mi audiencia. Esto siempre lo tengo presente.

• Es una lástima que a veces no cuentes con el tiempo suficiente para recrear en una grabación algo que realmente quieres.
Tienes razón, pero eso escapa de mis manos. Las compañías discográficas te exigen un determinado repertorio en un determinado tiempo. Pero lo que ayuda es que organizan conciertos con el repertorio a grabarse con anticipación a la producción, de esta manera, la obra se prepara bien. Luego se ensaya un poco en el estudio y después, a grabar.

• Me acabas de mencionar que grabaste los conciertos de Weber en poco tiempo, por lo que puedo pensar que existe muy poco trabajo de edición en tus grabaciones. ¿Es así, o por el contrario, trabajas mucho en post-grabación en tus discos?
En el repertorio regular de clarinete siempre grabo en tomas grandes, siempre. Con la música contemporánea es diferente, ya que puedo hacer más cortes porque la música así lo permite. Depende de la música que vas a grabar. Por ejemplo, en la grabación del Concierto para clarinete de Mozart existen muy pocos cortes o trabajo de edición. Mi preferencia es hacer tomas sin cortes, ya que yo puedo escuchar un corte en una grabación fácilmente, y quiero evitar esto.

• ¿Y cuál es tu opinión sobre este método común que se usa hoy en día, el de hacer varios cortes durante una grabación?
El problema surge para mí cuando cortas una frase. En la grabación de los conciertos de Weber escuché las primeras horas de trabajo y no me sentí contento con ellas, y era porque la manera cómo tocaba no sonaba natural. Descubrí que se debía a la unión de dos tomas y, aunque uno no podía escuchar el corte en sí, era notoria esta manipulación en la obra. La música, mi interpretación, no era natural y comprensible en relación con lo que realmente toqué. Tuve que mencionar esto ya que para mí, ese corte en particular destruía la obra en ese pasaje en especial.

• Tu discografía es bastante amplia e interesante. ¿Me podrías decir si tienes alguna grabación propia favorita?
(Titubea por un tiempo) No, ninguna en particular. Soy muy crítico conmigo mismo. Verás, a veces estoy satisfecho con mi interpretación, pero no con la orquesta, y otras veces es al revés. Eso sí, estoy muy contento con algunas obras grabadas, como la mayoría de obras que grabé en el disco de Schumann. Las Romanzas me agradan mucho. Pero en las obras donde uno debe ser muy exigente en la música, bueno, ¡soy muy crítico! También me influye mucho el sonido que el estudio al final produce, y esto a veces me impide en sí disfrutar mi grabación, porque ha pasado que el sonido en sí ya no me gusta.

• Una curiosidad, ¿puedes comentarme por qué decidiste grabar el Quinteto para clarinete Kv581 de Mozart con el clarinete en la y no con tu clarinete di bassetto?
Bueno, esto viene de mi propia idea, y es la siguiente: el clarinetista que trabajó con Mozart, Anton Stadler, estuvo de alguna manera involucrado con la experimentación en el clarinete, en cuanto a su construcción se refiere. El Quinteto para clarinete fue escrito antes que el Concierto, y como sabemos, Mozart empezó a escribir su concierto en la tonalidad de sol mayor, pero luego cambió su composición a la mayor, como ahora la conocemos. ¿Por qué? Lo que yo pienso es que Stadler le mostró a Mozart su nuevo instrumento, su clarinete di basseto, cuando él se encontraba concibiendo y escribiendo el concierto, y por esta razón Mozart cambió la tonalidad de su obra para adaptarla al nuevo instrumento que estaba afinado en la. Creo, entonces, que el clarinete di basseto no existía aún cuando Mozart escribió el Quinteto, o por lo menos Stadler no lo tenía todavía. Por eso decidí grabar esta obra con mi clarinete en la.

• Lo que me comentas tiene mucho sentido
Creo que sí, y si miras bien la partitura del Concierto para clarinete de Mozart, es muy obvio que fue escrito para un clarinete di basseto, pero no sucede así con el Quinteto. Existen pequeñas partes que puedes tocar con este instrumento, pero no se compara con el Concierto, en donde se encuentran varios pasajes donde se puede desplazar y lucir este instrumento. Claro, todo esto que te cuento es muy personal, conozco a muchos instrumentistas que han grabado el Quinteto con un clarinete di basseto, pero para mí el uso de un clarinete en la es más apropiado.

• Durante tu exitosa carrera, ¿qué consejo ha sido el que más te ha servido en tu vida como solista?
He tenido varios, y creo que los mejores han venido de Hans. Por ejemplo, él me presentó el clarinete di basseto, y también me aconsejó participar en un concurso internacional. Fue así que, animado por él, tomé parte del Concurso Internacional de Ginebra, el cual gané. Musicalmente, siempre me decía que debo ser muy leal a la música, y estudiar cuidadosamente las partituras. En Suecia también vi mucha música, repertorio francés, romántico, todo; pero la manera cómo abordamos la música en mi país es más sencilla.

• Me puedes compartir algo, ¿existe algún clarinetista actual que admires?
Existen muchos buenos clarinetistas que son excelentes de manera distinta. Pero debo mencionar primero a mi colega de Finlandia Kari Kriikku, ya que ha hecho muchas cosas interesantes para el clarinete moderno como, por ejemplo, motivar el nacimiento de conciertos para clarinete por Hakola y Lindberg. Él ha desarrollado la música finlandesa y ha sido siempre ambicioso en comisionar obras de sus compatriotas, y Finlandia tiene excelentes compositores. Su labor ha sido y es muy importante. Por contraste, admiro a Benny Goodman, no solo por sus dotes musicales sino también por su labor en el encargo de obras tan importantes, como los conciertos de Hindemith y Copland, la música de cámara de Bartok, etc. Incluso si escuchas la grabación que Bartok y Goodman realizaron, no está nada mal: una grabación histórica donde no hay cortes, ninguno. Y no te puedo dejar de mencionar lo importante que ha sido Hans Deinzer, a quien considero como el mejor músico.

• Comentabas un poco sobre la vida musical en Finlandia, pero ¿qué me puedes decir sobre Suecia? ¿Cómo ves la vida musical en tu país? ¿Crees que eres producto de tu medio ambiente, o quizás una excepción?
Diría que musicalmente Suecia ha sido bastante buena debido a las escuelas, en donde la música está bien considerada. Antes, todos empezábamos a estudiar música en el colegio, ya que era parte de tu agenda el estudiarla. El sistema funcionó muy bien, pero hoy en día esto se está reduciendo mucho por razones económicas. Yo fui parte de este programa. No me considero una excepción, ya que cuando viajé a Estocolmo para seguir estudiando, entré en una buena clase en donde tenía colegas muy buenos musicalmente. El nivel era alto.

• Martin Fröst tiene una agenda muy ocupada y una vida dedicada a la música. Cuéntame, ¿cómo afecta todo esto tu vida privada y familiar?
Bueno, te cuento que me acabo de comprometer y mi primer bebé está en camino. Lo que voy a hacer es actuar de manera más selectiva, y debo programarme a largo plazo. El siguiente verano voy a estar desocupado - quiero estar desocupado - y por eso voy a tocar menos. Para no extrañar a mi novia, he viajado mucho con ella en mis giras.

• Cada músico ofrece varios conciertos y muchos de ellos los recordamos con mucho cariño, por distintas razones. ¿Recuerdas algún concierto en especial?
Muchos, pero debo mencionarte los primeros conciertos que realicé, en donde integré luces y coreografía y que fueron un gran éxito. Este año, tocar el Concierto para clarinete de Mozart en el Concertgebouw de Amsterdam fue maravilloso. Tiene mucho que ver con el sentimiento de la presentación. No sé si he tocado el mejor concierto, pero sí me sentí muy feliz esa noche, esa es la memoria que guardo, ese sentimiento de alegría. A veces, la gente me menciona que toqué excelente, pero en realidad yo considero una mejor presentación el concierto que tuve semanas atrás, ya que me sentí muy bien, tranquilo, tuve una excelente colaboración con la orquesta y me trataron bien. Esto es lo que yo llamo una “buena noche”, incluso si no tocas perfecto.

• Con tantos viajes al exterior, debes haber vivido aventuras interesantes. ¿Alguna anécdota que me puedas contar, algo que sucedió en una de tus presentaciones?
Déjame recordar... sí, me sucedió algo un poco peligroso. Me iba a presentar con una orquesta, como primer clarinetista. Íbamos a interpretar la Sinfonía n°2 de Penderecki y yo estaba jugando con unos amigos detrás de escena y me sentía muy, muy tranquilo. Este concierto se realizó en una inmensa catedral en ruinas, muy antigua. Las escaleras metálicas que tenían para llegar al escenario no eran muy buenas que digamos. Cuando subía por esas escaleras, uno de mis zapatos quedó atrapado entre ellas y esto camino a tomar mi puesto en la orquesta. Caí sobre mis dos clarinetes y mis manos estaban sangrando y una parte de mi pantalón se rompió hasta la rodilla. Mis rodillas también estaban sangrando. El público se alarmó al instante. Cuando me levanté, no sabía si mis clarinetes aún iban a funcionar y justo esa obra empezaba con una cadencia para clarinete. Para mi suerte, los dos clarinetes estaban en buen estado. Al final, toqué en dicha velada y tuve que estar muy concentrado para no pensar en el accidente que había sufrido. Luego de esa noche, siempre subo esa escalera con sumo cuidado, ¡y todas las escaleras!

• Como exitoso solista que eres hoy en día, ¿cuál consideras que debe ser la visión y la formación de los estudiantes de música actualmente, en un mundo donde cada día las opciones de ser músico de orquesta son menos probables?
Primero, hay que ser conscientes que para dominar el clarinete toma mucho, mucho trabajo. Debes invertir en lo que llamo “trabajo normal” que es la práctica diaria, trabajar en tu técnica, sonido. Creo que un estudiante debe involucrarse en el lenguaje musical lo más pronto posible, porque al final, uno empieza a tocar porque le gusta la música, porque siente pasión por ella y no por el tecnicismo del instrumento. Si un estudiante quiere o tiene la meta de formar parte de una orquesta, algo diferente de lo que yo hago, entonces debe concentrarse en lo que este trabajo le va a demandar.

• Si pudieras dar un consejo a los estudiantes que van a leer esta entrevista, ¿cuál sería?
Déjame pensar...debes ser muy consciente de lo que practicas y entregarte a ello, cada vez más y más profundo, hasta llegar a la esencia de tu pasión por la música, por lo que tú sientes por ella. La música debe ser tu prioridad. Luego la concentración - que es la manera cómo vas a expresarte –, un buen sonido, una buena afinación, etc. Y ser creativos.

• Antes de despedirme, te tengo que preguntar algo, ¿sabes que estás considerado un sex symbol del clarinete, por muchas clarinetistas?
¿Quién, yo? (se ríe por largo tiempo), ¡Nooo, no lo sabía! Qué puedo decir... no está mal, ¿no crees?

• ¿Tiene Martin Fröst algún sueño?
Creo que muchos de ellos los estoy viviendo. Un sueño que aún persigo es encontrar un balance entre lo que hago y mi vida personal, como ya lo conversamos. También espero nunca perder esa inspiración que tengo por la música, ese hermoso sentimiento de perderme en ella, de buscar, de innovar. Quiero mantenerme curioso. A veces, cuando tocas algo una, otra y otra vez, puedes caer en la monotonía, en la rutina. Esto me asusta. Yo sueño con encontrar en cada concierto esos momentos mágicos que me dan más ganas de vivir.

14 de mayo de 2012

Entrevista al clarinetista Mariano Frogioni. CLARIPERU



Mariano Frogioni es una autoridad musical en Argentina. Muchos grandes intérpretes de Latino América han sido alumnos de este ilustre instrumentista. Como miembro del Quinteto de Vientos del Mozarteum realizó una serie de giras por Europa y Sudamérica. A través de la presente entrevista podrás conocer mejor a este destacado músico.

Esta interesante entrevista fue realizada por Luis Rossi, y ha sido enviada por el autor como contribución a Clariperu.


* Profesor Frogioni, cuéntenos un poco acerca de usted.
Nací en Recanati, un pueblo en la región de Marches en la costa Adriática, que fue también el lugar de nacimiento del tenor Beniamino Gigli. Cuando yo tenía cinco años mi familia emigró a Argentina, y así comencé mi estudios escolares en Buenos Aires. Estando en gira con el Quinteto de Viento Mozarteum, pude visitar a mis parientes italianos en mi pueblo de origen. Fue una experiencia inolvidable; reconocí mi primer hogar e incluso la puerta de la casa de mi abuela.

* ¿Se considera italiano?
¡A pesar de mi cariño por Italia, yo me siento totalmente Argentino!

* ¿Cómo llegó a ser clarinetista?
Comencé a tocar el clarinete cuando tenía once años. Mi padre, como muchos italianos, era un adicto a la ópera. Junto a él disfruté de innumerables transmisiones radiales de ópera, y así comencé a expresar mi deseo de aprender música. Mi padre no necesitó de mucha insistencia y una noche se apareció con un clarinete de trece llaves que venía en un estuche del terciopelo. Aunque la elección del instrumento fue suya, nunca se me hubiese ocurrido cuestionarla, quizás esto sea algo típico de mi generación. ¡Sencillamente, el clarinete era perfecto para mí! 

Claro que no tenía ni la menor idea de lo que sería mi vida como músico; pensándolo bien, creo que Dios inspiró a mi padre. Por otro lado, nunca olvidaré a mi primer maestro (curiosamente fui su primer y único estudiante). Su nombre era Francisco Azaritti y fue un muy buen maestro. Analizándolo en retrospectiva y con mayor conocimiento, era también un gran intérprete. Tocaba en una banda sinfónica, con una excelente técnica y el sonido al estilo italiano. Posteriormente, cuando ya trabajaba profesionalmente, estudié con el renombrado Roque Spatola, solista de clarinete de la Orquesta del Teatro de Colón de Buenos Aires. Eso fue muy enriquecedor porque, aparte de los usuales Caprichos de Cavallini, Marasco y Magnani, tuve la oportunidad de aprender los Estudios de JeanJean, obra que en ese tiempo era prácticamente desconocida en Argentina. Pero el legado más importante de Spatola fueron sus lecciones sobre la interpretación del repertorio orquestal, tanto en ópera como en música sinfónica. ¡Durante mi carrera con la Sinfónica Nacional, puse a menudo en práctica sus consejos!

* Cuando usted comenzaba su carrera, Roque Spatola era reconocido como el mejor clarinetista en Argentina.
Sí, es cierto. De hecho, Pamela Weston incluyó a Spatola en su último libro sobre virtuosos clarinetistas del pasado. Otro clarinetistas sobresalientes fueron Filotette Martorella, Luis Carbone y Victorino Sierra, todos virtuosos, gracias a nuestros maestros italianos. 

Recuerdo que éramos muy diestros tocando a primera vista y principalmente en transponer las partes escritas para clarinete en La. En esa época se usaba el clarinete en si bemol modelo full Boehm, cuyo teclado más complejo permitía llegar hasta el mi bemol grave. ¡Y la moda era tocar todo traspuesto, sin usar el clarinete en la! Recuerdo una vez cuando practicaba detrás del escenario: el programa incluía la Quinta Sinfonía de Tchaikovsky y el director era Eduard Van Beinum, del Concertgebouw. Se acercó a charlar conmigo y le mencioné que tocábamos todo con el clarinete en sib. Preguntó: ¿Significa que ustedes están transponiendo? Realmente estaba asombrado (¡e impresionado!).

Aún hoy en día no comprendo, ni siquiera cuando lo veo en perspectiva: ¿Cómo pudimos hacer algo así?. Sin embargo, nos parecía natural en esos días. Creo que con los años, al madurar, fuimos gradualmente concentrándonos en el refinamiento musical, el sonido y la expresión, dejando a un lado la preocupación por el virtuosismo.

* ¿Cómo llegó a ser tan conocido en Chile?
Al comienzo de los sesenta, como muchos otros colegas recibían contratos tentadores de otros países, yo dediqué un año enseñando y tocando música de cámara en el Conservatorio de la Universidad de Chile. Mi presentación en Santiago se realizó con el Concierto de Mozart, dirigido por el director alemán Teodor Fuchs y acompañado por la Sinfónica Nacional de Chile. Después de esa presentación fuí invitado a hacer la primera audición del Concierto de Copland. Fue un tremendo éxito y recibí críticas excelentes. Sin embargo, a pesar de todo decidí regresar a Buenos Aires y a mi posición orquestal en la Sinfónica Nacional. Conservo cariñosos recuerdos de Chile y de mis amigos chilenos.

* ¿Cuándo se integró a la Sinfónica Nacional de Buenos Aires?
Clarinetista Mariano Frogioni entrevista con Luis Rossi para clariperu
En 1949, el año de su fundación. Al principio, fui segundo clarinete de un joven italiano que llegó a ser mundialmente famoso como fabricante de boquillas de cristal. Por supuesto, me refiero a Cosme Pomarico, quien regresó a Italia en 1958 para establecer su negocio. Con excepción de aquel año en Chile, trabajé en la Sinfónica hasta hasta mi jubilación en 1992. Tengo recuerdos maravillosos, acumulados durante cuarenta y dos años de trabajo junto a grandes directores como Kubelik, Kleiber, Celibidache, Markévitch, Doráti, Casals, Klecki, Kempe, Van Oterloo, Ansermet y Martinon. Varios renombrados compositores llegaron también a dirigir, entre ellos Stravinsky, Kachaturian, Villa-Lobos y Copland.

* ¿Recuerda especialmente a algún solista internacional?
Claro que sí, tocamos con Janigro, Casals, María Tipo, Francescatti, Brendel, Szerying, Backhaus, Rubinstein, Argerich, Gulda, Brailovsky y también Arrau. Recuerdo la presentación de Arrau tocando el Primer Concierto para Piano de Beethoven (con el hermoso diálogo entre piano y clarinete en el movimiento lento). La audiencia respondió con una ovación tremenda, por lo que Arrau fue obligado a volver una y otra vez al escenario. ¡Ante mi asombro, Arrau se acercó, y tomándome de la mano me llevó adelante para compartir el aplauso! Además tuve varias presentaciones como solista y especialmente recuerdo aquellas donde interpreté los conciertos de Nielsen y Hindemith.

* ¿Nos podría hablar sobre las instituciones musicales de Argentina?
El Mozarteum Argentino y la Sociedad Wagneriana organizan las temporadas de conciertos con solistas internacionales y orquestas sinfónicas o de cámara provenientes de Europa y los Estados Unidos. El Teatro Colón ofrece también conciertos y temporadas de ballet con la Filarmónica de Buenos Aires, pero su función específica es la temporada internacional de ópera, que se lleva a cabo con una segunda orquesta completa llamada Orquesta Estable del Teatro Colón. 

El Colón patrocina también a la Orquesta Académica, un programa de orquesta juvenil en desarrollo. Luego tenemos la Sinfónica Nacional -donde yo toqué- patrocinada por el Ministerio de Educación. No lejos de Buenos Aires, las ciudades de Avellaneda y La Plata tienen sus propios teatros donde ofrecen ópera y temporadas de conciertos. Muchas otras ciudades en Argentina, como Córdoba, Mendoza, San Juan, Rosario, Santa Fe, Bahía Blanca, Entre Ríos, Neuquén y Salta -en la frontera boliviana- cuentan con orquestas sinfónicas.

* ¿Cuántos años integró el Quinteto de Vientos del Mozarteum?
Fue fundado en 1963, originalmente como Quinteto de Vientos de la Sinfónica Nacional, y a poco andar se adoptó el nombre de Quinteto de Vientos del Mozarteum, llegando a ser mucho más prominente, con una agenda de conciertos, clases magistrales y viajes internacionales. Así llegamos a Bolivia, Colombia, Perú, México y Venezuela. Realizamos también conciertos en Europa y Estados Unidos (nuestro debut fue en Miami.) Recuerdo especialmente los conciertos en el Carnegie Hall y en la sala de la Orquesta de Chicago. El Quinteto, que recibió el Premio Konex en 1989, dejó también varias grabaciones.

* ¿Ha participado en Festivales Internacionales de Clarinete?
Sí, en 1988 fui invitado a participar en el Richmond ClarinetFest, con un programa dedicado a obras para clarinete y orquesta de compositores argentinos. Desgraciadamente durante el ensayo, ¡una tempestad inundó el vestíbulo y el concierto se canceló! El año siguiente volví al Festival Internacional de Clarinete en Minneapolis, donde interpreté las obras argentinas con la Orquesta Metropolitana de Minnesota.

* Y acerca de su actividad docente. 
Amo la enseñanza y ella ha sido un intenso elemento a través de mi carrera. Comencé en la Universidad de Chile en Santiago, continuando luego en el Conservatorio Nacional de Buenos Aires y el Conservatorio de la Universidad de La Plata. Varios de mis estudiantes tocan en orquestas argentinas y del exterior.

* Entiendo que usted estrenó en Buenos Aires el Choro para el clarinete y orquesta de Camargo Guarnieri.
Sí, fue en 1961, con la Sinfónica Nacional conducida por Guillermo Espinoza, quien era en aquel tiempo del director de música de OEA. Esta excelente obra se ha interpretado también en Brasil y en los Estados Unidos, pero es muy poco tocada en la actualidad.

* ¿Y las obras de los compositores argentinos?
Yo estrené tres obras: Ofrenda sobre un Tema de Gabriel Fauré de Jorge Fontenla; Fases de Gerardo Gandini y el Divertimento para clarinete y orquesta de cámara de Osias Wilensky. Cuando participé en el ClarinetFest de Minneapolis, toqué el Divertimento de Wilensky y la Contemplación y Danza de Astor Piazzolla, una obra temprana que fue compuesta mientras estudiaba con Ginastera, es decir antes de establecer su famoso estilo de Tango. Estas obras son mencionadas por el clarinetista argentino Carlos Capra en su tesis doctoral La Música para Clarinete de Compositores Argentinos (Universidad de Texas, Austin 1999) y también por la clarinetista Diane Fukunaga en la tesis doctoral Música para Clarinete Solo de Compositores Contemporáneos Latinoamericanos (Universidad de Kansas, 1988).

* ¿Algún otro recuerdo de su experiencia como solista?
Puedo pensar en tres: primero, mi primera versión del Concierto para clarinete de Mozart en 1958 con la Orquesta de Radio Nacional LRA, conducida por Jean Fournet. Luego, una presentación con el primer Concierto para clarinete de Weber en 1962, con la misma orquesta y un joven director por entonces desconocido: Zubin Mehta. Finalmente, el mismo Weber con la Orquesta de los Amigos de la Música, conducida por Ferdinand Leitner. Posteriormente, el haber recibido el Premio Konex de 1999 al mejor intérprete de instrumentos de viento-madera en Argentina, fue un inesperado, emocionante reconocimiento.

* ¿Cuáles son sus obras favoritas en música de cámara?
Tengo varias, pero hay una que tocaría cada día: el Quinteto para clarinete op. 115 de Brahms. Además de su enorme contenido musical, está tan bien escrito para clarinete que todo suena bien; es un placer tocarlo. Además están los Contrastes de Bartók, obra que hice con el violinista Alberto Lysy y también con León Spierer, un argentino que desempeñó toda su carrera como Concertino de la Filarmónica de Berlín.

* Cuéntenos algo de sus viajes.
En 1975 mi esposa y yo nos embarcamos en un viaje a Europa. Ya que mezclaba el negocio con el placer -descansando pero también planificando comprar un clarinete nuevo en París- viajé con poco equipaje y sin mis instrumentos, ¡llevando sólo la boquilla! Nuestra primera parada fue Florencia, para visitar a Pomarico. 

En esos días, Pomarico era el Solista de Clarinete de la Orquesta de Cámara de Florencia, pero su negocio de boquillas lo mantenía terriblemente ocupado. Estaba tan retrasado con los pedidos que me rogó que lo sustituya en un concierto que harían en Certaldo, un pequeño pueblo en las afueras de Florencia. Traté de rehusar la invitación, pero eventualmente me convenció: estaba familiarizado con el programa y me prestó sus instrumentos. De tal forma que, de pronto, me encontré sentado en el autobús de la orquesta, camino a Certaldo para tocar ese concierto; sin ensayo alguno y sintiendo una suerte de escepticismo por parte de los demás músicos. Para alivio de todos, toqué muy bien y recibí muchas felicitaciones.

* ¿Cómo definiría a la escuela argentina de clarinete?
¡Esa es una pregunta complicada! Pienso que, tanto en Argentina como en cualquier otro lugar, cada músico tiene sus propias y únicas cualidades. Pero tu pregunta va un poco más allá. En Buenos Aires, hay un grupo de jóvenes intérpretes - personalidades individuales aparte- que son de un nivel uniformemente alto. Además de haber asimilado la experiencia de mi generación, ellos tienen todos los recursos técnicos disponibles hoy en dia: instrumentos mejorados y un abanico surtido de boquillas y grabaciones de los mejores clarinetistas. 

Comparándolos con aquellos que vienen del exterior, me siento muy feliz al comprobar que los nuestros han alcanzado un nivel internacional. Sin embargo, sus ambiciones son totalmente diferentes de las de mi generación: ellos conocen todo el repertorio, menosprecian las Bandas Sinfónicas (aunque muchos trabajan en ellas) y aspiran integrar orquestas sinfónicas y desarrollar carreras solísticas. Entre los más sobresalientes puedo nombrar a Mariano Rey, Guillermo Sánchez, Carlos Céspedes y Matías Tchicourel.

* ¿Qué ocupaciones tiene desde su jubilación?
Guío la sección de clarinetes de la Orquesta Académica, la orquesta juvenil del Teatro Colón. También enseño clarinete y música de cámara en la Universidad de Lanús, y doy frecuentes clases magistrales en conservatorios de diferentes ciudades de Argentina.

26 de febrero de 2012

Entrevista al maestro Valdemar Rodríguez - CLARIPERU

Entrevista al clarinetista Valdemar Rodríguez de la Academia Latinoamericana del Clarinete. Clariperu


Maestro Fundador de la Academia Latinoamericana del Clarinete, caracterizado por su entrega total a la docencia en Venezuela, el clarinetista Venezolano Valdemar Rodríguez conversó en exclusiva con Valentina Palma para Clariperu.

De carácter emprendedor, miembro fundador del movimiento de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela - a quien los venezolanos le deben su lucha incansable por el desarrollo de la escuela del clarinete en su país - nos comparte sus inicios en la música, además de su opinión sobre la escuela de clarinete en Latinoamérica.

Esta conversación se llevo a cabo entre junio y julio de 2007, y fueron gratas horas de opinión que no podemos dejar de agradecer al maestro Valdemar Rodríguez, por compartir con nosotros sus más sensibles experiencias en el mundo del clarinete.


• Maestro ,cuéntenos un poco acerca de usted. ¿Cómo llegó a ser clarinetista?
Bueno eso es un cuento bastante, digamos que lejano, no partió de mí. Yo tenía cuatro o cinco años cuando quise estudiar música, no existían las orquestas juveniles. Mi padre y mi tío eran músicos de la banda del estado, la banda de San Felipe, ambos eran saxofonistas. Yo acompañaba a mi papá a los ensayos de la banda y grupos de música popular y siempre le decía que quería tocar trompeta; recuerdo la casa de un señor a donde iban a ensayar, en donde había una trompeta vieja, y yo me encerraba en ese cuarto a intentar sonar la trompeta mientras ellos ensayaban.

Pero antes de eso, mi papá comenzó a enseñarles a mis hermanas mayores a leer música, y yo le decía a mi padre que yo también quería aprender, pero él me contestaba que cuando supiera leer me enseñaría las notas. Entonces, me empeñé en aprender a leer a los cuatro años para convencer a mi papá de que me enseñara las notas en el pentagrama, recuerdo que pasaron como seis meses y un día, mi papá me dijo que buscara en el bolsillo de su camisa una cosa que tenía para mí. Grande fue mi sorpresa al encontrar un papelito muy pequeño con un pentagrama dibujado, allí estaban las notas con los nombres, así fue como comencé a estudiar música.

Valdemar Rodriguez habla sobre el clarinete y el sistema musical en Venezuela
Un día en la tarde, mi papá llegó con un clarinete piccolo y me dijo: aquí está el instrumento que vas a tocar. Por supuesto, yo me puse a llorar porque yo quería una trompeta, pero replicó éste es el que tu vas a tocar y punto. Y comencé a tocar las notas y a los cinco años ya estaba tocando el clarinete. Mi mamá, que era maestra de una escuela, siempre me ponía en el colegio para que los amiguitos me escucharan tocar el clarinete, ya que en la escuela nadie estudiaba música. De hecho, yo nunca había visto un violín, ni contrabajos, ni nada de eso, solo los instrumentos de viento de la banda; por otro lado, recuerdo que los amigos de mi papá me hacían mini exámenes en la banda, me preguntaban: ¿Qué nota es esa?, ¿cuánto dura este silencio? De esta manera jugaban conmigo.

• Sumergiéndonos un poco en su desarrollo como estudiante de clarinete, ¿Qué nos puede contar sobre sus maestros?
Mi primer maestro fue mi papá, el que me enseñó el instrumento, la embocadura, las notas, pero nunca me habló específicamente de la técnica, yo lo hacía intuitivamente. Él nunca me habló de la respiración, solo me hablaba del sonido, decía que había que tener un sonido con calidad y me inculcó la afinación y la belleza del sonido, pero con conocimientos muy básicos.

Dentro de sus posibilidades y conocimientos de saxofonista, me enseñó el clarinete, con dos métodos que contenían al final los conciertos para clarinete de Weber y de Mozart. Era un método italiano que también tenía dúos. Pero nunca había escuchado esos conciertos hasta que me vine a Caracas. No tenía grabaciones ni nada, solo la música del método, no sabía nada de sonatas ni conciertos.

Yo seguí estudiando con mi papá, pero era como solfeo con el clarinete. Recuerdo que todos los días salíamos a pasear en el carro y hablábamos, nos contábamos las anécdotas del día, siempre parábamos en una plaza, pero mientras mis hermanos iban a jugar, mi papá me incentivó. A veces pasaba tres días tocando y luego una semana sin tocar. Cuando tenía como trece años, se abrió la primera escuela de música del estado y yo ingresé como uno de los primeros alumnos y también entré en la banda sinfónica donde estaba mi papá.

Luego cumplí quince años comenzó el movimiento de orquestas juveniles que fundó el maestro José Antonio Abreu. Recuerdo que el director de la banda me presentó al M. Abreu y él me dijo que me fuera a Caracas, que me fuera a estudiar con José Gay (primer clarinete de la orquesta Sinfónica Venezuela). Entonces le dije a mi mamá que yo quería irme y ella habló con mi papá, pero él dijo que primero tendría que graduarme de bachiller. 

Paralelo a esto, yo asistí al primer seminario de orquestas infantiles que se hizo en Venezuela en el año 1979 (entre risas nos afirmó): Yo nunca había visto tanto clarinete junto en una orquesta, allí fue la primera vez que tocaba en una orquesta sinfónica y yo quedé de primer clarinete.

Después me fui a Valencia, continué estudiando en la universidad y tocando en la orquesta juvenil del estado Carabobo. En esa época, recibí un par de clases con el que era director de la Banda Sinfónica 24 de Junio pero, nuevamente, sentí que era como seguir estudiando solfeo con el clarinete.

¿Qué maestros conoció durante su juventud?
En el verano de ese año, unos amigos de la orquesta de Carabobo me invitaron a tocar en un quinteto de vientos, pero ellos ya habían logrado entrar en la Orquesta Simón Bolívar y me invitaron a quedarme en su casa en Caracas, por esos días aproveché de ver clases con el profesor José Gay, en el primer Conservatorio que hicieron para el movimiento de orquestas, pero nuevamente me sentí que era solfeo con el clarinete. Conocí luego a un nuevo maestro que venía de Chile tocando las Variaciones de Rossini (Luís Rossi), y yo me interesé por escuchar sus clases y participé tocando un dúo de Mozart original para violín y viola. En ese momento fue cuando yo conocí a un verdadero maestro del clarinete. Era la primera vez que alguien me corrigió y me dijo cómo se tocaba el clarinete. En ese momento decidí dejar de estudiar en la universidad ingeniería eléctrica y venirme a Caracas para estudiar con el maestro Rossi.

Con el pasar del tiempo, tomé clases magistrales y cursos de verano con maestros de fama mundial a los cuales he admirado a través de sus grabaciones como fueron: Walter Boykens, Guy Deplus, Antony Pay, Karlman Berques, Thomas Friedli, Gervase de Peyer y Michel Lethiec.

• ¿Actualmente cómo ve el panorama musical en Latinoamérica?
En el pasado (primera mitad del siglo XX) e incluso hasta los años 70, hubo un auge y desarrollo de la música en Brasil, Chile y Argentina. La llegada de grandes solistas y directores de talla internacional, compañías de ópera y compañías de ballet europeas, dieron un gran impulso a la formación de público y ejecutantes locales de alto nivel. Los grandes conciertos y montajes de óperas en el teatro Colón de Buenos Aires, su calidad era solo comparable con el nivel artístico de los montajes que se realizaban en Europa.

Recital del clarinetista Valdemar Rodríguez en Venezuela. Comunidad Clariperu
Actualmente, con el auge de las orquestas juveniles, en Latinoamérica se han roto los paradigmas de la enseñanza musical, lo que ha redundado en un crecimiento constante del mundo musical de los países como Venezuela, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Costa Rica, Perú, Guatemala, Colombia y México; países estos que carecían hasta los años 70 de un sistema fortalecido de educación musical para niños y jóvenes. Es así que en la actualidad existe un bum de la música académica a nivel de toda Latinoamérica.

De tal manera que grandes solistas, jóvenes directores, grandes orquestas, excelentes grupos de cámara, festivales de jazz, festivales de música de cámara, cursos de veranos, clases magistrales, emergen por cantidades nunca antes vistas por toda Latinoamérica.

• ¿Cree saber el por qué de esta evolución y desarrollo musical Latinoamericano?
Se debe básicamente al fenómeno de la globalización, con este hecho se marca la era de la información, la técnica y el conocimiento pueden ser llevados a todos los lugares, hasta el último rincón del mundo, e igualmente a la implementación del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles que rompió los paradigmas de la educación musical y que en Venezuela atiende actualmente alrededor de trescientos mil niños y jóvenes músicos de la región.

• En su experiencia de maestro debe haber tenido muchos casos de alumnos que manifiestan distintos inconvenientes al momento de interpretar una obra. ¿Cómo cree usted que puede ayudar a un alumno a desarrollar su musicalidad?
Lo ideal sería incluso comenzar antes de tomar el instrumento, pero si el alumno tiene tiempo tocando, hay que hacer énfasis en que el clarinete no es el fin, sino la música. El clarinete debe ser el medio de expresión que nos permita decir a través de los sonidos, lo que no se ve y lo que es realmente la música: la expresión de sentimiento y la creación de atmósferas.

Cuando comencé a dar clases siempre seguía el mismo patrón: técnica, fraseo, creatividad; antes le decía al alumno hasta el último pianísimo o forte, hasta que me fijé que ellos siempre necesitaban de mi para montar nuevas obras (estaban realmente limitados para crear), entonces decidí cambiar mi metodología e invertí totalmente la manera de impartir clases.

Primero la creatividad y fraseo: el alumno debe lograr con ayuda del maestro a identificar cada frase y cómo se ejecuta cada frase. Y le aplico la técnica de confrontación de diferentes puntos de vista, hasta que el alumno logra hacerse una idea musical propia y en ese momento el descubre la música y toda la técnica fluye mejor porque el alumno puede observar y sentir que el pasaje o la frase tiene un sentido musical.

• ¿Qué es la Academia Latinoamericana del Clarinete?
La Academia Latinoamericana del Clarinete se conformó de una manera gradual y progresiva, comenzó como una cátedra de ocho alumnos venezolanos, los cuales alcanzaron un gran nivel técnico y un desarrollo musical admirable. Fue en ese momento cuando muchos clarinetistas venezolanos y otros latinoamericanos solicitaron el ingreso a esta cátedra, encontrándonos nosotros en la necesidad de buscar otros colegas clarinetistas que vinieran a impartir clases, pero no en una dinámica tradicional, sino en un sistema de rotación de profesores y alumnos para así poder acceder a los conocimientos que cada uno de los profesores podía dar. 

Además se ofrece la posibilidad de aprender a enseñar, hacer música de cámara, tocar de solista y tocar en orquesta, desarrollando clarinetistas integrales capaces de abordar el clarinete en sus distintas posibilidades. Maestros de muchas nacionalidades y solistas de reconocido nivel internacional del mundo entero, vienen a Venezuela a enseñar y contribuir al desarrollo de los alumnos de la Academia Latinoamericana del Clarinete.

• ¿Cómo hace un clarinetista Latinoamericano para ingresar a la Academia Latinoamericana del Clarinete?
Existen dos maneras: la primera y más sencilla es enviando una grabación en video, la cual es evaluada por cuatro maestros de la academia, y la segunda posibilidad es presentando una audición en vivo ante estos profesores.

• Dentro de la gran diversidad de su repertorio, ¿Tiene alguna preferencia musical?
Lo que más me gusta interpretar son los clásicos y los estándares, es decir, los más importantes de cada estilo: Mozart, Debussy, Bartok, Stravinsky, Beethoven, Bernstein y últimamente, he estado tocando música con aires de jazz, Big Band. Pero no tengo una en especial; sin embargo, Mozart es lo que más me gusta tocar, es una de las obras más hermosas, casi no la escucho últimamente, pero tocar el concierto es fantástico. Será por eso que lo he tocado cincuenta y dos veces con el clarinete di basetto.

• Y de los últimos conciertos que se han compuesto, ¿tiene alguno preferido, alguno que usted pueda señalar como una excelente obra?
Clarinetista Valdemar Rodriguez solista con orquesta en Venezuela. Comunidad Clariperu
Hay muchos. En Venezuela existe una obra muy buena de Jean Carlos Castro: Es un concierto para clarinete y Big Band, considero que es muy buena en su estilo; igualmente me viene a la memoria las Tres piezas para clarinete solo de Atehortúa que fueron grabadas por el maestro Luis Rossi; por supuesto, el concierto de Corigliano y el concierto de Calandreli que toca Eddie Daniels. En general, me gusta escuchar la música moderna. Hay una obra que toca Jonathan Cohler llamada Moon Flowers babes de Cooper Couphermann, y las obras Latinoamericanas.

• ¿Cómo se siente luego de toda su fructífera carrera?
Lo que siento que he hecho es que he abierto caminos para los jóvenes latinoamericanos, y eso me da mucha satisfacción de tres maneras: tocando, enseñando y en el rol administrativo que cumplo en el sistema de orquestas.

• Durante su tiempo de estudio e incluso a lo largo de su vida ¿Qué consejo ha sido el que más le ha servido en su vida como solista?
He recibido muchos consejos de maestros de todas partes del mundo, pero recuerdo dos muy especiales. El maestro Luis Rossi me dijo: “Lo importante no es tocar muchas notas o cosas difíciles, sino que lo poco o mucho que puedas tocar lo debes hacer con gran solvencia técnica, con mucha conciencia del fraseo y gran sensibilidad”.

Y el segundo es del maestro Stanley Drucker, quien luego de tocar el Mozart para él, me dijo: “Hay dos tipos de músico en el mundo, los que tienen buen gusto y los que tienen mal gusto y con lo que he escuchado de ti, me he dado cuenta que tu perteneces al primer grupo, tu tienes buen gusto y no temas hacer lo que te provoque hacer, dale rienda suelta a tu creatividad y confía en ti

• Y acerca de su actividad docente, ¿Qué nos cuenta de su amor por enseñar?
Es mi pasión, es lo que más he aprendido y desarrollado, tengo casi 30 años enseñando en todos los niveles, desde la iniciación hasta una maestría y en todos los niveles lo disfruto. En estos momentos en que he dado clase en Canadá, en Estados Unidos y en casi todos los países de Latinoamérica, así como también he impartido clases magistrales en el conservatorio Tchaikowsky de Moscú y en la Universidad Cultural de Pekín, y actualmente estoy invitado para dar clase en Portugal, China y Dinamarca.

• ¿Algún recuerdo de su experiencia como solista?
En la gira de conciertos con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, bajo la dirección del maestro Eduardo Mata, en el festival “Cervantino de Guanajuato” (México), fue verdaderamente mágico, recuerdo que fue la última vez que interpreté el concierto de Mozart bajo su batuta.

• Cuéntenos algo de sus viajes.
Cada gira y cada viaje tiene una enseñanza y su magia. Lo que sí te puedo decir es que si uno trabaja con constancia y tenacidad, la vida siempre le da a uno más de lo que uno desea. Cada viaje es una consecuencia del trabajo diario y hay que soñar aun el sueño imposible y la vida siempre te dará más.

• Hace poco nos enteramos que usted formará parte del jurado de un concurso muy prestigioso, el concurso Internacional Carl Nielsen que se efectuará en Dinamarca el presente año 2009, ¿Cómo recibió esa noticia'. ¿Ya se la esperaba?
La recibí con beneplácito y como un reconocimiento al nivel técnico y artístico musical existente en Latinoamérica y además del desarrollo que ha tenido la escuela del clarinete en esta región, con excelentes maestros, solistas, cuartetos de clarinete, festivales de clarinete y compositores Latinoamericanos que se han inspirado para escribirle a nuestro bello instrumento.

El Concierto para clarinete de Carl Nielsen junto al concierto de Mozart son obras obligatorias del repertorio de todos los clarinetistas venezolanos y la obra de Nielsen es exigido como obra de graduación en las instituciones de educación superior de mi país. Esta invitación me complace y me compromete a continuar el trabajo de formación de jóvenes clarinetistas de Latinoamérica.

• Si pudiera dar un consejo a los estudiantes que van a leer esta entrevista ¿Cuál sería?
A los clarinetistas Latinoamericanos les digo que sigamos cada vez más integrados, compartiendo conocimientos y experiencias, para así seguir elevando el nivel estándar internacional ya alcanzados y remontarnos a niveles de excelencia nunca antes vistos en un colectivo de clarinetistas de ninguna otra región del mundo.

16 de noviembre de 2011

Entrevista a Luis Rossi - CLARIPERU

Entrevista al clarinetista Luis Rossi de Argentina. Clarinetistas de la comunidad de Clariperu

Luis Rossi no necesita de mucha introducción. Su gran calidad como intérprete lo ha llevado a ofrecer exitosos conciertos por todo el mundo y ser reconocido como uno de los mejores clarinetistas de nuestros tiempos. Como fabricante de clarinetes, su fama crece año tras año.

La presente entrevista fue realizada por la lista de interés de Clariperu en noviembre de 2000. Las preguntas fueron enviadas por lo miembros de dicha lista y amablemente Luis Rossi respondió a ellas.


* Maestro, ¿cómo descubrió el clarinete? ¿Cómo así se interesó por estudiarlo y cómo nace el amor por la música?
En la década del 50, cursaba la escuela primaria en la Patagonia Argentina, donde aún viven mis familiares. Exactamente en el colegio San Francisco de Sales, atendido por sacerdotes Salesianos, donde la tradición italiana imperaba, comencé cantando en el coro de niños a los siete años. Luego quise entrar en la Banda como trompetista, pero se me advirtió que tenía que esperar hasta cumplir nueve años. 

Cuando este plazo se cumplió, fuí de nuevo al ataque, pero la suerte no estaba de mi lado: no había más trompetas, todos los instrumentos estaban en manos de felices trompetistas. Luego me ofrecieron un clarinete. Casi nadie tocaba clarinete por allí, de manera que este instrumento significaba bastante poco para mi. Pero entre él y la posibilidad de quedar fuera de la Banda ( y con eso, de la música) lo acepté, sin saber que sería el comienzo de un largo camino, de por vida.

* ¿Cuáles son para Ud. las diferencias más resaltantes entre la escuela clarinetistica europea y la Latinoamericana? ¿Y las similitudes?
Es una pregunta muy amplia y muy difícil de contestar. En primer lugar, de cual escuela europea estamos hablando? Porque dentro de Europa coexisten escuelas muy diferentes. Diría que la escuela Alemana ( con sus seguidores satélites en Holanda y las similitudes que pueda tener en Austria) es radicalmente diferente de la escuela Francesa. A su vez, en Inglaterra ya tocan el clarinete con otro criterio. Los belgas, de hecho, tienen sus características propias , y suma y sigue. Los italianos y los españoles tienen por su parte sus cualidades particulares. Pero, son los alemanes que están del otro lado de la línea, con algo tan diferente que se aparta lejos de todo lo demás.

En Sudamérica, a su vez, coexisten varias maneras diferentes de tocar el clarinete, aunque ninguna de ellas basada en la escuela alemana. Donde mas profesores alemanes hubieron fué en Brasil, al punto que el solista de la Sinfónica de Berlín ( o de la orquesta de la Opera de Berlín) estuvo algunos años enseñando en un conservatorio en la costa de Brasil, no recuerdo si fue en Bahía. De modo que podrían haber seguidores de esta escuela por allí. Pero en general han sido los italianos quienes mas influyeron en Sud America. Por mi parte, yo fui admirador de Reginald Kell, Jack Brymmer, Gervase De Peyer y John McCaw. Todos estos clarinetistas ingleses tienen características que atraparon mi atención y preferencias. Por eso estudié en Londres ( con John McCaw) y a su vez, la escuela que desarrolle en Chile, Argentina, Perú (solo dos alumnos : Alvites y Eca) y Venezuela está influenciada por esa manera de tocar.

* En su versión del Concierto de Saverio Mercadante, en el segundo movimiento, ¿Por qué no repite la segunda parte del tema ni la segunda parte de las variaciones, y por qué en la variación en tonalidad menor no repite ninguna de las partes?
Esa versión fue grabada durante el concierto que hicimos en el auditorio Rudolfinum de Praga. Otras versiones, que también se grabaron como la del concierto para la Radio de Varsovia, si tenían las repeticiones del caso. Es que algunas veces los programas están algo largos y es necesario cortar o recortar suprimiendo repeticiones. Lógicamente que el largo del tema debe de concordar con el de las variaciones.

* ¿Existe una edición oficial de Rosita Iglesias de Carlos Guastavino?
La versión original de Rosita Iglesias, perteneciente a la serie Presencias de Carlos Guastavino (nacido en 1912 y fallecido en 2000) fue publicada por Ricordi Americana en Buenos Aires, y es para violín y piano. Posteriormente, Guastavino autorizó una versión con viola y piano y más tarde yo le consulté si podía tocarla con clarinete. Pero el luego se enfermó y jamás pude mostrarle mi arreglo. Pero sí resultó muy exitoso y ahora será grabado por un clarinetista polaco (Jakub Bokum) en un CD de homenaje a Guastavino.

* ¿Cuál es su opinión sobre la música contemporánea?
Hay obras geniales para clarinete, como las Tres Piezas para clarinete de Blas Atehortúa y el Concierto de Corigliano, pero también otras obras que a mi juicio no valen la pena. Escojo con gran cuidado lo que toco.

* ¿Y sobre el Jazz?
Me gusta, pero no sé improvisar. Me parece que logro reproducir el sabor del Jazz en obras de concierto que así lo requieren, por ejemplo cuando tuve que tocar el solo de clarinete de La Creación del Mundo de Darius Milhaud.

* ¿Qué lo llevó a fabricar instrumentos? ¿Qué clarinete usaba antes de diseñar sus propios?
Bajo la influencia de los clarinetistas ingleses, toque un Boosey & Hawkes 1010, de cámara ancha durante 20 años. Quise perfeccionar su afinación y me impulsó el haber estudiado con John McCaw (por entonces principal clarinetista de la New Philarmonia Orchestra de Londres). McCaw tenía un taller muy completo en el ático de su casa y su hobby era justamente construir un clarinete ideal. De modo que cuando vi todo eso y probé aquel clarinete, mi entusiasmo fue inmenso. Desde entonces, en las clases solo hablábamos de construcción de clarinetes.

Otros ingleses que me ayudaron fueron Ted Planas (ya fallecido), clarinetista y reconocido acústico, quien había construido desde clarinetes bajos hasta saxofones. Lo sabía todo acerca de las técnicas a emplear, mecanismos,etc. Tomé varias clases con él. También Stephen Trier (fallecido) clarinete bajo de la Royal Philarmonic Orchestra de Londres. Él también tenía su taller y había construido una campana de madera para su clarinete bajo. También hizo una extensión a sus clarinetes Albert para convertirlos en clarinetes di bassetto. 

En fin, Inglaterra y toda esta generación de clarinetistas tan interesantes e interesados en la construcción de instrumentos fue sin duda el impulso para decidirme a desarrollar mis proyectos. Una vez que comencé a construir los primeros, los lleve a John McCaw para recibir críticas.Y por cierto las recibí durante varios años, hasta que poco a poco logre refinar mis diseños y construir un instrumento que mereció su aprobación.

* Si tuviera que escoger un modelo de sus propios clarinetes, ¿Cuál escogería y por qué?
Esa es otra pregunta difícil, porque cada modelo tiene su encanto. Uno da mayor flexibilidad. Otro tiene un sonido más centrado y atractivo. Otro afina mejor los sobreagudos. Y si uno persiste en el uso de uno de ellos, aprende a compensar los defectos y logra obtener el mejor resultado. Por eso, cada tanto cambio de modelo. Toque muchos años con el de Cámara Inglesa, que mejoraba notablemente al Boosey 1010 usado en mi juventud. Luego cambié al de cámara francesa, con el que toque unos cinco años y grabe los conciertos de Mercadante y Stanford. 

En los últimos años, exploré el clarinete de cámara vienesa (instrumento que toque en los conciertos de la BCA de 2000. Y también el AL, un instrumento basado en un clarinete construido por E.J.Albert en Bélgica. El original, un instrumento con sistema Boehm, está en casa y los instrumentos construidos en base al mismo son muy interesantes. La cámara es apenas más pequeña que la cámara Inglesa o Vienesa. Tiene 15 mm de diámetro y eso da una enorme libertad y flexibilidad.

* ¿Ha considerado la posibilidad de diseñar sus propias boquillas?
La boquilla es en si otro mundo dentro del diseño e investigación. Prefiero comprar el blank ( boquilla en bruto) de un fabricante de Alemania y luego yo termino el facing a mi gusto. Estas boquillas tienen el logo L.Rossi y vienen con los clarinetes de cámara grande, (inglesa, vienesa y AL), proveyendo una cámara grande compatible con estos modelos.

* Como maestro, ¿Cómo ayuda a sus alumnos a desarrollar una personalidad propia musical? ¿Cuál considera que es el mejor consejo que les da?
Trato de no forzarlos a tocar todos de la misma forma, sino de ayudarlos a desarrollar su personalidad musical. Pero lo más importante es dotarlos de una voz, como un cantante. Deben de adquirir la técnica para vocalizar y lograr la colocación de su sonido. Este es un proceso largo pero una vez establecido, los alumnos tienen los medios para poner en música sus ideas musicales.

* Como intérprete, ¿Tiene algún criterio para seleccionar su repertorio?
Es una cuestión de gusto y también de ubicación. Ciertas obras no quedan bien a todos. El repertorio define en cierta forma al intérprete. A pesar de haberlo estudiado, nunca toque Nielsen pero sin embargo, hace poco toqué el Concierto para clarinete de Corigliano con la Orquesta Simón Bolívar de Caracas. Y comprobé que esta obra me queda bien y me permite disfrutar de su ejecución.

* ¿Cómo ve el panorama musical en Latinoamérica?
Desearía que hubiese más contacto entre los países. Los festivales de clarinete son escasos y hay mucha necesidad de intercambio. Se necesita más en este campo. Por otra parte, la enseñanza musical está considerablemente atrasada, por cuanto las Instituciones (conservatorios, universidades) no logran entregar lo necesario. La mayor parte ni siquiera tiene un ensamble de vientos o una orquesta donde los alumnos puedan aprender el repertorio sinfónico.

* ¿Cuál es la frase o palabra que siempre menciona a sus alumnos?
Que perseveren en el estudio organizado haciendo uso de toda la paciencia que puedan encontrar. Al fin de este camino hay ciertamente una luz que se acercará cada vez más.