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25 de febrero de 2022

Luis Rossi: el clarinete y su historia en Chile. CLARIPERU


El destacado clarinetista Luis Rossi es reconocido en el mundo por sus expresivas interpretaciones. Sea música de cámara o los grandes conciertos, el maestro Rossi cautiva al público con su hermoso sonido y un dominio sobresaliente del clarinete.


Además de sus labores como artista y constructor de clarinetes, Luis Rossi ha dedicado gran parte de su vida a la enseñanza de este instrumento. Su impacto en Latinoamérica se puede ver en las generaciones de clarinetistas de primer nivel que han estudiado con él. Pero su labor educativa va más allá de las aulas.


Tenemos el honor de presentarles el artículo El clarinete y su historia en Chile, escrito por el maestro Rossi para toda la comunidad de Clariperu. Este artículo será una importante referencia para futuras investigaciones y para todo clarinetista que desee descubrir a los protagonistas del clarinete en Chile.


El artículo empieza con una breve historia del clarinete, para luego detallar el arribo de los primeros clarinetes a Chile desde el año 1800. A continuación, nos encontramos con el nacimiento de nuevas orquestas a comienzos del siglo XX, sus directores y primeros clarinetistas, así como la historia de la actual Orquesta Filarmónica de Santiago. El artículo termina con la historia de la labor artística y pedagógica del maestro Rossi en Chile, que incluye su visión e inicios en la construcción de sus famosos clarinetes.


El artículo se puede descargar gratuitamente desde aquí. Invitamos a cada uno de los clarinetistas de nuestra comunidad a descargar, leer y compartir el trabajo del maestro Luis Rossi, a quien felicitamos por esta importante contribución académica a la comunidad de clarinetistas de Latinoamérica.


14 de mayo de 2012

Entrevista al clarinetista Mariano Frogioni. CLARIPERU



Mariano Frogioni es una autoridad musical en Argentina. Muchos grandes intérpretes de Latino América han sido alumnos de este ilustre instrumentista. Como miembro del Quinteto de Vientos del Mozarteum realizó una serie de giras por Europa y Sudamérica. A través de la presente entrevista podrás conocer mejor a este destacado músico.

Esta interesante entrevista fue realizada por Luis Rossi, y ha sido enviada por el autor como contribución a Clariperu.


* Profesor Frogioni, cuéntenos un poco acerca de usted.
Nací en Recanati, un pueblo en la región de Marches en la costa Adriática, que fue también el lugar de nacimiento del tenor Beniamino Gigli. Cuando yo tenía cinco años mi familia emigró a Argentina, y así comencé mi estudios escolares en Buenos Aires. Estando en gira con el Quinteto de Viento Mozarteum, pude visitar a mis parientes italianos en mi pueblo de origen. Fue una experiencia inolvidable; reconocí mi primer hogar e incluso la puerta de la casa de mi abuela.

* ¿Se considera italiano?
¡A pesar de mi cariño por Italia, yo me siento totalmente Argentino!

* ¿Cómo llegó a ser clarinetista?
Comencé a tocar el clarinete cuando tenía once años. Mi padre, como muchos italianos, era un adicto a la ópera. Junto a él disfruté de innumerables transmisiones radiales de ópera, y así comencé a expresar mi deseo de aprender música. Mi padre no necesitó de mucha insistencia y una noche se apareció con un clarinete de trece llaves que venía en un estuche del terciopelo. Aunque la elección del instrumento fue suya, nunca se me hubiese ocurrido cuestionarla, quizás esto sea algo típico de mi generación. ¡Sencillamente, el clarinete era perfecto para mí! 

Claro que no tenía ni la menor idea de lo que sería mi vida como músico; pensándolo bien, creo que Dios inspiró a mi padre. Por otro lado, nunca olvidaré a mi primer maestro (curiosamente fui su primer y único estudiante). Su nombre era Francisco Azaritti y fue un muy buen maestro. Analizándolo en retrospectiva y con mayor conocimiento, era también un gran intérprete. Tocaba en una banda sinfónica, con una excelente técnica y el sonido al estilo italiano. Posteriormente, cuando ya trabajaba profesionalmente, estudié con el renombrado Roque Spatola, solista de clarinete de la Orquesta del Teatro de Colón de Buenos Aires. Eso fue muy enriquecedor porque, aparte de los usuales Caprichos de Cavallini, Marasco y Magnani, tuve la oportunidad de aprender los Estudios de JeanJean, obra que en ese tiempo era prácticamente desconocida en Argentina. Pero el legado más importante de Spatola fueron sus lecciones sobre la interpretación del repertorio orquestal, tanto en ópera como en música sinfónica. ¡Durante mi carrera con la Sinfónica Nacional, puse a menudo en práctica sus consejos!

* Cuando usted comenzaba su carrera, Roque Spatola era reconocido como el mejor clarinetista en Argentina.
Sí, es cierto. De hecho, Pamela Weston incluyó a Spatola en su último libro sobre virtuosos clarinetistas del pasado. Otro clarinetistas sobresalientes fueron Filotette Martorella, Luis Carbone y Victorino Sierra, todos virtuosos, gracias a nuestros maestros italianos. 

Recuerdo que éramos muy diestros tocando a primera vista y principalmente en transponer las partes escritas para clarinete en La. En esa época se usaba el clarinete en si bemol modelo full Boehm, cuyo teclado más complejo permitía llegar hasta el mi bemol grave. ¡Y la moda era tocar todo traspuesto, sin usar el clarinete en la! Recuerdo una vez cuando practicaba detrás del escenario: el programa incluía la Quinta Sinfonía de Tchaikovsky y el director era Eduard Van Beinum, del Concertgebouw. Se acercó a charlar conmigo y le mencioné que tocábamos todo con el clarinete en sib. Preguntó: ¿Significa que ustedes están transponiendo? Realmente estaba asombrado (¡e impresionado!).

Aún hoy en día no comprendo, ni siquiera cuando lo veo en perspectiva: ¿Cómo pudimos hacer algo así?. Sin embargo, nos parecía natural en esos días. Creo que con los años, al madurar, fuimos gradualmente concentrándonos en el refinamiento musical, el sonido y la expresión, dejando a un lado la preocupación por el virtuosismo.

* ¿Cómo llegó a ser tan conocido en Chile?
Al comienzo de los sesenta, como muchos otros colegas recibían contratos tentadores de otros países, yo dediqué un año enseñando y tocando música de cámara en el Conservatorio de la Universidad de Chile. Mi presentación en Santiago se realizó con el Concierto de Mozart, dirigido por el director alemán Teodor Fuchs y acompañado por la Sinfónica Nacional de Chile. Después de esa presentación fuí invitado a hacer la primera audición del Concierto de Copland. Fue un tremendo éxito y recibí críticas excelentes. Sin embargo, a pesar de todo decidí regresar a Buenos Aires y a mi posición orquestal en la Sinfónica Nacional. Conservo cariñosos recuerdos de Chile y de mis amigos chilenos.

* ¿Cuándo se integró a la Sinfónica Nacional de Buenos Aires?
Clarinetista Mariano Frogioni entrevista con Luis Rossi para clariperu
En 1949, el año de su fundación. Al principio, fui segundo clarinete de un joven italiano que llegó a ser mundialmente famoso como fabricante de boquillas de cristal. Por supuesto, me refiero a Cosme Pomarico, quien regresó a Italia en 1958 para establecer su negocio. Con excepción de aquel año en Chile, trabajé en la Sinfónica hasta hasta mi jubilación en 1992. Tengo recuerdos maravillosos, acumulados durante cuarenta y dos años de trabajo junto a grandes directores como Kubelik, Kleiber, Celibidache, Markévitch, Doráti, Casals, Klecki, Kempe, Van Oterloo, Ansermet y Martinon. Varios renombrados compositores llegaron también a dirigir, entre ellos Stravinsky, Kachaturian, Villa-Lobos y Copland.

* ¿Recuerda especialmente a algún solista internacional?
Claro que sí, tocamos con Janigro, Casals, María Tipo, Francescatti, Brendel, Szerying, Backhaus, Rubinstein, Argerich, Gulda, Brailovsky y también Arrau. Recuerdo la presentación de Arrau tocando el Primer Concierto para Piano de Beethoven (con el hermoso diálogo entre piano y clarinete en el movimiento lento). La audiencia respondió con una ovación tremenda, por lo que Arrau fue obligado a volver una y otra vez al escenario. ¡Ante mi asombro, Arrau se acercó, y tomándome de la mano me llevó adelante para compartir el aplauso! Además tuve varias presentaciones como solista y especialmente recuerdo aquellas donde interpreté los conciertos de Nielsen y Hindemith.

* ¿Nos podría hablar sobre las instituciones musicales de Argentina?
El Mozarteum Argentino y la Sociedad Wagneriana organizan las temporadas de conciertos con solistas internacionales y orquestas sinfónicas o de cámara provenientes de Europa y los Estados Unidos. El Teatro Colón ofrece también conciertos y temporadas de ballet con la Filarmónica de Buenos Aires, pero su función específica es la temporada internacional de ópera, que se lleva a cabo con una segunda orquesta completa llamada Orquesta Estable del Teatro Colón. 

El Colón patrocina también a la Orquesta Académica, un programa de orquesta juvenil en desarrollo. Luego tenemos la Sinfónica Nacional -donde yo toqué- patrocinada por el Ministerio de Educación. No lejos de Buenos Aires, las ciudades de Avellaneda y La Plata tienen sus propios teatros donde ofrecen ópera y temporadas de conciertos. Muchas otras ciudades en Argentina, como Córdoba, Mendoza, San Juan, Rosario, Santa Fe, Bahía Blanca, Entre Ríos, Neuquén y Salta -en la frontera boliviana- cuentan con orquestas sinfónicas.

* ¿Cuántos años integró el Quinteto de Vientos del Mozarteum?
Fue fundado en 1963, originalmente como Quinteto de Vientos de la Sinfónica Nacional, y a poco andar se adoptó el nombre de Quinteto de Vientos del Mozarteum, llegando a ser mucho más prominente, con una agenda de conciertos, clases magistrales y viajes internacionales. Así llegamos a Bolivia, Colombia, Perú, México y Venezuela. Realizamos también conciertos en Europa y Estados Unidos (nuestro debut fue en Miami.) Recuerdo especialmente los conciertos en el Carnegie Hall y en la sala de la Orquesta de Chicago. El Quinteto, que recibió el Premio Konex en 1989, dejó también varias grabaciones.

* ¿Ha participado en Festivales Internacionales de Clarinete?
Sí, en 1988 fui invitado a participar en el Richmond ClarinetFest, con un programa dedicado a obras para clarinete y orquesta de compositores argentinos. Desgraciadamente durante el ensayo, ¡una tempestad inundó el vestíbulo y el concierto se canceló! El año siguiente volví al Festival Internacional de Clarinete en Minneapolis, donde interpreté las obras argentinas con la Orquesta Metropolitana de Minnesota.

* Y acerca de su actividad docente. 
Amo la enseñanza y ella ha sido un intenso elemento a través de mi carrera. Comencé en la Universidad de Chile en Santiago, continuando luego en el Conservatorio Nacional de Buenos Aires y el Conservatorio de la Universidad de La Plata. Varios de mis estudiantes tocan en orquestas argentinas y del exterior.

* Entiendo que usted estrenó en Buenos Aires el Choro para el clarinete y orquesta de Camargo Guarnieri.
Sí, fue en 1961, con la Sinfónica Nacional conducida por Guillermo Espinoza, quien era en aquel tiempo del director de música de OEA. Esta excelente obra se ha interpretado también en Brasil y en los Estados Unidos, pero es muy poco tocada en la actualidad.

* ¿Y las obras de los compositores argentinos?
Yo estrené tres obras: Ofrenda sobre un Tema de Gabriel Fauré de Jorge Fontenla; Fases de Gerardo Gandini y el Divertimento para clarinete y orquesta de cámara de Osias Wilensky. Cuando participé en el ClarinetFest de Minneapolis, toqué el Divertimento de Wilensky y la Contemplación y Danza de Astor Piazzolla, una obra temprana que fue compuesta mientras estudiaba con Ginastera, es decir antes de establecer su famoso estilo de Tango. Estas obras son mencionadas por el clarinetista argentino Carlos Capra en su tesis doctoral La Música para Clarinete de Compositores Argentinos (Universidad de Texas, Austin 1999) y también por la clarinetista Diane Fukunaga en la tesis doctoral Música para Clarinete Solo de Compositores Contemporáneos Latinoamericanos (Universidad de Kansas, 1988).

* ¿Algún otro recuerdo de su experiencia como solista?
Puedo pensar en tres: primero, mi primera versión del Concierto para clarinete de Mozart en 1958 con la Orquesta de Radio Nacional LRA, conducida por Jean Fournet. Luego, una presentación con el primer Concierto para clarinete de Weber en 1962, con la misma orquesta y un joven director por entonces desconocido: Zubin Mehta. Finalmente, el mismo Weber con la Orquesta de los Amigos de la Música, conducida por Ferdinand Leitner. Posteriormente, el haber recibido el Premio Konex de 1999 al mejor intérprete de instrumentos de viento-madera en Argentina, fue un inesperado, emocionante reconocimiento.

* ¿Cuáles son sus obras favoritas en música de cámara?
Tengo varias, pero hay una que tocaría cada día: el Quinteto para clarinete op. 115 de Brahms. Además de su enorme contenido musical, está tan bien escrito para clarinete que todo suena bien; es un placer tocarlo. Además están los Contrastes de Bartók, obra que hice con el violinista Alberto Lysy y también con León Spierer, un argentino que desempeñó toda su carrera como Concertino de la Filarmónica de Berlín.

* Cuéntenos algo de sus viajes.
En 1975 mi esposa y yo nos embarcamos en un viaje a Europa. Ya que mezclaba el negocio con el placer -descansando pero también planificando comprar un clarinete nuevo en París- viajé con poco equipaje y sin mis instrumentos, ¡llevando sólo la boquilla! Nuestra primera parada fue Florencia, para visitar a Pomarico. 

En esos días, Pomarico era el Solista de Clarinete de la Orquesta de Cámara de Florencia, pero su negocio de boquillas lo mantenía terriblemente ocupado. Estaba tan retrasado con los pedidos que me rogó que lo sustituya en un concierto que harían en Certaldo, un pequeño pueblo en las afueras de Florencia. Traté de rehusar la invitación, pero eventualmente me convenció: estaba familiarizado con el programa y me prestó sus instrumentos. De tal forma que, de pronto, me encontré sentado en el autobús de la orquesta, camino a Certaldo para tocar ese concierto; sin ensayo alguno y sintiendo una suerte de escepticismo por parte de los demás músicos. Para alivio de todos, toqué muy bien y recibí muchas felicitaciones.

* ¿Cómo definiría a la escuela argentina de clarinete?
¡Esa es una pregunta complicada! Pienso que, tanto en Argentina como en cualquier otro lugar, cada músico tiene sus propias y únicas cualidades. Pero tu pregunta va un poco más allá. En Buenos Aires, hay un grupo de jóvenes intérpretes - personalidades individuales aparte- que son de un nivel uniformemente alto. Además de haber asimilado la experiencia de mi generación, ellos tienen todos los recursos técnicos disponibles hoy en dia: instrumentos mejorados y un abanico surtido de boquillas y grabaciones de los mejores clarinetistas. 

Comparándolos con aquellos que vienen del exterior, me siento muy feliz al comprobar que los nuestros han alcanzado un nivel internacional. Sin embargo, sus ambiciones son totalmente diferentes de las de mi generación: ellos conocen todo el repertorio, menosprecian las Bandas Sinfónicas (aunque muchos trabajan en ellas) y aspiran integrar orquestas sinfónicas y desarrollar carreras solísticas. Entre los más sobresalientes puedo nombrar a Mariano Rey, Guillermo Sánchez, Carlos Céspedes y Matías Tchicourel.

* ¿Qué ocupaciones tiene desde su jubilación?
Guío la sección de clarinetes de la Orquesta Académica, la orquesta juvenil del Teatro Colón. También enseño clarinete y música de cámara en la Universidad de Lanús, y doy frecuentes clases magistrales en conservatorios de diferentes ciudades de Argentina.

16 de noviembre de 2011

Entrevista a Luis Rossi - CLARIPERU

Entrevista al clarinetista Luis Rossi de Argentina. Clarinetistas de la comunidad de Clariperu

Luis Rossi no necesita de mucha introducción. Su gran calidad como intérprete lo ha llevado a ofrecer exitosos conciertos por todo el mundo y ser reconocido como uno de los mejores clarinetistas de nuestros tiempos. Como fabricante de clarinetes, su fama crece año tras año.

La presente entrevista fue realizada por la lista de interés de Clariperu en noviembre de 2000. Las preguntas fueron enviadas por lo miembros de dicha lista y amablemente Luis Rossi respondió a ellas.


* Maestro, ¿cómo descubrió el clarinete? ¿Cómo así se interesó por estudiarlo y cómo nace el amor por la música?
En la década del 50, cursaba la escuela primaria en la Patagonia Argentina, donde aún viven mis familiares. Exactamente en el colegio San Francisco de Sales, atendido por sacerdotes Salesianos, donde la tradición italiana imperaba, comencé cantando en el coro de niños a los siete años. Luego quise entrar en la Banda como trompetista, pero se me advirtió que tenía que esperar hasta cumplir nueve años. 

Cuando este plazo se cumplió, fuí de nuevo al ataque, pero la suerte no estaba de mi lado: no había más trompetas, todos los instrumentos estaban en manos de felices trompetistas. Luego me ofrecieron un clarinete. Casi nadie tocaba clarinete por allí, de manera que este instrumento significaba bastante poco para mi. Pero entre él y la posibilidad de quedar fuera de la Banda ( y con eso, de la música) lo acepté, sin saber que sería el comienzo de un largo camino, de por vida.

* ¿Cuáles son para Ud. las diferencias más resaltantes entre la escuela clarinetistica europea y la Latinoamericana? ¿Y las similitudes?
Es una pregunta muy amplia y muy difícil de contestar. En primer lugar, de cual escuela europea estamos hablando? Porque dentro de Europa coexisten escuelas muy diferentes. Diría que la escuela Alemana ( con sus seguidores satélites en Holanda y las similitudes que pueda tener en Austria) es radicalmente diferente de la escuela Francesa. A su vez, en Inglaterra ya tocan el clarinete con otro criterio. Los belgas, de hecho, tienen sus características propias , y suma y sigue. Los italianos y los españoles tienen por su parte sus cualidades particulares. Pero, son los alemanes que están del otro lado de la línea, con algo tan diferente que se aparta lejos de todo lo demás.

En Sudamérica, a su vez, coexisten varias maneras diferentes de tocar el clarinete, aunque ninguna de ellas basada en la escuela alemana. Donde mas profesores alemanes hubieron fué en Brasil, al punto que el solista de la Sinfónica de Berlín ( o de la orquesta de la Opera de Berlín) estuvo algunos años enseñando en un conservatorio en la costa de Brasil, no recuerdo si fue en Bahía. De modo que podrían haber seguidores de esta escuela por allí. Pero en general han sido los italianos quienes mas influyeron en Sud America. Por mi parte, yo fui admirador de Reginald Kell, Jack Brymmer, Gervase De Peyer y John McCaw. Todos estos clarinetistas ingleses tienen características que atraparon mi atención y preferencias. Por eso estudié en Londres ( con John McCaw) y a su vez, la escuela que desarrolle en Chile, Argentina, Perú (solo dos alumnos : Alvites y Eca) y Venezuela está influenciada por esa manera de tocar.

* En su versión del Concierto de Saverio Mercadante, en el segundo movimiento, ¿Por qué no repite la segunda parte del tema ni la segunda parte de las variaciones, y por qué en la variación en tonalidad menor no repite ninguna de las partes?
Esa versión fue grabada durante el concierto que hicimos en el auditorio Rudolfinum de Praga. Otras versiones, que también se grabaron como la del concierto para la Radio de Varsovia, si tenían las repeticiones del caso. Es que algunas veces los programas están algo largos y es necesario cortar o recortar suprimiendo repeticiones. Lógicamente que el largo del tema debe de concordar con el de las variaciones.

* ¿Existe una edición oficial de Rosita Iglesias de Carlos Guastavino?
La versión original de Rosita Iglesias, perteneciente a la serie Presencias de Carlos Guastavino (nacido en 1912 y fallecido en 2000) fue publicada por Ricordi Americana en Buenos Aires, y es para violín y piano. Posteriormente, Guastavino autorizó una versión con viola y piano y más tarde yo le consulté si podía tocarla con clarinete. Pero el luego se enfermó y jamás pude mostrarle mi arreglo. Pero sí resultó muy exitoso y ahora será grabado por un clarinetista polaco (Jakub Bokum) en un CD de homenaje a Guastavino.

* ¿Cuál es su opinión sobre la música contemporánea?
Hay obras geniales para clarinete, como las Tres Piezas para clarinete de Blas Atehortúa y el Concierto de Corigliano, pero también otras obras que a mi juicio no valen la pena. Escojo con gran cuidado lo que toco.

* ¿Y sobre el Jazz?
Me gusta, pero no sé improvisar. Me parece que logro reproducir el sabor del Jazz en obras de concierto que así lo requieren, por ejemplo cuando tuve que tocar el solo de clarinete de La Creación del Mundo de Darius Milhaud.

* ¿Qué lo llevó a fabricar instrumentos? ¿Qué clarinete usaba antes de diseñar sus propios?
Bajo la influencia de los clarinetistas ingleses, toque un Boosey & Hawkes 1010, de cámara ancha durante 20 años. Quise perfeccionar su afinación y me impulsó el haber estudiado con John McCaw (por entonces principal clarinetista de la New Philarmonia Orchestra de Londres). McCaw tenía un taller muy completo en el ático de su casa y su hobby era justamente construir un clarinete ideal. De modo que cuando vi todo eso y probé aquel clarinete, mi entusiasmo fue inmenso. Desde entonces, en las clases solo hablábamos de construcción de clarinetes.

Otros ingleses que me ayudaron fueron Ted Planas (ya fallecido), clarinetista y reconocido acústico, quien había construido desde clarinetes bajos hasta saxofones. Lo sabía todo acerca de las técnicas a emplear, mecanismos,etc. Tomé varias clases con él. También Stephen Trier (fallecido) clarinete bajo de la Royal Philarmonic Orchestra de Londres. Él también tenía su taller y había construido una campana de madera para su clarinete bajo. También hizo una extensión a sus clarinetes Albert para convertirlos en clarinetes di bassetto. 

En fin, Inglaterra y toda esta generación de clarinetistas tan interesantes e interesados en la construcción de instrumentos fue sin duda el impulso para decidirme a desarrollar mis proyectos. Una vez que comencé a construir los primeros, los lleve a John McCaw para recibir críticas.Y por cierto las recibí durante varios años, hasta que poco a poco logre refinar mis diseños y construir un instrumento que mereció su aprobación.

* Si tuviera que escoger un modelo de sus propios clarinetes, ¿Cuál escogería y por qué?
Esa es otra pregunta difícil, porque cada modelo tiene su encanto. Uno da mayor flexibilidad. Otro tiene un sonido más centrado y atractivo. Otro afina mejor los sobreagudos. Y si uno persiste en el uso de uno de ellos, aprende a compensar los defectos y logra obtener el mejor resultado. Por eso, cada tanto cambio de modelo. Toque muchos años con el de Cámara Inglesa, que mejoraba notablemente al Boosey 1010 usado en mi juventud. Luego cambié al de cámara francesa, con el que toque unos cinco años y grabe los conciertos de Mercadante y Stanford. 

En los últimos años, exploré el clarinete de cámara vienesa (instrumento que toque en los conciertos de la BCA de 2000. Y también el AL, un instrumento basado en un clarinete construido por E.J.Albert en Bélgica. El original, un instrumento con sistema Boehm, está en casa y los instrumentos construidos en base al mismo son muy interesantes. La cámara es apenas más pequeña que la cámara Inglesa o Vienesa. Tiene 15 mm de diámetro y eso da una enorme libertad y flexibilidad.

* ¿Ha considerado la posibilidad de diseñar sus propias boquillas?
La boquilla es en si otro mundo dentro del diseño e investigación. Prefiero comprar el blank ( boquilla en bruto) de un fabricante de Alemania y luego yo termino el facing a mi gusto. Estas boquillas tienen el logo L.Rossi y vienen con los clarinetes de cámara grande, (inglesa, vienesa y AL), proveyendo una cámara grande compatible con estos modelos.

* Como maestro, ¿Cómo ayuda a sus alumnos a desarrollar una personalidad propia musical? ¿Cuál considera que es el mejor consejo que les da?
Trato de no forzarlos a tocar todos de la misma forma, sino de ayudarlos a desarrollar su personalidad musical. Pero lo más importante es dotarlos de una voz, como un cantante. Deben de adquirir la técnica para vocalizar y lograr la colocación de su sonido. Este es un proceso largo pero una vez establecido, los alumnos tienen los medios para poner en música sus ideas musicales.

* Como intérprete, ¿Tiene algún criterio para seleccionar su repertorio?
Es una cuestión de gusto y también de ubicación. Ciertas obras no quedan bien a todos. El repertorio define en cierta forma al intérprete. A pesar de haberlo estudiado, nunca toque Nielsen pero sin embargo, hace poco toqué el Concierto para clarinete de Corigliano con la Orquesta Simón Bolívar de Caracas. Y comprobé que esta obra me queda bien y me permite disfrutar de su ejecución.

* ¿Cómo ve el panorama musical en Latinoamérica?
Desearía que hubiese más contacto entre los países. Los festivales de clarinete son escasos y hay mucha necesidad de intercambio. Se necesita más en este campo. Por otra parte, la enseñanza musical está considerablemente atrasada, por cuanto las Instituciones (conservatorios, universidades) no logran entregar lo necesario. La mayor parte ni siquiera tiene un ensamble de vientos o una orquesta donde los alumnos puedan aprender el repertorio sinfónico.

* ¿Cuál es la frase o palabra que siempre menciona a sus alumnos?
Que perseveren en el estudio organizado haciendo uso de toda la paciencia que puedan encontrar. Al fin de este camino hay ciertamente una luz que se acercará cada vez más.