9 de junio de 2012
7 de junio de 2012
1er Workshop Internacional de Clarinete de Córdoba
Posted on 3:05 p. m.by Unknown
Las actividades con el clarinete continúan en Latinoamérica. El Quinteto de Clarinetes del Bicentenario y el Quinteto Slap! organizan del 2 al 5 de agosto el primer Workshop Internacional de Clarinete en la ciudad de Córdoba, Argentina. Esta primera iniciativa musical que coloca al clarinete como protagonista ofrecerá clases maestras, conferencias, proyecciones audiovisuales y conciertos. Los maestros invitados son:
Gorgias Sánchez (Venezuela) Orquesta Sinfónica Simón Bolívar.
Mariano Rey (Argentina) Orquesta Filarmónica de Buenos Aires.
José García Taborda (Colombia) Fund. Univ. Bellas Artes. Artista Rico Reeds.
Carlos Céspedes (Argentina) Orquesta Estable del Teatro Colón.
Eduardo Spinelli (Argentina) Clarinete bajo Banda Sinfónica de Córdoba.
Dante Augusto Ottaviano (Argentina) Requinto Banda Sinfónica de Córdoba.
Gabriel Meneses (Venezuela) Pianista Orquesta Simón Bolívar.
Todos los detalles sobre inscripción, horarios y los maestros los pueden encontrar aquí en la web oficial del evento. ¡No se lo pierdan!
1 de junio de 2012
Entrevista al clarinetista Martin Fröst
Posted on 6:05 a. m.by Unknown
Una joven figura en el mundo del clarinete que brilla por sus dotes musicales y programas muy originales es sin duda Martin Fröst, un músico sobresaliente que nos cuenta en exclusiva sobre su vida y proyectos.
En el presente texto podrá también apreciar dos videos de este clarinetista: el concierto Peackock Tales de Anders Hillborg, y el anuncio del concierto para clarinete del compositor Kalevi Aho.
Esta entrevista exclusiva es fruto de la colaboración de Clariperu con los miembros de Clariforo, quienes nos enviaron sus preguntas para Martin, como parte de un proyecto colaborativo en Internet. Le agradecemos a cada uno de los participantes por su interés y sus distintas preguntas. La entrevista se realizó vía telefónica con Marco Mazzini el 22 de agosto de 2006.
Un agradecimiento especial a Jennifer Spencer, manager de Martin Fröst, por proporcionarnos los videos para ser reproducidos aquí en Clariperu.
• Estimado Martin, empecemos por conocer tus inicios musicales. ¿Me puedes contar cómo así te involucraste con la música?
La música comenzó en mi vida con el violín, que lo empecé a estudiar a la edad de seis años, y a los nueve me inicié con el clarinete.
• ¿Y el estudio del clarinete empezó en alguna escuela de tu país, o quizás de manera autodidacta?
Lo aprendí en un centro musical. Yo vengo del norte de Suecia y ahí asistí a una escuela de música. Fue cuando tenía quince años que me mudé a la Academia de Música de Estocolmo. Era bastante joven cuando sucedió este cambio y fue una vida un poco difícil.
• Para complementar tu educación viajaste a Alemania y tuviste como maestro al clarinetista alemán Hans Deinzer. ¿Cómo fue esa nueva experiencia?
El encuentro con Hans Deinzer en Hannover fue de mucha importancia para mí. Fue un gran maestro, y me condujo de una manera muy profunda al repertorio principal del clarinete. Nunca había experimentado ese grado de compromiso con una obra, con cada obra.
• ¿Podrías decir que Deinzer fue una gran influencia en tu persona?
Él era un maestro de alto nivel. Tenía muy claro los conceptos sobre música y sonido, y en eso nos concentramos. Y como influencia, no dudo en decir que sí, él ha sido una invalorable influencia que me cambió la vida. Hasta el día de hoy mantenemos contacto.
• Durante este caminar en la música, ¿destacaste entre tus compañeros clarinetistas desde niño, o fue al final de tu carrera cuando realizaste ese salto sobresaliente?
Como te mencionaba, cuando llegué a la escuela de música de Estocolmo fui bastante joven y egresé bastante joven - ingresé a los quince y a los dieciocho ya estaba afuera – y toqué mucho repertorio en este periodo. Cuando llegué a las manos de Deinze me desarrollé mucho pero desde otro punto de vista, ya que dedicábamos mucho tiempo para una obra. En dos años solo estudié los conciertos de Mozart, Weber, las sonatas de Brahms... no alcancé a ver todo el repertorio obligatorio. Por ejemplo, no estudié las conocidas obras de concurso francesas, ya que él no deseaba hacerlas. Fue un desarrollo muy profundo que tuve con Hans entre los años 1990 y 1992. Todo esto fue un salto muy importante, ya que aprendía a entender la música, la volví a descubrir. No creo que haya sobresalido antes entre mis compañeros.
• En esos primeros años de aprendizaje con el clarinete, ¿sentiste en algún momento que el clarinete no fue tu mejor opción?
Creo que mucha gente duda en ciertos momentos sobre lo que hace. Mi momento de gran duda se dio cuando empecé a estudiar con Hans. Sentí que tenía muchos problemas y dudaba mucho. Temía tocar en conciertos y pensaba que a lo mejor debería hacer algo más. No estaba seguro de que todo esto era para mí pero, una vez más, Hans me convenció que debería apostar por la carrera de solista. Él me inspiró una gran seguridad, lo cual fue muy importante.
• Sabemos que tienes una agenda bastante ocupada y que tu experiencia en el escenario es muy amplia. Aun así, ¿sientes muchos nervios antes de enfrentar al público?
Bueno, siento varios tipos de nerviosismo. Por ejemplo, hace dos días me presenté aquí en Estocolmo con la Orquesta Sinfónica de la Radio Sueca, lo que fue una noche importante y bonita. El precedente es que no he tocado hace ya mucho tiempo en mi país y, en especial, en Estocolmo. Sentí este nerviosismo de “regresar a casa”, muy contento, pero nervioso. Por otro lado, cuando me presento fuera de mi país, me siento mucho más relajado, ya que este es mi trabajo, mi vida. Cada semana me presento en un lugar diferente y en esta situación siempre me siento tranquilo. Pero debo decirte que me siento igual de nervioso con cada pieza que interpreto. No me sucede que, ya que he tocado el Concierto para clarinete de Mozart varias veces, me siento sereno en cada interpretación de dicha obra. Siempre me siento entusiasmado y positivamente nervioso, ya que esto lo necesito como motivación para prepararme y ofrecer lo mejor de mí, siempre.
• Y cuando sientes este nerviosismo necesario que comentas, ¿cómo lo enfrentas?
Lo que hago es previo: me preparo mucho. Cuando has tocado una obra de concierto tantas veces, es normal que domines la pieza y, si deseas, la puedes revisar un día antes del concierto. Yo no procedo de esa manera. Yo me preparo mucho más que eso. Si voy a tocar el Concierto para clarinete de Mozart, lo practico mucho, incluso a sabiendas que la obra la puedo tocar sin mucha necesidad de práctica, pero me gusta siempre prepararme bien, ya que si quiero mantener el nivel que deseo, debo estar bien preparado. También imagino durante mi práctica que estoy ya al frente de la orquesta, del público, y de alguna manera puedo experimentar ese sentimiento de nervio escénico, y así practico el dominio de mis nervios en el escenario, reforzado con mi preparación.
• Ya que mencionas la práctica en el clarinete, ¿cuál es tu proceso al abordar una obra por primera vez?, ¿sigues algún tipo de rutina o sistema?
En el caso de la música contemporánea el proceso es complejo. Esta música es difícil y siempre me siento como un novato ante una partitura nueva. Muy a menudo no comprendo a una primera vista lo que encierra el papel. Creo que no tengo una manera fija de actuar, pero lo que sí hago es estructurarla en partes para estudiarla, "de esta página a esta página voy a estudiar hoy, luego este movimiento mañana", etc. Intento también tener una visión clara de la obra en conjunto y no solo desde el punto de vista musical sino también de organización: debo aprender a calcular el tiempo que una obra nueva me va a demandar, ya que la planificación de mi tiempo es muy importante. Realizo un poco más de cien conciertos al año y esta agenda incluye mucha música nueva, por ejemplo, en setiembre estreno un nuevo concierto para clarinete de Sven-David Sandström, la semana pasada estrené un trío y en Praga acabo de estrenar una obra. Las obras nuevas siempre me toman mucho tiempo de estudio y por eso debo planificarlas bien, ya que el tiempo es aún un asunto difícil para mí (¡nunca dejo de aprender cómo dosificar mi tiempo!).
• En este proceso de estudio, digamos para el Concierto para clarinete de Mozart, ¿cómo tomas las respectivas decisiones interpretativas?
La manera cómo interpreto, cómo veo la música y mi lenguaje es convincente. Al estudiar una obra siempre tengo una idea sobre ella, de lo que quiero hacer. Para esto vivo, esto es mi gran inspiración, no soy el tipo de persona que interpreta una obra hoy y la toca igual el día de mañana. Me gusta indagar más y más en cada obra, descubrir la música, las intenciones del compositor. Esto me inspira mucho y es la dirección que he tomado. Si se trata de un compositor actual, trato de trabajar directamente con él y de entenderlo, y con esto debo decirte que soy muy selectivo en lo que toco.
• Me imagino que debes recibir muchas obras nuevas.
Sí, y no quiero tocar obras que no entienda o que no me provocan mayores sentimientos. Si la obra no captura mi espíritu, estoy seguro que no la tocaré. Esto lo trato de evitar en lo posible.
• Tu carrera artística se hace muy distintiva por el uso que haces de coreografía, pantomima y luces. ¿Cómo integraste este recurso corporal? ¿Por una búsqueda propia o porque la obra así lo requería, como el concierto de Anders Hillborg?
En realidad esto también viene de Hans Deinzer, ya que él me mostró algunas obras que requerían movimiento, piezas que él mismo ha interpretado que así lo requerían, como Domains de P. Boulez, y Harlekin de K. Stockhausen que incluyen movimientos. Tenía amigos compositores que querían escribir con esta receta y así realicé dos piezas de esta naturaleza para clarinete solo. En una de ellas interpreto a una marioneta y salgo al escenario con cuerdas que están atadas a diferentes partes de mi cuerpo. Luego de esta experiencia, conocí al compositor Anders Hillborg y decidimos profundizar en esta nueva dirección. Así nació todo un concierto para clarinete con coreografía. Fue una maravillosa experiencia trabajar con artistas de otras áreas, como coreógrafos y diseñadores de luces. Aprendí mucho de todo esto y sentí que estaba creciendo como músico.
• Como instrumentista, tienes un repertorio bastante amplio que abarca prácticamente todo el historial del clarinete. Dime, ¿qué disfrutas más tocar, obras clásicas, románticas o contemporáneas?
En realidad me gusta mucho la variedad, un poco de todo. Es por eso que cada año trato de mantener tres espacios: en cada temporada estreno uno o dos conciertos nuevos que comisiono – no más – luego mantengo el repertorio tradicional del clarinete y también realizo un proyecto especial. Este año realizo mi proyecto Voices and Winds, que es una presentación de la música de Schumann y Messiaen junto con obras menos conocidas, todo esto con coreografía y juego de luces. Otro proyecto que presentaré otra vez es Beyond All Clarinet History (BACH), en donde interpreto arreglos especiales de la música de Bach con sabor a jazz, todo para clarinete solo. ¡Todo esto me inspira y me gusta por igual!
• ¿Tienes alguna predilección por el jazz, ahora que lo mencionas?
Bueno, me gusta mucho y lo estoy aprendiendo. Toco cosas como el Concierto para clarinete de Artie Shaw, pero por lo demás soy cuidadoso con lo que toco. ¡Sé que existen muchos músicos que pueden tocar jazz mucho mejor que yo!
• Esta pregunta es bastante clarinetística: ¿Cuál es tu opinión sobre los materiales que usamos, llámese boquillas, abrazaderas, cañas?
Soy consciente que las cosas están cambiando, pero cuando uno está involucrado en tantos conciertos, no queda mucho tiempo para preocuparse tanto por esto. Al final, todo cambia tan rápido. Yo llevo conmigo unas doce cañas que considero eficientes y cuando viajo de un país a otro algunas de ellas funcionan mejor que las otras, por eso tengo varias de ellas.
• Las cañas siempre son un tema importante para los clarinetistas. Dime, ¿trabajas en tus cañas?, ¿cuánto te puede durar una de ellas?
Sí, las retoco, especialmente cuando siento que empiezan a cambiar. Por ejemplo, cuando viajé de Canadá a Nueva Zelandia - hace dos semanas - todas mis cañas se endurecieron, quizás porque en Nueva Zelandia estaba en altura, no lo sé, pero todas se sentían muy duras. Cuando esto sucede, lo que hago es sacar mi pequeño cuchillo y las trabajo un poco. Pero en general no las retoco mucho, las dejo libres para que respondan mejor y para esto las debo elegir muy bien. Eso sí, evito tocar con una sola caña todo el tiempo. ¿Y cuánto me duran? Te diría que dos semanas como promedio.
• Y tus clarinetes son Buffet Crampon.
Mi clarinete en la es Chadash, hecho a mano; mi clarinete en sib es Buffet, modelo Tosca, y mi clarinete de basseto es un viejo buffet que compré en el año 1992.
• Escuchando tus grabaciones es fácil darse cuenta del gran control técnico que tienes con el clarinete. Para Martin Fröst, ¿qué es técnica y cómo la desarrollaste?
La manera como he desarrollado mi manera de tocar viene de mi actitud de no comparar nada con nadie. Últimamente no escucho mucha música con clarinete, pero sí otra música que disfruto bastante. No comparo instrumentistas. Sobre la técnica, creo que debes desarrollar los aspectos en los que sabes que eres bueno, esas áreas en las que puedes decir “con esto me puedo expresar muy bien”, incluso sin considerar lo que la gente diga: si sabes que tienes algo especial, desarróllalo. Esto es tan importante como el desarrollo de las áreas en la que no eres tan bueno, como tu staccato, tu sonido, lo que sea. Esto es importante. Pero insisto que es de mucha importancia desarrollar tus áreas buenas. “Esta es mi onda, este soy yo”. Por ejemplo, a mí me gusta mucha música diferente porque siento una buena conexión con ella, y esta es mi misión. Claro que también conozco mis limitaciones. Todo esto es vital, sobre todo hoy en día, ya que, si estás bien desarrollado y preparado vas a inspirar a compositores, lo cual es muy positivo. No quiero tocar música compleja horrible que no tiene significado alguno para mí. Yo quiero provocar algo nuevo, importante, hermoso y con un fuerte mensaje. Esto, una vez más, me motiva como músico. Yo tengo la fortuna de mantener una saludable relación con varios compositores.
• El último concierto que estrenaste fue el escrito por el compositor finlandés Kalevi Aho, con quien trabajaste directamente. ¿Cuáles son tus sentimientos con esta obra?
Me gusta mucho y la acabamos de grabar. Saldrá pronto al mercado junto con el Concierto para clarinete de Carl Nielsen. En este proceso de grabar la obra, la he disfrutado aún más. Me encanta la belleza que esta obra ofrece.
• La crítica fue bastante opuesta con relación a este nuevo concierto.
Creo que muchos críticos y músicos consideran a Aho como un compositor convencional. Él viene de una generación ya “vieja" y tiene, sin duda, mucha conexión con el pasado, pero también se dirige al futuro. Personalmente, esa influencia que tiene del pasado me agrada, por eso lo escogí para que creara un nuevo concierto para mí. A veces cuando recibo obras de compositores jóvenes, estas carecen de esencia, de carácter. En este caso, creo que obtuve una buena obra, y siempre me gustó su música. Me siento contento de tener este nuevo concierto.
• En una reciente entrevista con la BBC comentabas que la obra te demandó mucha exploración en el clarinete, especialmente en los trémolos que Aho te pide.
Bueno, sí, y esto es parte de la obra, el reto interpretativo. El movimiento final requiere muchos multifónicos y no recuerdo qué tan bien salió durante el estreno, pero en la grabación que acabo de realizar uno puede escuchar qué especiales son, es como el canto de una ballena.
• La versión en vivo es bastante impresionante.
Y aún sigo creciendo en esta obra, ya que al comienzo - era en su mayoría - intocable para mí, muy difícil. Pero creo que en el estreno se escuchó casi todo como debería ser. En la grabación de estudio es diferente, ya que si en algún pasaje no estoy conforme con la música, lo puedo volver a hacer.
• Quizás ahora sea un buen momento para hablar de tus grabaciones. Dime, ¿te sientes satisfecho con ellas?
Bueno (se ríe...), nunca estoy satisfecho con mis propias grabaciones, por varias razones. Con algunas de ellas me siento contento, pero a menudo no lo estoy. Lo que me pasa es que las escucho la primera vez, y luego las olvido por un tiempo, hasta que las vuelvo a escuchar y me doy cuenta que no son en realidad lo que quería. Y como te decía, esto tiene que ver con otras razones.
• Deduzco que una de esas razones debe ser el tiempo, o mejor dicho la falta del mismo.
Sí, el tiempo es una de ellas. En una sesión de grabación tienes muy poco tiempo. Acabo de grabar los dos Conciertos para clarinete de C.M.von Weber junto con el Concertino y el Quinteto en versión con orquesta de cámara, grabaciones que serán lanzadas ahora en octubre, y esto es casi setenta minutos de repertorio. Para la grabación simplemente pasas una vez sobre ellas y listo. El resultado me parece bueno igual, y si hay algo positivo que me gusta de mis grabaciones es que trato de tocar y dejar plasmada la música como lo haría en vivo. No voy a lo seguro, sino que me arriesgo en mi interpretación, en otras palabras, no toco para la empresa discográfica sino para mi audiencia. Esto siempre lo tengo presente.
• Es una lástima que a veces no cuentes con el tiempo suficiente para recrear en una grabación algo que realmente quieres.
Tienes razón, pero eso escapa de mis manos. Las compañías discográficas te exigen un determinado repertorio en un determinado tiempo. Pero lo que ayuda es que organizan conciertos con el repertorio a grabarse con anticipación a la producción, de esta manera, la obra se prepara bien. Luego se ensaya un poco en el estudio y después, a grabar.
• Me acabas de mencionar que grabaste los conciertos de Weber en poco tiempo, por lo que puedo pensar que existe muy poco trabajo de edición en tus grabaciones. ¿Es así, o por el contrario, trabajas mucho en post-grabación en tus discos?
En el repertorio regular de clarinete siempre grabo en tomas grandes, siempre. Con la música contemporánea es diferente, ya que puedo hacer más cortes porque la música así lo permite. Depende de la música que vas a grabar. Por ejemplo, en la grabación del Concierto para clarinete de Mozart existen muy pocos cortes o trabajo de edición. Mi preferencia es hacer tomas sin cortes, ya que yo puedo escuchar un corte en una grabación fácilmente, y quiero evitar esto.
• ¿Y cuál es tu opinión sobre este método común que se usa hoy en día, el de hacer varios cortes durante una grabación?
El problema surge para mí cuando cortas una frase. En la grabación de los conciertos de Weber escuché las primeras horas de trabajo y no me sentí contento con ellas, y era porque la manera cómo tocaba no sonaba natural. Descubrí que se debía a la unión de dos tomas y, aunque uno no podía escuchar el corte en sí, era notoria esta manipulación en la obra. La música, mi interpretación, no era natural y comprensible en relación con lo que realmente toqué. Tuve que mencionar esto ya que para mí, ese corte en particular destruía la obra en ese pasaje en especial.
• Tu discografía es bastante amplia e interesante. ¿Me podrías decir si tienes alguna grabación propia favorita?
(Titubea por un tiempo) No, ninguna en particular. Soy muy crítico conmigo mismo. Verás, a veces estoy satisfecho con mi interpretación, pero no con la orquesta, y otras veces es al revés. Eso sí, estoy muy contento con algunas obras grabadas, como la mayoría de obras que grabé en el disco de Schumann. Las Romanzas me agradan mucho. Pero en las obras donde uno debe ser muy exigente en la música, bueno, ¡soy muy crítico! También me influye mucho el sonido que el estudio al final produce, y esto a veces me impide en sí disfrutar mi grabación, porque ha pasado que el sonido en sí ya no me gusta.
• Una curiosidad, ¿puedes comentarme por qué decidiste grabar el Quinteto para clarinete Kv581 de Mozart con el clarinete en la y no con tu clarinete di bassetto?
Bueno, esto viene de mi propia idea, y es la siguiente: el clarinetista que trabajó con Mozart, Anton Stadler, estuvo de alguna manera involucrado con la experimentación en el clarinete, en cuanto a su construcción se refiere. El Quinteto para clarinete fue escrito antes que el Concierto, y como sabemos, Mozart empezó a escribir su concierto en la tonalidad de sol mayor, pero luego cambió su composición a la mayor, como ahora la conocemos. ¿Por qué? Lo que yo pienso es que Stadler le mostró a Mozart su nuevo instrumento, su clarinete di basseto, cuando él se encontraba concibiendo y escribiendo el concierto, y por esta razón Mozart cambió la tonalidad de su obra para adaptarla al nuevo instrumento que estaba afinado en la. Creo, entonces, que el clarinete di basseto no existía aún cuando Mozart escribió el Quinteto, o por lo menos Stadler no lo tenía todavía. Por eso decidí grabar esta obra con mi clarinete en la.
• Lo que me comentas tiene mucho sentido
Creo que sí, y si miras bien la partitura del Concierto para clarinete de Mozart, es muy obvio que fue escrito para un clarinete di basseto, pero no sucede así con el Quinteto. Existen pequeñas partes que puedes tocar con este instrumento, pero no se compara con el Concierto, en donde se encuentran varios pasajes donde se puede desplazar y lucir este instrumento. Claro, todo esto que te cuento es muy personal, conozco a muchos instrumentistas que han grabado el Quinteto con un clarinete di basseto, pero para mí el uso de un clarinete en la es más apropiado.
• Durante tu exitosa carrera, ¿qué consejo ha sido el que más te ha servido en tu vida como solista?
He tenido varios, y creo que los mejores han venido de Hans. Por ejemplo, él me presentó el clarinete di basseto, y también me aconsejó participar en un concurso internacional. Fue así que, animado por él, tomé parte del Concurso Internacional de Ginebra, el cual gané. Musicalmente, siempre me decía que debo ser muy leal a la música, y estudiar cuidadosamente las partituras. En Suecia también vi mucha música, repertorio francés, romántico, todo; pero la manera cómo abordamos la música en mi país es más sencilla.
• Me puedes compartir algo, ¿existe algún clarinetista actual que admires?
Existen muchos buenos clarinetistas que son excelentes de manera distinta. Pero debo mencionar primero a mi colega de Finlandia Kari Kriikku, ya que ha hecho muchas cosas interesantes para el clarinete moderno como, por ejemplo, motivar el nacimiento de conciertos para clarinete por Hakola y Lindberg. Él ha desarrollado la música finlandesa y ha sido siempre ambicioso en comisionar obras de sus compatriotas, y Finlandia tiene excelentes compositores. Su labor ha sido y es muy importante. Por contraste, admiro a Benny Goodman, no solo por sus dotes musicales sino también por su labor en el encargo de obras tan importantes, como los conciertos de Hindemith y Copland, la música de cámara de Bartok, etc. Incluso si escuchas la grabación que Bartok y Goodman realizaron, no está nada mal: una grabación histórica donde no hay cortes, ninguno. Y no te puedo dejar de mencionar lo importante que ha sido Hans Deinzer, a quien considero como el mejor músico.
• Comentabas un poco sobre la vida musical en Finlandia, pero ¿qué me puedes decir sobre Suecia? ¿Cómo ves la vida musical en tu país? ¿Crees que eres producto de tu medio ambiente, o quizás una excepción?
Diría que musicalmente Suecia ha sido bastante buena debido a las escuelas, en donde la música está bien considerada. Antes, todos empezábamos a estudiar música en el colegio, ya que era parte de tu agenda el estudiarla. El sistema funcionó muy bien, pero hoy en día esto se está reduciendo mucho por razones económicas. Yo fui parte de este programa. No me considero una excepción, ya que cuando viajé a Estocolmo para seguir estudiando, entré en una buena clase en donde tenía colegas muy buenos musicalmente. El nivel era alto.
• Martin Fröst tiene una agenda muy ocupada y una vida dedicada a la música. Cuéntame, ¿cómo afecta todo esto tu vida privada y familiar?
Bueno, te cuento que me acabo de comprometer y mi primer bebé está en camino. Lo que voy a hacer es actuar de manera más selectiva, y debo programarme a largo plazo. El siguiente verano voy a estar desocupado - quiero estar desocupado - y por eso voy a tocar menos. Para no extrañar a mi novia, he viajado mucho con ella en mis giras.
• Cada músico ofrece varios conciertos y muchos de ellos los recordamos con mucho cariño, por distintas razones. ¿Recuerdas algún concierto en especial?
Muchos, pero debo mencionarte los primeros conciertos que realicé, en donde integré luces y coreografía y que fueron un gran éxito. Este año, tocar el Concierto para clarinete de Mozart en el Concertgebouw de Amsterdam fue maravilloso. Tiene mucho que ver con el sentimiento de la presentación. No sé si he tocado el mejor concierto, pero sí me sentí muy feliz esa noche, esa es la memoria que guardo, ese sentimiento de alegría. A veces, la gente me menciona que toqué excelente, pero en realidad yo considero una mejor presentación el concierto que tuve semanas atrás, ya que me sentí muy bien, tranquilo, tuve una excelente colaboración con la orquesta y me trataron bien. Esto es lo que yo llamo una “buena noche”, incluso si no tocas perfecto.
• Con tantos viajes al exterior, debes haber vivido aventuras interesantes. ¿Alguna anécdota que me puedas contar, algo que sucedió en una de tus presentaciones?
Déjame recordar... sí, me sucedió algo un poco peligroso. Me iba a presentar con una orquesta, como primer clarinetista. Íbamos a interpretar la Sinfonía n°2 de Penderecki y yo estaba jugando con unos amigos detrás de escena y me sentía muy, muy tranquilo. Este concierto se realizó en una inmensa catedral en ruinas, muy antigua. Las escaleras metálicas que tenían para llegar al escenario no eran muy buenas que digamos. Cuando subía por esas escaleras, uno de mis zapatos quedó atrapado entre ellas y esto camino a tomar mi puesto en la orquesta. Caí sobre mis dos clarinetes y mis manos estaban sangrando y una parte de mi pantalón se rompió hasta la rodilla. Mis rodillas también estaban sangrando. El público se alarmó al instante. Cuando me levanté, no sabía si mis clarinetes aún iban a funcionar y justo esa obra empezaba con una cadencia para clarinete. Para mi suerte, los dos clarinetes estaban en buen estado. Al final, toqué en dicha velada y tuve que estar muy concentrado para no pensar en el accidente que había sufrido. Luego de esa noche, siempre subo esa escalera con sumo cuidado, ¡y todas las escaleras!
• Como exitoso solista que eres hoy en día, ¿cuál consideras que debe ser la visión y la formación de los estudiantes de música actualmente, en un mundo donde cada día las opciones de ser músico de orquesta son menos probables?
Primero, hay que ser conscientes que para dominar el clarinete toma mucho, mucho trabajo. Debes invertir en lo que llamo “trabajo normal” que es la práctica diaria, trabajar en tu técnica, sonido. Creo que un estudiante debe involucrarse en el lenguaje musical lo más pronto posible, porque al final, uno empieza a tocar porque le gusta la música, porque siente pasión por ella y no por el tecnicismo del instrumento. Si un estudiante quiere o tiene la meta de formar parte de una orquesta, algo diferente de lo que yo hago, entonces debe concentrarse en lo que este trabajo le va a demandar.
• Si pudieras dar un consejo a los estudiantes que van a leer esta entrevista, ¿cuál sería?
Déjame pensar...debes ser muy consciente de lo que practicas y entregarte a ello, cada vez más y más profundo, hasta llegar a la esencia de tu pasión por la música, por lo que tú sientes por ella. La música debe ser tu prioridad. Luego la concentración - que es la manera cómo vas a expresarte –, un buen sonido, una buena afinación, etc. Y ser creativos.
• Antes de despedirme, te tengo que preguntar algo, ¿sabes que estás considerado un sex symbol del clarinete, por muchas clarinetistas?
¿Quién, yo? (se ríe por largo tiempo), ¡Nooo, no lo sabía! Qué puedo decir... no está mal, ¿no crees?
• ¿Tiene Martin Fröst algún sueño?
Creo que muchos de ellos los estoy viviendo. Un sueño que aún persigo es encontrar un balance entre lo que hago y mi vida personal, como ya lo conversamos. También espero nunca perder esa inspiración que tengo por la música, ese hermoso sentimiento de perderme en ella, de buscar, de innovar. Quiero mantenerme curioso. A veces, cuando tocas algo una, otra y otra vez, puedes caer en la monotonía, en la rutina. Esto me asusta. Yo sueño con encontrar en cada concierto esos momentos mágicos que me dan más ganas de vivir.
28 de mayo de 2012
Marco Mazzini los invita al II Congreso Latinoamericano de Clarinetistas Lima 2012
Posted on 9:43 p. m.by Unknown
22 de mayo de 2012
El swing despide a su último prodigio: Artie Shaw
Posted on 7:16 a. m.by Unknown
Artie Shaw descansa. Luego de una larga vida llena de éxitos, este extraordinario clarinetista nos deja. Shaw se distinguió en el ambiente jazzístico desde un comienzo por su música energética y su sinceridad. " Yo hago música, Goodman tocaba el clarinete. El tipo solo le gustaba hablar del bendito instrumento". Su concierto para clarinete es quizás la obra que más reconocemos de él. Clariperu les ofrece un pequeño texto sobre la vida de este músico, que falleció el 30 de diciembre del 2004 en su hogar, a la edad de 94 por causas naturales.
Shaw era el último sobreviviente de la era del band leader swing y compartió décadas con sus contemporáneos Glenn Miller, Tommy Dorsey, Count Basie, Duke Ellington y Benny Goodman.
Arthur Jacob Arshawsky nació el 23 de mayo de 1910, en el lado este bajo de New York y fue hijo único de padres judíos emigrantes. Cuando cumplió siete años, su familia se mudó a New Haven, Connecticut donde, a la edad de catorce años, empezó a tocar el saxo alto y luego el clarinete. Dos años más tarde se mudaría a Cleveland, donde pronto obtuvo buena reputación como director y arreglista de la orquesta que dirigiera el violinista Austin Wylie.
Un ávido lector y escritor, Shaw ganó un concurso de literatura a los diecisiete años, premio que lo llevó a Los Ángeles en 1928. Fue ahí donde volvió a encontrar a músicos que había conocido en New Halen, los cuales estaban trabajando bajo la dirección del director Irving Aaronson, responsable de una banda de jazz.
Artie Shaw tuvo una gira en Chicago con la banda de Irving Aaronson tocando el saxofón y, durante su estadía, tuvo varias sesiones de jazz con músicos locales. Fue en este periodo que descubriría la música de Stravinsky, Debussy y otros compositores académicos modernos. Estas influencias marcaron mucho su desarrollo musical.
Cuando la banda de Aaronson llegó a New York, Shaw decidió quedarse en esa ciudad y en poco más de un año - con veintiún años - se convirtió en uno de los mejores saxofonistas y clarinetistas de la escena musical, tanto en radios como en sesiones de grabaciones. Solía ir a Harlem para participar en las jam sessions, y trabajó mucho bajo al tutela del pianista Willie "The Lion'' Smith.
Durante su carrera, Shaw se retiró en varias ocasiones, desilusionado por el ambiente del espectáculo. Su primer retiro sucedió en 1934, cuando decidió dedicarse a su perfeccionamiento literario. Se mudó a Pennsylvania donde compró una casa para enfocarse en nuevo propósito. Regresaría a la música unos meses más tarde.
Shaw regresó a New York en 1934 y dos años más tarde, formó su primera banda en ocasión de un concierto en el Teatro Imperial de Broadway. La banda tenía una formación bastante inusual que consistía en un cuarteto de cuerdas, tres instrumentos rítmicos y Shaw en el clarinete. La pieza que compuso para la velada, titulada Interludio en sib, causó una gran sensación.
El grupo creció y Shaw firmó un contrato de grabación con Brunswick y dirigió una banda en el Hotel Lexington. El grupo se extendió con la adición de dos trompetas, un trombón, un saxofón y voz; aún así, el Nuevo Diccionario de Jazz New Grove menciona: "pero el público se mantuvo indiferente al inusual estilo e instrumentación del grupo, y Artie Shaw se vio forzado a disolver la banda en marzo de 1937".
La prensa siempre estuvo al tanto de su vida personal: su matrimonio con las actrices Ava Gardner y Lana Turner - dos de sus ocho esposas - fueron la comidilla de columnistas de Hollywood.
Luego de unos meses, Shaw regresó a la escena musical con la Artie Shaw Orchestra, que incluía entre sus miembros a Billy Holiday (por ocho meses), Leo Watson, y un joven baterista llamado Buddy Rich. La grabación de "Begin the Beguine", arreglo de Jerry Gray, vendió más de un millón de copias y por primera vez, la banda obtuvo una ganancia significativa. "De la noche a la mañana pasamos de perder $500 por semana a ganar $30,000 por semana, neto" dijo Shaw en una entrevista a Newsweek en 1999.
Shaw formó varios ensambles y grabó muchos discos. Durante la Segunda Guerra Mundial integró la marina, donde formó parte de la banda oficial, la cual ofrecía hasta cuatro conciertos por día. Luego de la guerra, Shaw formó más grupos por donde desfilaron nombres como Roy Eldridge, Dodo Marmarosa y Barney Kessel. En la siguiente década se presentó en el Carnegie Hall de New York y luego de grabar entre febrero y marzo de 1954 con el Gramercy Five - el cual formó en octubre de1953 - Shaw guardó el clarinete para siempre a los cuarenta y cuatro años. En 1952 publicó su libro "The problem with Cinderella - and outline of identity", una autobiografía donde se revela sus dotes como escritor.
El Diario Médico Británico, en un esfuerzo por descubrir el secreto de su exitoso envejecimiento, le pidió a Artie Shaw que escribiera un breve mensaje sobre la vida:
"Creo que puede ser resumida de esta manera: trata de dejar las cosas un poco mejor de como las encontraste. Noten las palabras 'un poco mejor' - cualquiera que pretenda hacer diferencias mayores corre el riesgo de convertirse en un Hitler, un Stalin, un Milosovic. Como William Blake lo dijera 200 años atrás...si deseas hacer algo bueno, asegúrate de hacerlo en pequeñas partículas"
Escucha a Artie Shaw interpretar su éxito Begin the Beguine.
21 de mayo de 2012
Inscripción gratuita al II Congreso Latinoamericano de Clarinetistas Lima 2012
Posted on 7:01 p. m.by Unknown
Clariperu sigue alistando el grandioso II Congreso Latinoamericano de Clarinetistas - que tendrá más de 30 clarinetistas participantes, además de estudiantes de varios países de Latinoamérica que han decidido acompañarnos en esta gran fiesta del clarinete en Lima.
El Congreso ofrecerá charlas, presentación de libros, discos, clases maestras, recitales, el II Concurso Latinoamericano para clarinete, el I Concurso Latinoamericano de Clarinete bajo,conciertos de gala y nuestros originales eventos especiales - este año tendremos el "escenario abierto", una idea que busca la integración entre los asistentes extranjeros (pronto más detalles). El concurso "La mejor caña del Congreso", "El Congreso en tu USB" y el ya famoso "Claripisco" no faltarán.
Todo el Congreso es gratuito, y les pedimos a todos los clarinetistas de nuestra comunidad que se inscriban gratuitamente a través del siguiente formulario electrónico para poder organizarnos de la mejor manera.
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14 de mayo de 2012
Entrevista al clarinetista Mariano Frogioni. CLARIPERU
Posted on 6:49 p. m.by Unknown
Mariano Frogioni es una autoridad musical en Argentina. Muchos grandes intérpretes de Latino América han sido alumnos de este ilustre instrumentista. Como miembro del Quinteto de Vientos del Mozarteum realizó una serie de giras por Europa y Sudamérica. A través de la presente entrevista podrás conocer mejor a este destacado músico.
Esta interesante entrevista fue realizada por Luis Rossi, y ha sido enviada por el autor como contribución a Clariperu.
* Profesor Frogioni, cuéntenos un poco acerca de usted.
Nací en Recanati, un pueblo en la región de Marches en la costa Adriática, que fue también el lugar de nacimiento del tenor Beniamino Gigli. Cuando yo tenía cinco años mi familia emigró a Argentina, y así comencé mi estudios escolares en Buenos Aires. Estando en gira con el Quinteto de Viento Mozarteum, pude visitar a mis parientes italianos en mi pueblo de origen. Fue una experiencia inolvidable; reconocí mi primer hogar e incluso la puerta de la casa de mi abuela.
* ¿Se considera italiano?
¡A pesar de mi cariño por Italia, yo me siento totalmente Argentino!
* ¿Cómo llegó a ser clarinetista?
Comencé a tocar el clarinete cuando tenía once años. Mi padre, como muchos italianos, era un adicto a la ópera. Junto a él disfruté de innumerables transmisiones radiales de ópera, y así comencé a expresar mi deseo de aprender música. Mi padre no necesitó de mucha insistencia y una noche se apareció con un clarinete de trece llaves que venía en un estuche del terciopelo. Aunque la elección del instrumento fue suya, nunca se me hubiese ocurrido cuestionarla, quizás esto sea algo típico de mi generación. ¡Sencillamente, el clarinete era perfecto para mí!
Claro que no tenía ni la menor idea de lo que sería mi vida como músico; pensándolo bien, creo que Dios inspiró a mi padre. Por otro lado, nunca olvidaré a mi primer maestro (curiosamente fui su primer y único estudiante). Su nombre era Francisco Azaritti y fue un muy buen maestro. Analizándolo en retrospectiva y con mayor conocimiento, era también un gran intérprete. Tocaba en una banda sinfónica, con una excelente técnica y el sonido al estilo italiano. Posteriormente, cuando ya trabajaba profesionalmente, estudié con el renombrado Roque Spatola, solista de clarinete de la Orquesta del Teatro de Colón de Buenos Aires. Eso fue muy enriquecedor porque, aparte de los usuales Caprichos de Cavallini, Marasco y Magnani, tuve la oportunidad de aprender los Estudios de JeanJean, obra que en ese tiempo era prácticamente desconocida en Argentina. Pero el legado más importante de Spatola fueron sus lecciones sobre la interpretación del repertorio orquestal, tanto en ópera como en música sinfónica. ¡Durante mi carrera con la Sinfónica Nacional, puse a menudo en práctica sus consejos!
* Cuando usted comenzaba su carrera, Roque Spatola era reconocido como el mejor clarinetista en Argentina.
Sí, es cierto. De hecho, Pamela Weston incluyó a Spatola en su último libro sobre virtuosos clarinetistas del pasado. Otro clarinetistas sobresalientes fueron Filotette Martorella, Luis Carbone y Victorino Sierra, todos virtuosos, gracias a nuestros maestros italianos.
Recuerdo que éramos muy diestros tocando a primera vista y principalmente en transponer las partes escritas para clarinete en La. En esa época se usaba el clarinete en si bemol modelo full Boehm, cuyo teclado más complejo permitía llegar hasta el mi bemol grave. ¡Y la moda era tocar todo traspuesto, sin usar el clarinete en la! Recuerdo una vez cuando practicaba detrás del escenario: el programa incluía la Quinta Sinfonía de Tchaikovsky y el director era Eduard Van Beinum, del Concertgebouw. Se acercó a charlar conmigo y le mencioné que tocábamos todo con el clarinete en sib. Preguntó: ¿Significa que ustedes están transponiendo? Realmente estaba asombrado (¡e impresionado!).
Aún hoy en día no comprendo, ni siquiera cuando lo veo en perspectiva: ¿Cómo pudimos hacer algo así?. Sin embargo, nos parecía natural en esos días. Creo que con los años, al madurar, fuimos gradualmente concentrándonos en el refinamiento musical, el sonido y la expresión, dejando a un lado la preocupación por el virtuosismo.
* ¿Cómo llegó a ser tan conocido en Chile?
Al comienzo de los sesenta, como muchos otros colegas recibían contratos tentadores de otros países, yo dediqué un año enseñando y tocando música de cámara en el Conservatorio de la Universidad de Chile. Mi presentación en Santiago se realizó con el Concierto de Mozart, dirigido por el director alemán Teodor Fuchs y acompañado por la Sinfónica Nacional de Chile. Después de esa presentación fuí invitado a hacer la primera audición del Concierto de Copland. Fue un tremendo éxito y recibí críticas excelentes. Sin embargo, a pesar de todo decidí regresar a Buenos Aires y a mi posición orquestal en la Sinfónica Nacional. Conservo cariñosos recuerdos de Chile y de mis amigos chilenos.
* ¿Cuándo se integró a la Sinfónica Nacional de Buenos Aires?
En 1949, el año de su fundación. Al principio, fui segundo clarinete de un joven italiano que llegó a ser mundialmente famoso como fabricante de boquillas de cristal. Por supuesto, me refiero a Cosme Pomarico, quien regresó a Italia en 1958 para establecer su negocio. Con excepción de aquel año en Chile, trabajé en la Sinfónica hasta hasta mi jubilación en 1992. Tengo recuerdos maravillosos, acumulados durante cuarenta y dos años de trabajo junto a grandes directores como Kubelik, Kleiber, Celibidache, Markévitch, Doráti, Casals, Klecki, Kempe, Van Oterloo, Ansermet y Martinon. Varios renombrados compositores llegaron también a dirigir, entre ellos Stravinsky, Kachaturian, Villa-Lobos y Copland.
* ¿Recuerda especialmente a algún solista internacional?
Claro que sí, tocamos con Janigro, Casals, María Tipo, Francescatti, Brendel, Szerying, Backhaus, Rubinstein, Argerich, Gulda, Brailovsky y también Arrau. Recuerdo la presentación de Arrau tocando el Primer Concierto para Piano de Beethoven (con el hermoso diálogo entre piano y clarinete en el movimiento lento). La audiencia respondió con una ovación tremenda, por lo que Arrau fue obligado a volver una y otra vez al escenario. ¡Ante mi asombro, Arrau se acercó, y tomándome de la mano me llevó adelante para compartir el aplauso! Además tuve varias presentaciones como solista y especialmente recuerdo aquellas donde interpreté los conciertos de Nielsen y Hindemith.
* ¿Nos podría hablar sobre las instituciones musicales de Argentina?
El Mozarteum Argentino y la Sociedad Wagneriana organizan las temporadas de conciertos con solistas internacionales y orquestas sinfónicas o de cámara provenientes de Europa y los Estados Unidos. El Teatro Colón ofrece también conciertos y temporadas de ballet con la Filarmónica de Buenos Aires, pero su función específica es la temporada internacional de ópera, que se lleva a cabo con una segunda orquesta completa llamada Orquesta Estable del Teatro Colón.
El Colón patrocina también a la Orquesta Académica, un programa de orquesta juvenil en desarrollo. Luego tenemos la Sinfónica Nacional -donde yo toqué- patrocinada por el Ministerio de Educación. No lejos de Buenos Aires, las ciudades de Avellaneda y La Plata tienen sus propios teatros donde ofrecen ópera y temporadas de conciertos. Muchas otras ciudades en Argentina, como Córdoba, Mendoza, San Juan, Rosario, Santa Fe, Bahía Blanca, Entre Ríos, Neuquén y Salta -en la frontera boliviana- cuentan con orquestas sinfónicas.
* ¿Cuántos años integró el Quinteto de Vientos del Mozarteum?
Fue fundado en 1963, originalmente como Quinteto de Vientos de la Sinfónica Nacional, y a poco andar se adoptó el nombre de Quinteto de Vientos del Mozarteum, llegando a ser mucho más prominente, con una agenda de conciertos, clases magistrales y viajes internacionales. Así llegamos a Bolivia, Colombia, Perú, México y Venezuela. Realizamos también conciertos en Europa y Estados Unidos (nuestro debut fue en Miami.) Recuerdo especialmente los conciertos en el Carnegie Hall y en la sala de la Orquesta de Chicago. El Quinteto, que recibió el Premio Konex en 1989, dejó también varias grabaciones.
* ¿Ha participado en Festivales Internacionales de Clarinete?
Sí, en 1988 fui invitado a participar en el Richmond ClarinetFest, con un programa dedicado a obras para clarinete y orquesta de compositores argentinos. Desgraciadamente durante el ensayo, ¡una tempestad inundó el vestíbulo y el concierto se canceló! El año siguiente volví al Festival Internacional de Clarinete en Minneapolis, donde interpreté las obras argentinas con la Orquesta Metropolitana de Minnesota.
* Y acerca de su actividad docente.
Amo la enseñanza y ella ha sido un intenso elemento a través de mi carrera. Comencé en la Universidad de Chile en Santiago, continuando luego en el Conservatorio Nacional de Buenos Aires y el Conservatorio de la Universidad de La Plata. Varios de mis estudiantes tocan en orquestas argentinas y del exterior.
* Entiendo que usted estrenó en Buenos Aires el Choro para el clarinete y orquesta de Camargo Guarnieri.
Sí, fue en 1961, con la Sinfónica Nacional conducida por Guillermo Espinoza, quien era en aquel tiempo del director de música de OEA. Esta excelente obra se ha interpretado también en Brasil y en los Estados Unidos, pero es muy poco tocada en la actualidad.
* ¿Y las obras de los compositores argentinos?
Yo estrené tres obras: Ofrenda sobre un Tema de Gabriel Fauré de Jorge Fontenla; Fases de Gerardo Gandini y el Divertimento para clarinete y orquesta de cámara de Osias Wilensky. Cuando participé en el ClarinetFest de Minneapolis, toqué el Divertimento de Wilensky y la Contemplación y Danza de Astor Piazzolla, una obra temprana que fue compuesta mientras estudiaba con Ginastera, es decir antes de establecer su famoso estilo de Tango. Estas obras son mencionadas por el clarinetista argentino Carlos Capra en su tesis doctoral La Música para Clarinete de Compositores Argentinos (Universidad de Texas, Austin 1999) y también por la clarinetista Diane Fukunaga en la tesis doctoral Música para Clarinete Solo de Compositores Contemporáneos Latinoamericanos (Universidad de Kansas, 1988).
* ¿Algún otro recuerdo de su experiencia como solista?
Puedo pensar en tres: primero, mi primera versión del Concierto para clarinete de Mozart en 1958 con la Orquesta de Radio Nacional LRA, conducida por Jean Fournet. Luego, una presentación con el primer Concierto para clarinete de Weber en 1962, con la misma orquesta y un joven director por entonces desconocido: Zubin Mehta. Finalmente, el mismo Weber con la Orquesta de los Amigos de la Música, conducida por Ferdinand Leitner. Posteriormente, el haber recibido el Premio Konex de 1999 al mejor intérprete de instrumentos de viento-madera en Argentina, fue un inesperado, emocionante reconocimiento.
* ¿Cuáles son sus obras favoritas en música de cámara?
Tengo varias, pero hay una que tocaría cada día: el Quinteto para clarinete op. 115 de Brahms. Además de su enorme contenido musical, está tan bien escrito para clarinete que todo suena bien; es un placer tocarlo. Además están los Contrastes de Bartók, obra que hice con el violinista Alberto Lysy y también con León Spierer, un argentino que desempeñó toda su carrera como Concertino de la Filarmónica de Berlín.
* Cuéntenos algo de sus viajes.
En 1975 mi esposa y yo nos embarcamos en un viaje a Europa. Ya que mezclaba el negocio con el placer -descansando pero también planificando comprar un clarinete nuevo en París- viajé con poco equipaje y sin mis instrumentos, ¡llevando sólo la boquilla! Nuestra primera parada fue Florencia, para visitar a Pomarico.
En esos días, Pomarico era el Solista de Clarinete de la Orquesta de Cámara de Florencia, pero su negocio de boquillas lo mantenía terriblemente ocupado. Estaba tan retrasado con los pedidos que me rogó que lo sustituya en un concierto que harían en Certaldo, un pequeño pueblo en las afueras de Florencia. Traté de rehusar la invitación, pero eventualmente me convenció: estaba familiarizado con el programa y me prestó sus instrumentos. De tal forma que, de pronto, me encontré sentado en el autobús de la orquesta, camino a Certaldo para tocar ese concierto; sin ensayo alguno y sintiendo una suerte de escepticismo por parte de los demás músicos. Para alivio de todos, toqué muy bien y recibí muchas felicitaciones.
* ¿Cómo definiría a la escuela argentina de clarinete?
¡Esa es una pregunta complicada! Pienso que, tanto en Argentina como en cualquier otro lugar, cada músico tiene sus propias y únicas cualidades. Pero tu pregunta va un poco más allá. En Buenos Aires, hay un grupo de jóvenes intérpretes - personalidades individuales aparte- que son de un nivel uniformemente alto. Además de haber asimilado la experiencia de mi generación, ellos tienen todos los recursos técnicos disponibles hoy en dia: instrumentos mejorados y un abanico surtido de boquillas y grabaciones de los mejores clarinetistas.
Comparándolos con aquellos que vienen del exterior, me siento muy feliz al comprobar que los nuestros han alcanzado un nivel internacional. Sin embargo, sus ambiciones son totalmente diferentes de las de mi generación: ellos conocen todo el repertorio, menosprecian las Bandas Sinfónicas (aunque muchos trabajan en ellas) y aspiran integrar orquestas sinfónicas y desarrollar carreras solísticas. Entre los más sobresalientes puedo nombrar a Mariano Rey, Guillermo Sánchez, Carlos Céspedes y Matías Tchicourel.
* ¿Qué ocupaciones tiene desde su jubilación?
Guío la sección de clarinetes de la Orquesta Académica, la orquesta juvenil del Teatro Colón. También enseño clarinete y música de cámara en la Universidad de Lanús, y doy frecuentes clases magistrales en conservatorios de diferentes ciudades de Argentina.
11 de mayo de 2012
MARCELO GONZÁLEZ, clarinete. "Acis"
Posted on 7:38 a. m.by Daniel Blech
ANTONIO ARAYA: "Acis" (1989) MARCELO GONZÁLEZ, clarinete.
Centro de Accion Social para la música, Caracas, 13 de Octubre de 2011.
Durante el IX Festival de Jóvenes clarinetistas de Venezuela.
Centro de Accion Social para la música, Caracas, 13 de Octubre de 2011.
Durante el IX Festival de Jóvenes clarinetistas de Venezuela.
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