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17 de marzo de 2021

17 de marzo de 1891: una fecha importante para el clarinete. CLARIPERU


Si repasamos la historia del clarinete a través de su repertorio, nos encontramos con solos, dúos, tríos y algunos conciertos creados al estilo de la época que buscaban destacar la belleza de este nuevo miembro de la orquesta. Carl Stamitz (8 de mayo de 1745 - 9 noviembre de 1801) compuso once conciertos para clarinete, obras que son frecuentemente interpretadas por aficionados y profesionales. Así como él, podemos mencionar a otros compositores como Johann Melchior Molter, Franz Pokorny, Johann Stamitz, W.A. Mozart que escribieron conciertos para el clarinete.

Pronto notamos que dentro estas obras, las sonatas para clarinete son realmente escasas. Una de las más tempranas es la compuesta en 1798 por el compositor francés François Devienne (31 de enero de 1759 – 5 septiembre de 1803) y luego vale la pena mencionar la sonata compuesta por Felix Mendelssohn en 1825, cuando el compositor solo tenía 15 años de edad. Durante un siglo se compusieron menos de diez sonatas para clarinete, desde la escrita por Devienne allá en 1798. Este desértico panorama cambia por completo luego que un compositor, en plena madurez, decide componer dos sonatas que son pilares en el repertorio internacional del clarinete y que, por sobre todo, inspiró a nuevos compositores a escribir obras para clarinete y piano en forma de sonata. El compositor al que nos referimos es Johannes Brahms y veremos por qué el 17 de marzo es una fecha importante para el clarinete.

Brahms es reconocido por sus monumentales sinfonías (escribió cuatro), sus conciertos y por su elaborada música de cámara. Un hombre que disfrutó de fama durante su vida y cuyas actividades musicales se dividían entre la composición, ofrecer conciertos y la dirección orquestal. Es a los 57 años de edad que el compositor alemán considera seriamente retirarse de la composición (le comenta a un amigo que quiere disfrutar de su vejez en paz). Pero el destino quiso que cambiara de opinión.

El 17 de marzo del año 1891, Brahms asiste  a un concierto especial que ofreció la prestigiosa orquesta de Meiningen (fundada en 1690 y vigente hasta el día de hoy), bajo la conducción del director Fritz Steinbach.  El programa incluía el Concierto n°1 para clarinete y orquesta de Carl Maria von Weber, que sería interpretado por el clarinetista Richard Mühlfeld. La música de Weber empieza y el solista se luce en el escenario. Brahms queda impresionado. Su entusiasmo es tan grande, que esa misma noche el compositor le escribe a Clara Schumann contándole que ha escuchado el concierto en fa menor de Weber y que "es imposible tocar el clarinete mejor que el señor Richard Mühlfeld lo hace aquí". El impacto causado por el solista en un Brahms que ya pensaba guardar papel y lápiz para componer fue de grandes consecuencias: Brahms retoma la composición para trabajar exclusivamente con este gran clarinetista y esta colaboración da como fruto unas verdaderas joyas musicales.

Richard Mühlfeld (28 de febrero, 1856 – 1 de junio, 1907) fue sin duda un artista sobresaliente y se encargó de estrenar las obras para clarinete de Brahms. Es gracias a él que tenemos hoy en día dos monumentales Sonatas para clarinete y piano, un Trío para clarinete, cello y piano; y un conmovedor Quinteto para clarinete y cuarteto de cuerdas creado en plena madurez del compositor. Y todo empezó cuando Brahms quedó asombrado por el sonido y musicalidad de Mühlfeld un 17 de marzo de 1891.

Te invitamos a leer el artículo Estreno de las sonatas para clarinete de Brahms, donde encontrarás más información sobre la vida de Richard Mühlfeld  además de la gira que realizó interpretando esas dos obras. Y si tienes un alumno o un amigo estudiando una de las obras de Brahms, considera compartirle este artículo.

1 de agosto de 2012

Brahms: Aspectos generales de su música de cámara y estética composicional. CLARIPERU

El siguiente artículo es la contribución del compositor y contrabajista Rafael Zayas de Puerto Rico y fue publicado originalmente en la página web que ha creado José Rodríguez, Teoría
Deseamos expresar nuestro agradecimiento a ambos músicos por su ayuda y apoyo a Clariperu. 
Los invitamos a leer este interesante texto que cuenta de tres partes: "Breve perspectiva de Johannes Brahms", "Brahms y la música de cámara" y "Quinteto para clarinete en si menor op.115". 

Breve Perspectiva de Johannes Brahms (1833-1897)
Este breve trabajo investigativo tiene como fin hacer una pequeña síntesis de la música de cámara de Johannes Brahms con hincapié en el Quinteto para clarinete en si menor op.115. Pero como el deber de cualquier trabajo investigativo prefiero comentar un poco sobre la figura de Brahms, su estilo, sus intereses, su filosofía. También me parece relevante hablar sobre lo conflictivo de la figura de Brahms para con su entorno musical y social.

La premisa de Goethe resume un poco la tendencia en la música de Brahms. Para el compositor la estructura, la forma que se le da a cualquier pieza musical al construirla es la que definirá su validez como una unidad auténtica. Obviamente no es que una obra carezca de emoción, pero para Brahms -como para Goethe- la estructura es libertad. Si tratamos de analizar objetivamente su música , obtendremos una mejor "visualización" de tal argumento.

Al día de hoy Brahms es admirado por los más experimentales compositores, contrario quizás a cierta tendencia en su época. Tal parece que corrió la misma suerte que otros compositores que no fueron entendidos en su época y que más tarde en la historia entonces se descubre su grandeza. Sin embargo esto no quiere decir que no tenía su círculo de seguidores; Brahms fue famoso en su época pero igualmente fue criticado. Lo cierto es que la tendencia de su época representó un gran reto para éste compositor. Eran tiempos donde la visión de sus colegas Wagner, Liszt, y Berlioz, respecto a la razón del arte y la música predominaba en varios círculos sociales. Estos afirmaban que el propósito supremo de la música era evocar imágenes visuales, sugerir historias o describir personajes. En cambio Brahms parecía carecer de esa "inspiración" necesaria para componer lo que sugerían sus contemporáneos. Por tal razón se le consideraba muchas veces como un compositor artificial y frívolo. Se condenaba su interés por los compositores "clásicos". Su estilo era un homenaje a J.S. Bach, G.F. Handel, F. J. Haydn, W.A. Mozart, L.V. Beethoven, F. Schubert, F. Mendelssohn y R. Schumann. Este último tuvo mucho contacto con Brahms desde que se conocieron por medio del íntimo amigo de Brahms, Joseph Joachim, hasta la muerte de Schumann. Este compositor llamó a Brahms "uno de los elegidos". Sin embargo esta opinión no era compartida por algunos compositores contemporáneos de Brahms.

El interés por los clásicos contrastaba con la nueva filosofía musical alemana que iba encaminada hacia el 'futuro'. Wagner y sus aliados creían en la necesidad de progreso del arte y la cultura, considerando los géneros clásicos como antiguos repositorios de notas. Compositores como Beethoven eran admirados, pero la Nueva Escuela Alemana argumentaba que los méritos de este compositor demandaban más que otra cosa que la nueva generación creara una música distintiva del futuro que igualara la grandeza y originalidad que Beethoven había mostrado en su entorno histórico. Imitar la tradición, particularmente las sinfonías de Beethoven constituía una tendencia contraria al significado del insigne compositor.

Por otro lado Brahms creía que las innovaciones, el progreso y la modernidad se le dejaba a la ciencia y la tecnología, no al arte.

La historia musical calaba profundo en Brahms; afirmaba que la historia y tradición siempre servirían como guía al compositor 'moderno'. Wagner se incorporaba a la misma historia musical, pero adaptándose a ella de modo teleológico, justificando sus innovaciones como una culminación progresiva de un verdadero desarrollo histórico lógico y uniforme. Pero Brahms se distanciaba de tal filosofía; su inspiración histórica no sólo se manifestaba en su música, sino también en su afán de coleccionar y editar manuscritos de los 'clásicos' especialmente Schumann, Schubert, Haydn y Mozart. Inclusive afirmaba que uno de los momentos más importantes durante su vida había sido la publicación de los trabajos de Bach, la cual comenzó en 1850. Basta con escuchar el "Requiem Alemán" para analizar la gran influencia bachiana de la polifonía en Brahms. Pero no sólo la polifonía de Bach era influencia, también lo eran las estructuras clásicas. El uso de tema con variaciones, la sonata clásica y la sinfonía eran de evidente preferencia en el compositor. 

La importancia de Brahms radica entonces en que logró de manera convincente conciliar las tendencias clásicas con las románticas, ya que por un lado utilizaba las formas tradicionales y por otro sus fluidas melodías, diversidad rítmica y complejidad armónica que responden a su época.. A través del enriquecimiento del pasado logró mirar hacia el futuro aún cuando muchos no lo pensaran así. Basta con analizar la influencia de Brahms en Schoenberg, Webern, Berg, Britten, Shostakovich, por mencionar algunos. Sus "Variaciones sobre un tema de Haydn", "Variaciones de un tema de Handel", cuatro sinfonías, obras para piano solo, Concierto para Violín y Orquesta, Doble Concierto para Violín, Chelo y Orquesta, todas son de gran importancia para el estudio de cualquier compositor de estos tiempos y de los venideros.

Brahms y la música de cámara
Otro aspecto que contrastaba con la tendencia de la época y que Brahms exploró y expandió de manera significativa fue la música de cámara. Veinticinco obras publicadas constituyen su más profundo legado. En manos de Brahms la música de cámara logró una personalidad única; Es aquí donde se refleja uno de los más altos desarrollos creativos de Brahms. Además en este género es donde más se refleja su predilección por innovar dentro de la tradición. Por ejemplo, todo trabajo excepto uno comienza con una compleja forma sonata-allegro; sólo el Trío de Trompa pp.40 es diferente, al comenzar con un Andante con estructura de rondó. También sus finales, en su mayoría, en forma sonata, casi siempre en un tiempo más marcado que los movimientos iniciales, estando precedidos por introducciones dramáticas y lentas. Se excluye de tal tendencia el tercer Cuarteto de cuerdas op.67, el Quinteto para clarinete op. 115 y la segunda Sonata para clarinete y piano; éstos concluyen con variaciones de un tema. Los dos primeros tienen la cualidad de finalizar el último movimiento con el tema que comienza la obra. 

La mayoría de sus trabajos de cámara están estructurados en cuatro movimientos. En trece de ellos un movimiento lento precede a uno con tempo tipo danza (o su substituto); en otros siete trabajos la estructura es a la inversa. Los movimientos lentos del segundo Sexteto de cuerdas op.36, el segundo Trío de oiano op.87, son variaciones de un tema; de otra parte que predomina es la forma ABA. Aunque no todo el tiempo utilizaba el calificativo 'scherzo', muchas de las obras -que no lo usan- contienen un movimiento que, aunque sin llamarlo así, muy bien se adhiere a esta tradición. Por otro lado el Quasi Menuetto es utilizado en el Cuarteto en la menor op. 51 no.2; Y el Cuarteto de cuerdas op. 51 no.1 y el tercer Trío de piano op.101, ambos en do menor, Brahms utiliza tiempo binario en vez de ternario, en los habituales dos movimientos internos. Hay cinco obras donde Brahms utilizo el formato de tres movimientos; La primera Sonata para violonchelo op.38 - la cual incluye un Quasi Menuetto y no tiene movimiento lento (por lo menos publicado, pues sí lo compuso) ; La primera Sonata para violín y piano op.78 excluye el movimiento tipo "danza"; el primer Cuarteto de cuerdas op.88 y la segunda Sonata para violín y piano op.100 combina elementos de los movimientos internos tradicionales en un movimiento central; y la Sonata para clarinete y piano n.° 2 concluye, como antes mencionado, con variaciones en un tempo lento moderado.

El papel que jugó Brahms en su época fue de suma importancia pues mantuvo la tradición de la música de cámara en momentos donde la atención estaba orientada hacia el drama musical y los poemas sinfónicos. Aun así Brahms no estaba solo pues muchos de sus amigos -pertenecientes a su circulo profesional- como Carl Reinecke, Bernard Scholz, Otto Dessof, Robert Fuchs y Heinrich von Horzogenberg, contribuyeron al ambiente musical con obras de cámara, las cuales eran ejecutadas en distintos conciertos privados y públicos, en ciudades donde la influencia política estaba del lado de estos "conservadores". Pero en el caso de ellos al entrar el siglo XX sus obras quedaron casi olvidadas. Con Brahms fue distinto. 

Quizás fue el aspecto serio y disciplinado con que utilizó el lenguaje tradicional y la calidad e innovación con la que lo introdujo, lo que hizo más tarde que compositores como Schoenberg lo considerasen un progresista. La cualidad de Brahms para construir temas basándose en el principio de lo que se conoce en ingles como developing variation y que se encuentra inmerso en la densidad temática unificadora y en su complejo esquema temático, representa probablemente el estado evolutivo entre la balanceada forma arquitectónica de finales del siglo XVIII y la estricta forma lógica de la teoría dodecafónica de Schoenberg. Especialmente será la música de cámara la que se nutrirá de ese argumento.

Sin embargo, la crítica de la época fue injusta con la música de cámara de Brahms. Algunos, como Eduard Hanslick, argumentaban que sus temas eran "insignificantes, dándole más importancia a la viabilidad contrapuntística que al motivo mismo, produciendo un sonido seco y prosaico". Otros como Ludwig Bishoff no concebían la "complejidad rítmica y armónica que hacia difícil inclusive reconocer alguna tonalidad". 

En el presente la música de cámara de Brahms es repertorio de gran popularidad entre el público amante de la música seria. Sus obras de cámara son estudiadas a fondo para lograr un mejor entendimiento musical no solo del Romanticismo, sino de la filosofía musical en general. Tanto un compositor como un instrumentista debe analizar la música de Johannes Brahms para poder entender y visualizar las formas musicales, su evolución, y la importancia de trazar ciertos márgenes a la música para que ésta no se salga del contexto matemático que la envuelve.

A continuación un breve análisis de una de las última obras de cámara que Brahms compuso: el Quinteto para clarinete en si menor op.115.

Quinteto para clarinete en si menor op.115
En diciembre de 1890 Brahms le envió a su publicador Fritz Simrock su Quinteto de cuerdas op.111 y la revisión del Trío de piano op. 8 (1854). A sus 57 años, Brahms anunciaba en una carta adjunta a las piezas, su intención de retirarse de la composición porque según él "…era tiempo de parar…". Pero esos dos trabajos distaban de lo que realmente iban a ser sus últimas obras. Pocos meses después (verano 1891) inspirado por la experiencia de haber escuchado al clarinetista principal de Orquesta de la Corte de Meininegen, Richard Mühlfeld, Brahms compuso el Trío en la menor para piano, clarinete y violonchelo op.114, y el Quinteto para clarinete y cuerdas op.115. Tres años después compuso las dos Sonatas para clarinete y piano en fa menor y mi bemol mayor, op.120. 

Con estas obras cerró Brahms su larga producción de música de cámara, y su vida como compositor. Ésta anécdota le hace eco a un suceso muy parecido con W.A. Mozart. Éste conoció al clarinetista Anton Stadler, resultando tal encuentro en la composición de sus últimas dos obras maestras: el Quinteto para clarinete y cuerdas K.581 y el Concierto para clarinete y orquesta, K.622. Probablemente fue su admiración por los clásicos lo que llevó a Brahms a escoger la combinación de clarinete y cuerdas.

El Quinteto op.115 de Brahms es una de las obras de mayor distinción que hay en el repertorio de música de cámara; la impresión que dejó en el público de la época fue profunda. Después de publicado en 1892, se publicó arreglada para piano a cuatro manos; como sonata para violín y piano y como sonata para clarinete y piano. Inclusive en el estreno de la obra, que contó con la participación del Cuarteto Joachim y Münhfeld en el clarinete, se tuvo que repetir el apacible segundo movimiento.

El primer movimiento de quinteto (Allegro) mantiene la estructura con la forma sonata-allegro y comienza con una melodía en terceras y sextas ejecutada por lo violines y que mantiene la incertidumbre entre las tonalidades de re mayor y si menor :


Desciende este tema a una anticipación de lo que será el tema principal de ésta sección A:



Después de una "improvisación" en re mayor sobre tema inicial, el registro grave del clarinete prepara la entrada del tema propiamente, primero en el chelo y luego en la viola:


Un staccato en el compás 25 rompe con una leve enajenación comenzando la transición al tema II (sección A):

El tema II comienza con el clarinete en el compás 37 (todos los ejemplos de clarinete están escritos en do):



La tensión creada se va apaciguando y se crea un ambiente para el tema cumbre en frases de tres notas que se mueven a la inversa en el clarinete y el chelo (compás 58):


El desarrollo evoca por un momento el ambiente de improvisación - basado en el movimiento de semicorcheas iniciales - llevando la música a un tumultuoso clímax. Luego un 'Quasi Sostenuto' vuelve a presentar la figura rítmica del compás 25, pero esta vez con aire fúnebre; clarinete y violín I convierten en legato la frase staccato de esa transición. Esto lleva al tema II de la ya establecida sección B (compás 112). Comienza entonces el aire de recapitulación con el suspiro del tema principal de la sección A, en el compás 127 con el clarinete y luego el chelo; un movimiento descendiente de semicorcheas desata la recapitulación (compás 136). El segundo movimiento en si mayor (Adagio), es un "lied" con forma ABA, de significativa tranquilidad, que invita a la meditación. El mismo abre con una melodía en el clarinete acompañado por un cruce de ritmos en las cuerdas:


La contra-melodía de la viola evoca un tema tocado por el violín I al final del tema principal del primer movimiento:
La sección del medio es una improvisación del clarinete con aire húngaro y que se relaciona rítmica y melódicamente con la frase inicial:


La misma acaba dramáticamente pero un sutil cambio logra llevar la dirección hacia el tema inicial, terminando el movimiento con un límpido sosiego.

El tercer movimiento (Andantino) comienza con la exposición de temas en re mayor; el clarinete ostenta el tema principal, y el chelo y la viola le hacen contra-melodías:

Ocurre una anticipación melódica general de lo que sucederá luego en el movimiento, y una alzada al compás 20 comienza el cambio que llevará a una elaboración de los temas iniciales pero esta vez en tempo Presto non assai, ma con sentimiento (compás 34).




Ésta breve sección es binaria conteniendo dos temas contrastantes; el primero basándose en semicorcheas y fusas (compás 34) y el segundo en un ritmo sincopado (compás 54):

En el compás 76 repite nuevamente el tema de las semicorcheas haciendo una pequeña variación del 89 al 101. Después de un breve desarrollo, recapitula y deja para la coda el material utilizado al principio del movimiento. 

El cuarto y último movimiento (Con moto) es un tema y cinco variaciones, Mozartianas en su estricto esquema melódico, e influenciado por polifonía lógica de Bach:


El tema parece guardar una estrecha relación con el tema del Andantino, y ocurre en forma de diálogo entre el violín I y el clarinete; la exposición del tema consta de dos secciones de 16 compases cada una -este patrón se repite en todas las variaciones-. El chelo domina la primera variación; en la segunda el violín I domina la primera sección seguido en la próxima por el clarinete. La tercera variación, esta vez en 2/4 es un diálogo entre ambos instrumentos; en la segunda sección el patrón de semicorcheas en el clarinete hace evocar el el tema que abre la obra:


En la cuarta variación en si mayor la viola y el violín II continúan la insinuación:


Y ya en la quinta variación, en si menor y 3/8, la analogía es definitiva con la idea inicial del primer movimiento, siendo emitida por el clarinete como un complemento de la variación:

Así la coda retoma el comienzo de la obra para darle la uniformidad que tanto Brahms apetecía en su música.

26 de enero de 2012

Ya que usted va a estudiar la Sonata en Mi bemól de Brahms...

A continuación un tema bastante delicado: ¿cómo enfrentamos una obra que deseamos interpretar?. El desarrollo de la musicalidad, ¿cuándo empieza? ¿Estamos orientando hacia un buen camino a nuestros alumnos? El siguiente artículo es bastante breve pero contiene muchas semillas para discusión. Escrito por Stanley Geidel y traducido por Marco Antonio Mazzini.



¿Cómo aprendemos a interpretar una obra en particular? ¿Por cuáles método aprendemos un estilo de ejecución? ¿Qué procedimientos emprendemos para comenzar a entender de qué manera la música de un compositor en particular debería ser tocada?

A menudo, los profesores le piden a sus estudiantes que aprendan una obra por uno de dos métodos: imitando la propia interpretación del profesor, o ser un literalista; es decir, presentar simplemente todos los signos musicales que son indicados en la página impresa. A la larga, ambos tienen poco valor para el estudiante, ya que en cada caso el estudiante se hace poco más que un falsificador musical.

En el primer caso, el estudiante reproduce la interpretación del profesor. El profesor bien puede ser un destacado músico y puede haber desarrollado una interpretación maravillosa, magistral de la obra en cuestión. Pero al final, el estudiante se parece entonces a un fotógrafo que captura una imagen de una gran pintura. La fotografía es bastante atractiva, pero ¿Porqué no simplemente ver el original? ¿Ha contribuido el fotógrafo algo de valor a nuestro entendimiento de la pintura? Y, lo más importante, ¿El fotógrafo participó en el proceso creativo de tal manera que enriquecerá en el futuro su nivel artístico? Uno podría discutir, claro; si el estudiante puede tocar en una manera similar a la del profesor, entonces el estudiante puede "hacer más tarde el salto" a sus propias conclusiones interpretativas sobre el trabajo. Pero, la pregunta entonces se hace, ¿Cómo hace el estudiante este salto? Al final, todo lo que ha ocurrido es que el estudiante puede imitar al profesor. El estudiante no sabe el proceso que le tomó al profesor para llegar a las decisiones interpretativas que produjeron el resultado musical final. En resumen, el estudiante aprende a hacer sin aprender como fue el proceso.

En el segundo caso, se le piden al estudiante "interpretar" la música reproduciendo cada "signo expresivo" de la página. Otra vez pregunto, ¿Qué ha ganado? Uno podría argumentar aquí que "la interpretación" es entonces "correcta", ya que todo lo pedido por el compositor (y editor!) está explicado y escrito. Desde luego, si esta fuera todo lo que importa, seríamos entonces como un ejército de clarinetistas uniformemente "correctos", todo llevando a nuestras salas de conciertos para recitar la obra maestra de la literatura con precisión, con todas las inflexiones que reflejan los signos encontrados en la partitura. Sí, este seguramente debe ser el acercamiento correcto ... después de todo, ¿no es lo que el compositor escribió?

Desde luego, sabemos que este no es el asuntos en absoluto. Lo que procuramos capturar es la escencia del mensaje del compositor, el espíritu del estilo del compositor. De este modo, vuelvo a mi pregunta inicial ... ¿cómo aprendemos a hacer esto? Lo hacemos en dos etapas. Primero, nos sumergimos en el compositor y su época. Estudiamos. Escuchamos la música del compositor ... tanto como podamos encontrar. Leemos. Leemos sobre el modo de pensar del compositor, filosofía, perspectiva por la vida ... llegamos a conocer todo que podemos saber sobre el ser humano que escribió las notas que interpretamos.

Esta es la parte fácil. Entonces, meditemos. "Ahora que sé la vida y época de Brahms, ahora que he oído la mayor parte de su música, ¿qué significado tiene todo esto para mi estudio de esta sonata?"

Lo que usted ahora tiene, que no tenía antes, es la perspectiva. Ahora puede comenzar a escuchar como otros han interpretado la música - ahora puede comenzar a escuchar desde la perspectiva de sus conocimientos del compositor. Usted puede desarrollar sus propias ideas. Usted puede hacer decisiones que, a su parecer, encuadran con la imágen suya de quien era el compositor . Usted tiene una base para evaluar. Ahora, su profesor se convierte en una guía. Su profesor puede asegurarse que, al explorar sus ideas, no se vaya por caminos sin destinos para luego perderse en el bosque.

De este modo, ya que usted va a estudiar la Sonata en Mi bemól de Brahms, pues tiene mucha lectura y audición por hacer...

17 de noviembre de 2011

Estreno de las sonatas para clarinete y piano de Brahms. CLARIPERU




Johannes Brahms tiene un lugar privilegiado en la historia de la música. Sus gigantescas sinfonías son interpretadas regularmente en los principales escenarios del mundo al igual que su música de cámara. Durante los últimos años de su vida, Brahms escribió cuatro extraordinarias obras para el clarinete: un Trío, un Quinteto y dos Sonatas para clarinete y piano. Estas últimas, son el tema de este breve escrito.
Cuando empezamos a indagar sobre el nacimiento de las sonatas Op. 120 para clarinete y piano que escribiera el gran compositor alemán Johannes Brahms, uno descubre pronto que fueron unas de las últimas obras que concibiera este genial compositor. Es más, Brahms había anunciado poco antes su retiro en la composición. ¿Qué sucedió que lo convenció a componer nuevamente, y a escribir monumentales obras para el clarinete, como su Quinteto Op. 115 ? La respuesta descansa en la figura de un hombre, un excepcional músico que deslumbró musicalmente a un maduro Brahms. Nos referimos al clarinetista Richard Mühlfeld, de quien hablaremos primero antes de descubrir en fechas en las cuales se dejaron escuchar por primera vez las estas sonatas para clarinete.
   
Richard Mühlfeld 

Richard Muhlfeld
Richard Mühlfeld nació el 28 de febrero de 1856 en la ciudad de Salzungen, Alemania. Fue el último de cuatro hijos. Su padre, Leonhard Mühlfeld, le impartió sus primeros conocimientos musicales. A los 10 años de edad Richard formaba parte de un pequeño ensamble que su padre dirigía, tocando violín y eventualmente el clarinete (que al parecer, aprendió de manera autodidacta).
Un paso importante en su carrera como músico fue su ingreso a la Orquesta de Meiningen en el año 1873 y como violinista. Richard se presentó como solista con esta orquesta en 1877, y solo en 1879 le ofrecieron el cargo de clarinetista principal, debido a que el clarinetista estable, Wilhelm Reig, debió retirarse por motivos de salud.
Durante los años 1876 y 1879 Richard cumplió con el servicio militar, tocando el clarinete en la banda del Regimiento 32. Esporádicamente lo llamaban a tocar en otras orquestas y sucedió así que tomó parte del Festival de Bayreuth en 1876, en donde conoció a Richard Wagner. Fue este compositor quien se le acercara luego que Mühlfeld interpretara la obertura Egmont y le dijera: "joven amigo, siga de esta manera y el mundo entero se abrirá a usted"
. También Brahms dejo claro su opinión sobre Mühlfeld en una carta dirigida a Clara Schumann el 17 de marzo de 1891: ""es imposible tocar el clarinete mejor que el señor Richard Mühlfeld lo hace aquí". Brahms lo consideraba el mejor instrumentista de viento que él haya escuchado y lo llamaba de cariño "la pesadilla de la orquesta".
No cabe duda que Richard Mühlfeld fue considerado como un supremo instrumentista, especialmente a partir del año 1880. Sin embargo, es bueno tener en cuenta las impresiones que 
George Toenes describe en la revista The Clarinet No. 23 (1956), luego de escuchar a Richard en un concierto donde ofreció el Quinteto para clarinete:

Recuerdo claramente que pensé que su sonido en el registro grave era magnífico, pero no tenía el mismo parecer con su registro medio y agudo. Demostró por momentos una dinámica excepcional, el fortísimo siendo muy sobresaliente, pero pocas veces empleado - y siendo solo un niño naturalmente  no le perdoné fácilmente los pitos ("gallos") que realizó con frecuencia , ¡sin considerar  entonces (como posteriormente lo hice) con qué frecuencia una caña lo podía traicionar a uno! Recuerdo que no intentó obtener todos los detalles en el "Quinteto", pero obviamente no se consideraba más grande (ni menor) que los instrumentistas de cuerda. En retrospectiva, siento que aunque él fuera un músico de primer orden, sus atributos como intérprete no cautivarían a la presente generación como especialmente sobresaliente.

 De algo si estamos seguros, y es que este dinámico clarinetista inspiró a Brahms a heredarnos obras de mucho valor musical e histórico. Además, su maestría en el clarinete provocó a otros compositores contemporáneos, como Theodor Verhey (Concierto para clarinete Op. 57 - 1901), Carl Reichecke (Introduzione ed Allegro appasionata Op. 256 - 1902),Gustav Jenner ("Sonata" Op. 5 - 1900), Stephan Krehl ("quinteto para clarinete" - 1902) y Henri Marteau (Quinteto para clarinete). Richard Mühlfeld falleció el 1 de junio de 1907 debido a una hemorragia cerebral.

Estreno de las Sonatas

Existe una fecha oficial del estreno público de las dos sonatas para clarinete. Ambas se dejaron escuchar en una misma velada, el
7 de enero de 1895 en Tonkünstlerverein, Viena. Los músicos protagonistas fueron Richard Mühlfeld y el mismo Johannes Brahms en el piano.
La historiadora Pamela Weston escribe que las sonatas se interpretaron también el 10 y 11 de enero (1896) y  el 27 del mismo mes en Berlín. Una fecha más que ella señala es el 17 de febrero, esta vez en Frankfurt. Las sonatas se tocaron unos días después en Meiningen (21 de febrero) junto al Quinteto del mismo compositor.
Existen fechas anteriores donde se interpretaron de manera privada estas dos obras. Una vez  más, Pamela Weston proporciona los siguiente datos sobre este tema: Mühlfeld tocó ambas sonatas junto al pianista  Frau Franz, en una reservada audición para el compositor, el 10 de noviembre de 1894. El 12 del mismo mes, ambas sonatas se tocaron en la casa de la familia Sommerhoff, en donde el programa musical fue completado con el Trío para clarinete de Mozart. Al día siguiente, y en una fiesta en la casa de Clara Schumman, se dejaron escuchar ambas obras, junto a las Piezas de Fantasía de Robert Schumman. Una última fecha es el 19 de noviembre, cuando Mühlfeld  interpretó las nuevas creaciones de Brahms ante la invitación del Duke Georg y la Baronesa Von Heldburg. Este concierto se realizó en el castillo Altenstein.

Desde su estreno, estas dos sonatas han cobrado con el tiempo mayor popularidad e importancia. Si recorremos un poco la historia del clarinete, notaremos que no existe mucha tradición en la composición de sonatas para este instrumento (una obra pionera fue la que escribiera Mendelssohn a los 15 años de edad). Por otro lado, existen hoy en día más de 50 grabaciones de estas dos hermosas piezas, sin contar la versión que existe para viola y piano. Luciano Berio realizó una versión de la Sonata n°1  en fa menor para orquesta y clarinete solista. Esta expansión sonora de la sonata fue recientemente interpretada durante el Festival Internacional de Clarinete 2006 (Atlanta), organizado por la International Clarinet Association.